Mad Maria y Hoy es día de Maria, miniseries de ocho capítulos, confirman a la brasileña Red Globo como productora hegemónica en la televisión y el resto de la industria audiovisual del país, con aportes estéticos e informativos.
La primera, en exhibición del 25 de enero al 4 de febrero, abre a los brasileños la posibilidad de familiarizarse con un hecho poco conocido de la historia del país: la construcción de un ferrocarril de 366 kilómetros en la selva amazónica de 1907 a 1912.
Se trata de una superproducción inusual en televisión por el esmero y los muchos recursos empleados, similar a otras de la Globo que enseñan un poco de historia nacional a sus decenas de millones de espectadores, y desempeñan así un papel en general destinado al cine, pero con escasa frecuencia.
Hoy es día de Maria, que la antecedió en el horario cercano a la medianoche, se destacó por su calidad e innovaciones estéticas. Es la historia fantástica de una niña que huye de su madrastra y vive en un mundo de leyendas, demonios y hazañas, que mezcla fábulas y mitos tradicionales brasileños con historias infantiles de fama internacional.
Todo en un escenario creado específicamente para esta miniserie, que es visualmente una explosión de colores, como una secuencia de pinturas. La osadía del director Luiz Fernando Carvalho al probar un lenguaje tan creativo creó dudas sobre la comunicación con un público acostumbrado al naturalismo de las telenovelas.
Pero la buena audiencia de esa serie comprobó que la población brasileña aún es sensible al imaginario de un periodo en que el país era predominantemente rural, y la tradición oral conservaba cuentos populares.
Mad Maria es distinto, con un estilo de relato convencional, pero se beneficia por la fuerza de los hechos.
Cuenta una tragedia que reúne mucha violencia, juego político y corrupción en el centro del gobierno, el choque de la civilización con la exuberancia de los bosques y ríos amazónicos y un fracasado intento de dominarlos.
El gobierno brasileño se comprometió a construir el ferrocarril Madeira-Mamoré, entre Porto Velho, la capital del noroccidental estado de Rondonia, a Guajará-Mirim, en el mismo estado y sobre la frontera con Bolivia. Ese compromiso fue parte de un acuerdo con el país vecino para asegurar a Brasil su actual territorio de Acre, de 153.000 kilómetros cuadrados y que tiene fronteras con Bolivia y Perú.
El trazado de 366 kilómetros de vía férrea acompañó a los ríos Madeira y Mamoré en tramos en que era imposible la navegación, debido a la existencia de rápidos. Ese ferrocarril permitiría a la zona norte de la mediterránea Bolivia contar con una salida al mar por el océano Atlántico, a través de los ríos amazónicos brasileños.
La construcción empezó en 1878 y se interrumpió en 1879. Mad Maria, nombre de la primera locomotora que operó en los tramos iniciales, se concentra en la fase final de la obra, de 1907 a 1912.
En aquella época, la Amazonia aún vivía la prosperidad del caucho natural, generada por la naciente industria automovilística. Pero ya empezaba a perder mercado ante la competencia de Malasia.
La miniserie televisiva estuvo a cargo de Ricardo Waddington, exitoso director de telenovelas y filmes, y se basó en la novela del mismo nombre del escritor amazónico Marcio de Souza. La adaptó un veterano guionista de telenovelas de carácter épico, Benedito Rui Barbosa.
El Ferrocarril Madeira-Mamoré pudo atravesar una selva hostil a costa de una cantidad desconocida de muertos, que llegaron a 30.000 según algunas especulaciones que es imposible comprobar. Epidemias de paludismo y otras enfermedades fueron las mayores causas, pero hubo también ataques indígenas y conflictos internos.
Fueron contratados trabajadores de unos 40 países, principalmente alemanes y africanos, pero también chinos y caribeños de Barbados, Granada, Jamaica, Martinica y Trinidad y Tobago.
Peleas entre los grupos de distintos orígenes fueron fuentes de tensión y muertes, como la de un alemán degollado por la hoz de un negro de África, cuando intentaba atacarlo con un pico. La causa del conflicto fue un indio que robaba pequeños objetos en la tienda de los alemanes, quienes sospecharon de los africanos.
El indio ladrón recibió mas tarde el terrible castigo de que le cortaran las manos.
Entre tanta violencia y mortandad por enfermedades, la ingenuidad y el altruismo de un joven médico estadounidense chocaron con la dura realidad: en vez de salvar vidas, como esperaba, se dedicó principalmente a certificar defunciones.
La miniserie muestra la crudeza de la trágica aventura en la Amazonia y su relación con disputas por poder. El empresario estadounidense Percival Farqhuar, que ganó la licitación para construir la Madeira-Mamoré, vio sus ambiciones trabadas por el incorruptible ministro Juvenal de Castro, y trató de destruirlo buscando su punto débil, una amante mucho más joven que él.
Farqhuar desistió en 1931 de la concesión que tenía para explotar el ferrocarril, que se había vuelto mal negocio debido con a la declinación de la industria del caucho natural. La Madeira-Mamoré fue estatizada, y desactivada en 1972.
Ahora el gobierno de Acre trata de rescatar por lo menos parte del ferrocarril como atracción turística. Por eso financió una pequeña parte de la infraestructura necesaria para filmar Mad Maria, que costó 14 millones de reales (poco mas de cinco millones de dólares). (