El temor a una crisis estructural de Europa y a encontrarse de nuevo con un continente dividido impulsó a los españoles, según expertos, a votar a favor de la Constitución de la Unión Europea, en el referéndum que convocó a poco más de 42 por ciento de los votantes.
Los votos afirmativos en la primera consulta en las urnas que afronta el texto constitucional de la Unión Europea (UE) alcanzaron a 76 por ciento de los sufragios y los negativos a 17 por ciento.
Estos resultados tranquilizaron al gobierno español presidido por el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, quien se había manifestado preocupado en los días previos ante la posibilidad de que la asistencia a las urnas estuviese por debajo de 40 por ciento del padrón electoral.
Felipe Sahagún, periodista y profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense de Madrid, señaló este lunes a IPS que, históricamente, el miedo produjo muchos avances en Europa. Eso parece haber impulsado a votar el sí mayoritariamente en el referéndum del domingo en España.
Del miedo a otra guerra nació la Comunidad Europea (tras la segunda conflagración mundial). Del miedo al hambre nació la política agrícola común. Del miedo al desabastecimiento energético nació el Euratom (Tratado de la Comunidad Europea de la Energía Atómica). Del miedo a la competencia de Estados Unidos y Japón nació el mercado interior, sostuvo el experto.
Siguiendo con el listado, ahora de asuntos actuales, Sahagún apuntó que también del miedo al terrorismo tras los atentados del 11 de septiembre (en Estados Unidos) nació la euro-orden, la fiscalía europea y el embrión de un verdadero espacio judicial y policial común.
Al tenor de los resultados en las 17 Comunidades Autónomas que integran España, son otros los temores que surgen para el futuro, derivados de la fuerza del no a la Constitución de la UE en el País Vasco y en Cataluña, dos regiones donde los movimientos nacionalistas independentistas son fuertes.
Ese nacionalismo que gobierna el País Vasco, con el apoyo de la coalición Izquierda Unida, basada en el Partido Comunista, hizo campaña por la papeleta del no. En Cataluña, también jugó contra el texto constitucional europeo la independentista Izquierda Republicana, pese a que gobierna esa comunidad en alianza con el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), de Zapatero.
En el País Vasco, los votos negativos sumaron el equivalente a 33,66 por ciento de los votantes habilitados en esa jurisdicción, el doble del promedio en toda España, y en Cataluña se llegó a 28,7 por ciento.
En cambio, en la Comunidad de Extremadura, una de las más beneficiadas por los subsidios agropecuarios y de infraestructuras de la UE, la participación fue de casi 50 por ciento del total de votantes habilitados, con 85 por ciento de ellos a favor del sí.
A esto último se refirió con claridad Francisco Montoro, agricultor de la Comunidad de Andalucía, otra de las muy beneficiadas por los subsidios. Todo el que tenga olivos debe asistir y votar afirmativamente porque, recordó, sólo en la andaluza provincia de Jaen se reciben cada año más de 400 millones de euros para apoyar la producción de 400.000 toneladas de aceite de oliva.
La oposición del nacionalismo vasco y catalán radical a la constitución europea viene determinada porque ese texto no contempla la posibilidad de que partes de un país miembro de la UE pueda declarar su independencia y seguir perteneciendo al bloque.
Votos negativos llegaron también desde la derecha del opositor Partido Popular (PP) y en parte impulsados por los dirigentes de éste, más allá de que verbalmente reclamaron el sí.
Como prueba de ello, los miembros del gobernante PSOE señalan el abultado número de votos negativos en zonas consideradas baluarte electoral del PP, como en La Moraleja, una zona residencial de muy alto nivel situada en los alrededores de Madrid.
Así lo señaló el diputado socialista Rafael Simancas, al afirmar que se debe poner de manifiesto la irresponsabilidad de la derecha más radical, representada por Esperanza Aguirre (presidenta de la Comunidad de Madrid), quien, a pesar de estar en juego los intereses de España, ha jugado a la contra, realizando una campaña ambigua, de tono bajo, desincentivando a la participación.
Pero el líder del PP, Mariano Rajoy, rechazó esas críticas y atribuyó la que él considera baja participación a las prisas de Zapatero por convocar el referéndum y por realizar una campaña previa.
Esa campaña fue calificada de mala por Rajoy. porque, a su entender, no logró explicar la Constitución de la UE a los ciudadanos y motivarlos a participar con su voto.
No obstante, entre especialistas y otros círculos cunde la idea de que España dio este domingo el primer y exitoso paso en un difícil camino constitucional europeo, al que lo amenazan algunos grandes del bloque, como Gran Bretaña, y otros pequeños, como los nacionalismos vasco y catalán en España.
Zapatero se congratuló por el resultado de la convocatoria y subrayó que ha ganado Europa, ha ganado la Constitución europea y ha ganado España.
Por su parte, el portugués José Manuel Durâo Barroso, presidente de la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la UE, indicó que con este referéndum los españoles son los primeros en integrar de manera decisiva una verdadera conciencia europea.
Durâo Barroso añadió que, con esta decisión, los españoles han enviado una señal fuerte a los hombres y mujeres de Europa que tendrán que pronunciarse sobre la Constitución en los próximos meses.
A ese futuro se refirió también el presidente francés, Jacques Chirac, quien dijo que el sí de los españoles muestra el camino a los otros países que ratificarán este tratado en los meses venideros.
Bravo a los españoles y muchas gracias, alentó a su vez y de modo lacónico Valery Giscard d´Estaing, presidente de Francia de 1974 a 1981 y quien encabezó la Convención que elaboró el texto constitucional puesto a referéndum el domingo en España,
En tanto, el actual presidente francés, Jacques Chirac calificó el resultado de símbolo fuerte que muestra el camino a los otros países que ratificarán el tratado próximamente.
En ese respaldo, Chirac es sostenido por el líder de la oposición en su país, el socialista François Hollande, quien se apresuró a felicitar a Zapatero por haber convencido a su pueblo de que hiciera un acto de fe en la democracia y la construcción europea.
El Tratado Constitucional debería entrar en vigencia el 6 de noviembre de 2006 si es aprobado por los 25 países miembros de la UE.
Aunque España es el primero que lo aprobó por referéndum, en Lituania, Hungría y Eslovenia también lo hicieron pero sólo sus respectivos gobiernos.
Los otros países que encararán referendos son Francia, Luxemburgo, Dinamarca, Polonia, Portugal, Irlanda, Gran Bretaña y República Checa. Bélgica, aún no decidió si se convocará a una consulta o lo aprobarán directamente sus autoridades.
La gran pregunta que muchos se hacen se llama Gran Bretaña, un estado que tiene previsto convocar el referéndum entre marzo y junio de 2006 y sobre el que todas las encuestas realizadas hasta la fecha indican que 55 por ciento de los consultados votarían por el no.
Según el Tratado Constitucional, si las cuatro quintas partes de los socios lo ratificasen y algún país tuviese problemas, los jefes de Estado y de gobierno de la UE serán los que adopten una resolución al respecto.
Pero, los analistas indican que el retiro del bloque será el camino más seguro en caso de tratarse de un pequeño país de los 10 ingresados el 1 de mayo. En cambio, si la negativa proviene de Gran Bretaña o Francia, por ejemplo, será la Constitución la que entraría a una vía muerta.