La ONU cedió a la presión de la extrema derecha de Estados Unidos y anunció sanciones contra funcionarios acusados de irregularidades en la administración del programa Petróleo por Alimentos para Iraq.
El secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Kofi Annan, abrió un proceso disciplinario contra el ex director del programa, el chipriota Benon Sevan, tras la divulgación de un informe en el que se cuestiona su comportamiento.
Así lo informó el jefe de gabinete de Annan, Marck Malloch Brown, quien leyó el jueves ante periodistas una declaración del secretario general en la que se compromete a actuar contra cualquier violación de las reglas del foro mundial, aunque no dio detalles de las sanciones.
En el caso de que los resultados de la investigación deriven en acusaciones penales, la ONU cooperará con las autoridades nacionales competentes. Levantaré la inmunidad diplomática a los funcionarios involucrados, anunció Annan en su declaración.
El Comité de Investigación Independiente de la ONU, presidido por el estadounidense Paul Volcker, concluyó en su informe preliminar divulgado el jueves que el director del programa tuvo una actitud éticamente impropia. Pero el reporte se cuida de acusarlo de corrupción.
El Comité afirmó que el foro mundial no siguió los procedimientos para asegurar limpieza, transparencia y rendición de cuentas en el programa.
Pero el propio Volcker admitió que la administración del programa parecía estar libre de abusos sistemáticos y generalizados
Sin embargo, Sevan se colocó en un grave y continuo conflicto de intereses, y violó explícitamente las reglas de la ONU, señaló Volcker ante periodistas.
El informe indica que Sevan, quien ha trabajado para el foro mundial durante 40 años, solicitó varias entregas de petróleo iraquí a la pequeña empresa Africa Middle East Petroleum.
Pero Sevan negó las acusaciones y arguyó que está siendo usado como chivo expiatorio.
Sevan nunca tomó ni un centavo. Lo que sucede es que, ante este clima político, el Comité necesita culpar a alguien. El Comité dio la espalda al debido proceso y cedió ante la presión de los opositores de la ONU, afirmó el abogado de Sevan, Eric Lewis, en alusión al ala más conservadora del gobierno de Estados Unidos.
El informe preliminar, cuyos datos fueron adelantados por Volcker en una columna publicada en el estadounidense The Wall Street Journal un día antes de su divulgación oficial, también critica a Joseph Stephanides, ex funcionario del Departamento de Asuntos Políticos de la ONU, por la forma en que fueron concedidos algunos contratos.
Sevan está retirado, aunque permanece en planilla con un salario simbólico para que pueda estar disponible a la investigación. Stephanides continúa activo.
El informe final del Comité estará terminado en junio.
El propio hijo del secretario general de la ONU, Kojo Annan, está bajo investigación por sus vínculos con una compañía suiza que tuvo contratos con el programa.
En los pasillos de la sede central del foro mundial en Nueva York, algunos se preguntaban por qué Volcker decidió publicar parte de los datos del informe en The Wall Street Journal un día antes de presentarlo en conferencia de prensa e incluso entregarlo a la Secretaría General.
Estamos sorprendidos, reconoció el portavoz de Annan, Fred Eckhard.
Volcker explicó que su intención fue garantizar que los resultados del informe llegaran a conocimiento de todo el público.
En los últimos meses, ese periódico ha criticado duramente la política de la ONU.
El programa Petróleo por Alimentos, que rigió entre 1996 y 2003, permitía adquirir y distribuir entre 7.000 y 10.000 millones de dólares anuales de asistencia humanitaria a la población de Iraq, obtenidos de la venta de su petróleo.
Bagdad estaba bajo un embargo internacional por haber invadido Kuwait en 1990 y por intentar desarrollar armas de destrucción masiva.
El programa suministró medicamentos y alimentos esenciales a 60 por ciento de la población iraquí, de 27 millones de personas, y era supervisado en especial por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad del foro mundial (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia).
En mayo de 2003 el esquema fue disuelto, cuando el Consejo de Seguridad levantó las sanciones contra Iraq, tras la ocupación militar estadounidense a ese país.
Esos ingresos por la venta de petróleo pasaron en noviembre de 2003 a las arcas de la hoy disuelta Autoridad Provisional de la Coalición, encabezada por Paul Bremer, el administrador estadounidense en Iraq.
Los acusadores sostenían que el depuesto presidente iraquí Saddam Hussein se había embolsado más de 21.000 millones de dólares gracias al programa.
Fue entonces cuando el Consejo de Seguridad creó el Comité presidido por Volcker, ex jefe de la Reserva Federal (banco central) estadounidense, para investigar el esquema.
Observadores atribuyen las intensas críticas al programa a una campaña de la extrema derecha de Estados Unidos, que constantemente critica al foro mundial e impulsa el unilateralismo de Washington.
Los editores de los diarios son también cómplices de esta violenta campaña contra la ONU lanzada por los neoconservadores, afirmó el director ejecutivo del independiente Global Policy Forum( Foro Político Global), Jim Paul, con sede en Estados Unidos.
Pocas horas después de divulgado el informe preliminar, el congresista estadounidense Henry Hyde, del gobernante Partido Republicano, dijo que la situación era de grave preocupación.
Me resisto a concluir que la ONU ha sido dañada sin posibilidad de reparación, pero todas estas revelaciones ciertamente van en esa dirección, afirmó.
Semanas atrás, varios legisladores estadounidenses reclamaron que los funcionarios de la ONU acusados por las supuestas irregularidades en el programa fueran entregados a investigadores de ese país. Un senador llegó a pedir la renuncia de Annan.
El Senado de Estados Unidos lleva adelante su propia investigación sobre el sistema.
