ESTADOS UNIDOS: Cruzado antiislámico se aferra a la bandera

El activista estadounidense Daniel Pipes sigue trabajando duro para proteger a su país y a Occidente de la influencia del Islam radical, pese a que el presidente George W. Bush decidió no volver a contar con él en el cuasigubernamental Instituto de Paz (USIP).

Pipes propuso la creación de un Instituto Antiislamista, a cargo de revelar las ”actividades políticas” legales de ”islamistas”, entre ellas ”prohibir a las familias de soldados estadounidenses en Iraq enviarles cerdo o productos porcinos” vedados por la fe musulmana.

”En el largo plazo (…) las actividades legales de los islamistas representan un desafío mucho mayor que las ilegales”, indica el borrador de la propuesta de creación del Instituto, formulada por el Foro de Medio Oriente (MEF), que Pipes dirige. IPS tuvo acceso al documento.

Pipes también trabaja con Stephen Schwartz, un ex trotskista convertido al Islam sufí en 1997, en la creción del Centro de Pluralismo Islámico (CIP).

La finalidad del CIP es ”promover el Islam moderado en Estados Unidos y en todo el mundo” y ”oponerse a la influencia del Islam militante y, en particular, el del sector wahabita financiado desde Arabia Saudita, en los medios de comunicación, la educación y el gobierno de Estados Unidos”.

La rama wahabita del Islam sunita es la fe oficial de Arabia Saudita.

El CIP recibe su financiamiento a través del MEF hasta que el gobierno le permita recibir donaciones exceptuadas de impuestos, según otro documento obtenido por IPS. El Centro confía en que obtendrá fondos de la comunidad chiita estadounidense y de mezquitas sunitas sin influencia wahabita.

Esta organización también tiene fuertes vínculos con el subsecretario (viceministro) de Defensa Paul Wolfowitz y otros miembros del sector neoconservador que ha dominado la política exterior del gobierno, como el ex director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) James Woolsey.

Pipes, quien fundó el MEF en Filadelfia en 1994, ha realizado duras campañas contra lo que considera el Islam ”radical” en Estados Unidos, en especial organizaciones musulmanas como el Consejo de Relaciones Islámico- Estadounidenses (CAIR).

Mucho antes de los atentados del 11 de septiembre de 2001, que dejaron 3.000 muertos en Nueva York y Washington, Pipes manifestó alarma por la inmigración de musulmanes extranjeros, la cual, dijo, amenazaba a los judíos estadounidenses y constituía una potencial ”quinta columna” para radicales islámicos.

Por otra parte, este activista ha sido un duro opositor al nacionalismo palestino.

Pipes dijo a la televisión australiana este mes que el plan del gobierno de Ariel Sharon de retirar a las tropas israelíes y los asentamientos judíos de Gaza y sus negociaciones con el primer ministro palestino Mahmoud Abbas eran un ”error”.

Ochenta por ciento de la población palestina, incluido Abbas, aún están a favor de la destrucción de Israel, según declaró Pipes.

En 2002, Pipes lanzó Campus Watch, organización dedicada a analizar el supuesto sesgo antisemita, antiisraelí, propalestino o islamista presente entre los profesores de asuntos de Medio Oriente en las universidades de Estados Unidos.

Campus Watch invita a los estudiantes a denunciar a los profesores, en una actitud que ha sido considerada maccartista.

En 2003, la designación de Pipes por parte de Bush en la junta del USIP desató cuestionamientos de académicos y dirigentes políticos. El USIP fue fundado por el gobierno y recibe su financiamiento para ”promover la prevención, el manejo y la resolución pacífica de los conflictos internacionales”.

Entre los que cuestionaron la designación figuraban académicos musulmanes, árabes-estadounidenses e independientes, y también senadores demócratas como Edward Kennedy, Christopher Dodd y Tom Harkin.

Entre otros textos, los críticos recordaron un artículo de Pipes en que calificaba a los musulmanes de ”personas de piel oscura que cocinan platos extraños y no mantienen exactamente criterios germánicos de aseo”.

El mismo año de su designación, Pipes propuso que la policía tuviera en cuenta el perfil étnico y racial de los sospechosos en sus investigaciones y que vigilara las actividades en las mezquitas.

Varios senadores republicanos advirtieron a Bush que se opondrían a la designación si llegaba a ser objeto de voto. El presidente apeló a designarlo en un receso del Congreso legislativo, lo cual le daría tiempo a 2004 para que el Senado lo considerara.

Pero ahora, aunque cuenta con mayoría en ambas cámaras, Bush decidió no volver a designar a Pipes como miembro de la junta del USIP. Y es posible que tanto el Instituto como el presidente lamenten ahora haber contado con el activista en el organismo.

Durante el periodo en que participó en su junta, Pipes cuestionó a USIP por organizar una conferencia junto con el Centro para el Estudio del Islam y la Democracia, organización académica a la que acusó de contratar expertos ”radicales”.

La propia USIP consideró que tal acusación descansaba sobre ”citas fuera de contexto, errores de hecho e insinuaciones”.

Pipes también criticó a Bush por ”legitimar” a varios grupos ”islamistas” como CAIR y el Instituto Árabe-Estadounidense al invitar a sus representantes a ceremonias en la Casa Blanca y otras instancias del gobierno.

El presidente debería identificar al ”Islam radical” como ”el enemigo” en la guerra contra el terrorismo que lanzó luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001, advirtió el activista.

Entrevistado por teléfono, el profesor Kemal Silay, ”presidente designado” del CIP que enseña Estudios Otomanos y Turcos Modernos en la Universidad de Indiana, dijo a IPS que no estaba al tanto de ocupar ese puesto en el Centro.

De todos modos, dijo haber hablado con Schwartz y estar de acuerdo con él y con Pipes en el peligro que representan los grupos wahabitas para Estados Unidos y para el mundo.

Alí al-Ahmed, director del Instituto Saudita de Washington y designado director de investigaciones en la propuesta de creación del CIP, dijo a IPS que apoyaba con fuerza sus metas, aunque sostuvo que, para él, algunas organizaciones identificadas por Schwartz como wahabitas eran independientes.

También dijo que no sabía que Pipes estaba involucrado en el proyecto.

”Pipes ve a todos los árabes y musulmanes como lo mismo, porque tiene interés en la seguridad del estado de Israel”, dijo Al-Ahmed, dedicado a denunciar violaciones de derechos humanos en Arabia Saudita.

Schwartz se rehusó a hablar con IPS.

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