AGUA-AMÉRICA DEL SUR: Pantanal en peligro

El Pantanal sudamericano, el humedal mediterráneo más extenso del mundo, podría resultar destruido si la temperatura del planeta se elevara entre tres y cuatro grados, advirtió la Universidad de las Naciones Unidas (UNU).

El mismo destino sufrirían 85 por ciento de los humedales del mundo en ese caso, según el estudio de la UNU titulado "Enfoque complejo para el manejo de humedales: El caso del Pantanal".

El cambio climático es la principal amenaza, pero el riesgo del Pantanal, uno de los ecosistemas de mayor diversidad biológica, aumenta a causa de la intensa actividad agrícola e industrial y al desarrollo urbano de los alrededores, indicaron los autores del informe.

"El Pantanal brinda una amplia gama de importantes servicios ecológicos a la región. Su deterioro supondría una gran pérdida", dijo a IPS uno de los coautores del análisis, Paulo Teixeira de Sousa Jr., de la brasileña Universidad Federal de Mato Grosso.

Ubicado en el corazón de Sudamérica, el Pantanal cubre 165.000 kilómetros cuadrados —casi la misma superficie que España— de Brasil, Bolivia y Paraguay.

Considerado el principal humedal de agua dulce del mundo, el Pantanal es un complejo rompecabezas de lagos, lagunas, ríos, bosques e islas con intensa vegetación.

Con un terreno seco la mitad del año que se convierte en laguna llana en la restante mitad, el Pantanal es el hábitat de miles de especies animales, entre ellas 650 de aves, más de 190 de mamíferos, 50 de reptiles, más de 1.100 de mariposas y 270 de peces. Muchas de esas especies están en peligro de extinción.

También es el lugar donde se aparean gran cantidad de aves migratorias que se trasladan a América del Norte en el verano boreal.

El cambio climático acabaría con todo eso, según el estudio de la UNU.

En el último siglo y medio, la actividad humana —en especial la industria y el transporte— elevó la presencia de dióxido de carbono, metano y otros gases invernadero en la atmósfera, según la mayoría de los expertos que analizan el cambio climático.

Como consecuencia, la temperatura promedio del planeta aumentó 0,6 grados. Entre 2000 y 2010, la temperatura podría elevarse dos grados a causa de las emisiones de gases invernadero, advirtió en enero el Panel Internacional sobre Cambio Climático, órgano de la ONU que reúne a 2.500 científicos.

"La gente no se da cuenta, generalmente, de que un aumento de tres grados es mucho. ¿Qué sucede cuando la temperatura de nuestro cuerpo se eleva apenas un grado?", se preguntó Teixeira.

Los humedales mantienen en su interior alrededor de un sexto del carbono superficial, la mayoría en forma de materia orgánica. Ésta puede ser liberada en la atmósfera con perturbaciones del suelo, por ejemplo, a causa del drenaje y destrucción de los humedales.

De acabar en la atmósfera grandes cantidades de carbono procedentes de los humedales, se originaría un círculo vicioso: se elevaría la temperatura y eso, a su vez, promovería una mayor emisión de dióxido de carbono.

Si no se reduce la liberación de gases invernadero en los próximos 20 años, no será posible impedir la pérdida de humedales, según Teixeira.

Hoy, gran parte del Pantanal está incontaminada, pero eso durará poco si persiste la alteración de cursos de agua a causa del desarrollo económico y el uso de tierras vírgenes por la agricultura y la industria.

Una presión sin precedentes sobre el ecosistema comenzó en los años 70, cuando el gobierno de Brasil alentó la apertura a la explotación humana de regiones remotas, como la Amazonia y el Pantanal, lo que originó una corriente migratoria de cientos de miles de personas.

El monocultivo de soja, maíz, caña de azúcar y algodón cambió radicalmente la fisonomía de millones de kilómetros cuadrados de sabanas elevadas que rodean el Pantanal, dijo Teixeira, también director del Programa Ambiental Regional del área.

"Los campesinos tradicionales venden sus tierras a grandes empresas agrícolas", explicó. "En la mayoría de los casos, los recién llegados no saben cómo manejar la tierra sustentablemente."

La deforestación y el uso de productos químicos en la agricultura tienen impacto sobre la calidad del agua. Al mismo tiempo, la sobrepesca ha reducido drásticamente la existencia de peces, advirtió el experto.

Pero los expertos carecen de recursos suficientes como para analizar la situación de los peces del Pantanal y de otros aspectos de esta área, que constituye un complejo y enorme mosaico de diferentes ecosistemas.

De todos modos, los estudios científicos desalentaron las propuestas de construir una gran red de canales de navegación que "habrían modificado dramáticamente el funcionamiento hidrológico del sistema".

"Sin un manejo extremada y cuidadosamente integrado, uno de los mayores tesoros ambientales del planeta quedará alterado para siempre por la usurpación humana", dijo el subsecretario general de la ONU y rector de la UNU, Hans van Ginkel.

Proyectos de canalización y de represas hidroeléctricas amenazan la región.

Otro riesgo menos evidente es el del turismo. Numerosos extranjeros inundan el Pantanal desde los años 90 para admirar las aves, aunque la zona carece de infraestructura adecuada para recibir esas visitas sin peligro para el ambiente, dijo Texeira.

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