MÉXICO: Mercado del sexo se desnuda

La boyante industria de la pornografía apunta sus baterías al otrora reprimido mercado mexicano con una feria de cuatro días en la que exhibe sus últimas ofertas.

Largas filas de visitantes, la gran mayoría hombres, se formaron el jueves por la tarde en las afueras del Palacio de los Deportes de la capital mexicana, donde se inauguró la Expo Sexo y Entretenimiento. Unas 100 firmas locales y extranjeras exhiben sus productos y servicios.

Por una entrada de 13 dólares, los asistentes pueden conocer lencería, películas, revistas, sitios en Internet, perfumes y juguetes que se ofrecen hoy en el mercado del sexo. Además de espectáculos en vivo y consejos ”eróticos” de nueve actrices y un actor del cine porno estadounidense.

La Expo Sexo y Entretenimiento es el segundo capítulo de una feria similar realizada en 2004, a la que asistieron 80.000 personas. Este año, los organizadores esperan más de 100.000.

En la primera feria, los expositores ocuparon una superficie de 4.500 metros cuadrados, mientras la actual se amplió a 17.000 metros.

Cálculos de la revista estadounidense Fortune indican que la industria de la pornografía genera en el mundo ingresos anuales por unos 60.000 millones de dólares, monto equivalente a los activos totales de la petrolera estatal de México, Pemex.

De ese millonario pastel, menos de uno por ciento lo genera México, según indican las estimaciones de Alberto Kibrit, joven empresario que promueve pornografía e importa y vende vídeos y revistas, y principal impulsor de la feria.

Aunque no existe un registro claro sobre los montos comerciales del sector en México, los cálculos del empresario se basan en datos proporcionados por ”sex shops” (en inglés, tiendas de sexo) de varias ciudades del país y en las ventas callejeras de miles de vídeos y revistas pornográficas.

Kibrit gestiona desde hace dos años la creación de una asociación de los principales distribuidores de pornografía en México, donde hasta inicios de los años 90 estaba prohibida la venta de pornografía en mercados, y las exhibiciones y espectáculos eran casi siempre clandestinos.

La feria ”es una expresión de la bajeza a la que vamos llegando en México en cuanto a los valores sociales y familiares”, dijo a IPS la activista Rocío Gálvez, presidenta del grupo conservador católico Provida.

Quienes visitan estos lugares son personas ”manchadas en su moralidad”, opinó.

Más allá de las manchas, el sexólogo Eusebio Rubio dijo a IPS que ”el sexo explícito como mercado es parte de la cultura occidental, y lo peor que se puede hacer es ocultarlo como sucedía en el pasado, pues eso engendra sociedades reprimidas y hasta enfermas”.

”Lo que deben hacer las escuelas, los padres de familia y los educadores es reconocer la existencia de la pornografía para aprender a verla con ojos críticos, para procesar su oferta y, si es del caso, rechazarla o incluso usarla cuando vale la pena en cierta edad o situación de pareja”, indicó.

El diccionario de la Real Academia Española asigna al vocable pornografía tres acepciones: carácter obsceno de obras literarias o artísticas, obra literaria o artística de este carácter, y tratado acerca de la prostitución.

Hasta el inicio de los años 90, los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional (PRI, en el poder desde 1929 hasta 2000) censuraron toda forma de pornografía. Pero la presión social y del mercado fueron quebrando de a poco esas prohibiciones.

"Luego de años de grisura y de negociaciones ásperas entre la libertad y las 'razzias', entre la libertad y los inspectores, a inicios de los años 90, sin acuerdos”, el mercado del sexo comenzó a imponerse ”desafiando a los poderes constituidos”, señaló el escritor Carlos Monsiváis.

Desde que el PRI dejó el gobierno no es muy difícil encontrar en México tiendas donde se venden objetos, juguetes, vídeos y otros productos vinculados al mercado del sexo. Además, se pueden comprar revistas pornográficas en cualquier lugar de venta de periódicos.

Los asistentes a la feria (40 por ciento de las entradas se vendieron con varios días de anticipación), pueden visitar unos 100 módulos guiados por un grupo de hombres y mujeres semidesnudos y con los cuerpos pintados.

Entra las novedades se cuentan unos lentes especiales que permiten ver a través de la ropa. Pero esto es casi lo único que no se vende.

”La feria no busca promover la prostitución ni la pornografía infantil, sino presentar en México, como sucede en otras partes del mundo, toda la oferta que existe para aquellos que buscan darle a su vida una dosis de pasión y erotismo”, dijo Kibrit.

En los pasillos de la feria deambulan en horarios especiales parejas homosexuales y heterosexuales con atuendos provocativos, y a cambio de dinero, se acarician ante el visitante.

”No habrá sexo en vivo”, se apresuraron a aclarar los organizadores de la feria.

En los cuatro días de la exposición se presentan espectáculos cada 20 minutos, como desfiles de lencería y desnudismo masculino y femenino.

También hay conferencias dictadas por actrices y actores de cine ”porno” destinadas, según los responsables de la feria, a resolver dudas y responder preguntas del público.

”Para que las mujeres aprendan a hacer el amor mejor se requiere que conozcan su cuerpo. Ver películas ayuda, pero sobre todo hay que tener la mente abierta” y venir a la feria, declaró la estadounidense Stormy Daniels, una de las actrices presentes.

Forbes estima que más de 250 millones de personas en el mundo son consumidoras directas de la industria ”del erotismo y la pornografía”.

Según N2H2, firma de análisis sobre los contenidos de la red de computadoras Internet, más 30 millones de personas están diariamente conectadas a una terminal en busca de imágenes de sexo explícito.

El buscador de páginas web Google arroja 11,4 millones de resultados en una búsqueda con ”porno” y más de un millón con la palabra pornografía.

”Se trata de una industria más que millonaria de la que lucran principalmente los estadounidenses”, dijo a IPS Valeria Trabes, periodista especializada en temas de sexo.

En Estados Unidos se filman cada año unas 12.000 películas del género. Sus protagonistas cobran entre 500 y 30.000 dólares, según su grado de experiencia.

En la mayor parte de la feria, como en esos filmes de argumento escaso, la desnudez del cuerpo y los órganos sexuales monopolizan la atención. (

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe