DERECHOS HUMANOS: Cuando el terror no es terrorismo

Personalidades de todo el mundo, entre ellas ex jefes de Estado y de gobierno, intentarán definir esta semana en la capital de España qué se entiende por terrorismo y recomendarán medidas para combatirlo.

La Cumbre Internacional sobre Democracia, Terrorismo y Seguridad, organizada por el Club de Madrid, reúne a dos centenares de académicos, profesionales y políticos, que analizarán los resultados de investigaciones realizadas en los últimos meses.

El Club de Madrid, entre cuyos integrantes figuran 50 ex jefes de Estado y de gobierno, se define como ”organización independiente dedicada a fomentar y reforzar la democracia en todo el mundo”.

El objetivo de la conferencia que comenzó en Madrid este martes y que concluirá el viernes es definir un marco común de acciones internacionales para la protección de la democracia, y se prevé que una de las tareas más difíciles será lograr un consenso sobre la definición del terrorismo.

De acuerdo con la última edición del Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), aceptado por todas las academias nacionales americanas y la filipina, ”terror” es ”un método expeditivo de justicia revolucionaria y contrarrevolucionaria”.

En cambio, ”terrorismo”, según el DRAE, ”es la dominación por el terror” y ”una sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror”.

Ante estas definiciones, en declaraciones a IPS el juez Baltasar Garzón ha sido contundente: ”Todo ataque o agresión contra la población civil es un delito de terrorismo, sea que lo realicen grupos civiles, insurgentes, terroristas o ejércitos regulares”.

El primer planteamiento que se recuerda a este respecto corresponde al pensador republicano alemán Karl Heinzen, que en 1848 consideró aceptables todos los medios para acelerar el advenimiento de la democracia.

”Si usted debe hacer volar la mitad de un continente y provocar un baño de sangre para destruir al partido de los bárbaros, no tenga ningún escrúpulo de conciencia. Aquél que no sacrificaría dichosamente su vida para tener la satisfacción de exterminar a un millón de bárbaros no es un verdadero republicano”, escribió Heinzen en su ensayo ”El homicidio”.

Después de la Revolución Francesa (1789), el partido jacobino, decidido a impulsar grandes cambios sociales, impuso lo que se conoce como ”el reino del terror”. Con ese fin, reprimió a quienes se oponían, incluso con la guillotina. Pero los conceptos fueron variando desde entonces.

En diciembre pasado, un grupo de expertos de la ONU definieron terrorismo como ”cualquier acto (…) destinado a causar la muerte o lesiones corporales graves a un civil o a un no combatiente, cuando el propósito de dicho acto, por su naturaleza o contexto, sea intimidar a una población u obligar a un gobierno o a una organización internacional a realizar una acción o abstenerse de hacerla”.

El director de contenidos de la conferencia en curso en Madrid, Peter Neumann, señaló que la falta de acuerdo sobre la definición del terrorismo ha impedido avanzar en el resto de la agenda. Neumann confía en que se adopte la del grupo de expertos de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).

De todos modos, haya o no acuerdo al respecto, ”en ningún caso esa indefinición podrá impedir que se siga adelante en la lucha contra el terror”, afirmó el diplomático español Javier Rupérez, director del Comité contra el Terrorismo de la ONU.

Rupérez fue secuestrado por el grupo terrorista español ETA en 1979, cuando gobernaba en España la Unión de Centro Democrático, partido al que él pertenecía.

El diplomático reconoció que existe una docena de convenios referidos al terrorismo obligatorios para los miembros de la ONU, pero consideró necesario que la Asamblea General del foro mundial apruebe una definición.

La situación actual ”implica una falta de consenso que refleja situaciones políticas y ambigüedades que se deberían superar”, según Rupérez. Entre esas ambigüedades figuran las diferencias entre las listas de organizaciones terroristas elaboradas por diversos gobiernos y organizaciones.

Por ejemplo, el islámico Partido de Dios (Hezbolá) figura en la lista que confecciona todos los años el Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos, pero no en la última de la Unión Europea, aprobada en mayo de 2004.

Las definiciones también cambian según las épocas y los intereses en pugna. El filólogo tunecino Mohamed Abdelkefi, corresponsal en Madrid del diario Al Arab, que se edita en Gran Bretaña, mencionó como ejemplo al movimiento islámico afgano Talibán.

”Cuando luchaban contra los soviéticos eran combatientes por la libertad. Después, luchando siempre contra la ocupación extranjera, se convirtieron en terroristas”, dijo Abdelkefi a IPS.

”¿Acaso los españoles que se levantaron contra los franceses de Napoleón que ocuparon España eran terroristas? ¿Y los franceses y los maquis hacían terrorismo en su lucha contra la ocupación nazi?”, se preguntó el periodista árabe.

”¿Qué nombre se puede dar a las irrupciones en casas de madrugada, rompiendo puertas y enseres, violando mujeres y niños, humillando y maltratando a los hombres y robando joyas y dinero?”, preguntó, en alusión a los bombardeos estadounidenses en Iraq.

”¿Es o no es terrorismo bombardear casas y barrios enteros, matando a todo el que vive con la excusa de perseguir a un individuo?”, dijo.

El director de la organización de derechos humanos Human Rights Watch, Kenneth Roth, coincidió en la conferencia en Madrid con Abdelkefi. ”Es contraproducente apoyar gobiernos autoritarios como aliados en la lucha contra el terrorismo, porque los sistemas abiertos son el mejor camino para convencer a los jóvenes furiosos de canalizar su indignación pacíficamente”, afirmó.

También la coordinadora europea de la Coalición por la Corte Penal Internacional, Irune Aguirrezábal, sostuvo que la violencia no es el mejor arma contra el terrorismo.

”Es crucial analizar las raíces, incluyendo el fanatismo religioso, la pobreza, la desigualdad, la falta de democracia”, para trabajar en la prevención y persecución del terrorismo ”respetando la ley y los derechos humanos”, dijo Aguirrezábal.

Además de la definición de terrorismo, el Club de Madrid, institución que preside el ex mandatario brasileño Fernando Henrique Cardoso, pretende que de la reunión surjan orientaciones sociales y políticas, así como recomendaciones de acciones de seguridad, que permitan enfrentar al terrorismo, sea cual sea su color.

La Cumbre en la capital española se plantea para conmemorar a las victimas del terrorismo de todo el mundo, como un evento independiente y no partidista cuya finalidad es aunar todas las fuerzas democráticas del panorama político, de acuerdo con la convocatoria del Club de Madrid.

Siendo el terrorismo un fenómeno global que requiere una respuesta global, la Cumbre se propone debatir estrategias pragmáticas, estimular el aprendizaje derivado del intercambio de experiencias y formular un plan de acción con propuestas para el futuro.

La elección del 11 de marzo como día elegido para concluir los debates y extraer conclusiones constituye un homenaje a las víctimas de los atentados perpetrados en Madrid un año antes, cuando 10 bombas en cuatro trenes provocaron la muerte de 190 personas y heridas a unas 2.000.

Cardoso señaló que la democracia es no solo la única manera legítima de combatir el terrorismo, sino también la única manera efectiva de hacerlo, porque ”la libertad solo puede ser salvada por la libertad, y la lucha contra el terrorismo solo puede tener éxito mediante el imperio de la ley”.

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