EEUU-ARABIA SAUDITA: Una mano lava la otra

El Departamento (ministerio) de Justicia de Estados Unidos hará historia al rechazar, sin decir sus razones, una demanda en favor de un ciudadano estadounidense detenido en Arabia Saudita.

El estudiante de 23 años Ahmed Abu Ali fue arrestado en junio de 2003 cuando se aprestaba a rendir un examen en la Universidad de Medina. Según las autoridades sauditas, fue a instancias de Estados Unidos. Mientras, Washington niega haber tenido algo que ver en el asunto.

El Departamento de Justicia, que en el país norteamericano cumple la función de fiscalía general, invoca razones de seguridad nacional ”extraordinariamente elevadas” para no explicitar las razones por las que se niega a intervenir en el caso.

En otras instancias, los tribunales estadounidenses basaron sus fallos en ”información secreta”, pero en relación con la negativa de una licencia de trabajo o para pilotar aviones. En este caso sin precedentes, el objeto de la demanda es la libertad de una persona.

Ahmed Abu Ali se encuentra en prisión sin haber sido acusado y sin acceso a asesoría legal. Las autoridades sauditas aseguran que no tienen ninguna acusación contra él, y que su detención obedece a una solicitud del gobierno estadounidense.

Agentes del gubernamental Buró Federal de Investigaciones (FBI) visitaron a Ali en la cárcel, y Washington supuestamente pidió a las autoridades en Riyad que lo acusen o se lo entreguen en custodia.

La familia de Ali afirma que el joven fue víctima de una ”presentación” (”rendition”), procedimiento irregular según el cual sospechosos son conducidos a otros países para que se los interrogue sin las restricciones de las leyes estadounidenses.

Esta práctica es empleada, según distintas versiones, por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y otros organismos de seguridad estadounidenses. Con frecuencia, las víctimas son enviadas a o detenidas por países conocidos por el uso de la tortura en interrogatorios.

El abogado del Departamento de Justicia Ori Levi dijo la semana pasada, en una audiencia en Washington ante el juez John D. Bates, que si bien no había precedentes para rechazar la demanda, ”hay muy poco peligro” de que Ali haya sido privado de su libertad por error.

”El interés del gobierno en proteger la seguridad nacional aquí es extraordinariamente elevado”, dijo Levi.

El juez Bates replicó que tenía ”serias reservas sobre tomar una decisión tan crítica basada sobre información que debe serle presentada en privado” y no en la audiencia, informó el diario The Washington Post.

Aunque es ”consciente de la preocupación del gobierno acerca de la seguridad nacional”, el magistrado estaría ”reticente a rechazar” la demanda por prisión injusta sin una explicación pública, agregó el periódico.

Se trata de ”lo más cerca a un cierre de secretos de Estado” posible, aunque ”estamos hablando de libertad”, consideró Bates.

El juez le preguntó a Levi: ”¿Cuán capaz es el tribunal de resolver un caso con justicia si sólo puede confiar en usted?”

Uno de los abogados de Ali, David Cole, sostuvo que Bates no debería considerar evidencia secreta.

”La idea de que el gobierno puede participar en un caso que involucra la libertad de un ciudadano estadounidenses enteramente a puertas cerradas no tiene precedentes y es totalmente contrario a los principios básicos sobre los que se fundó este país”, dijo Cole a IPS.

”No se puede tener un sistema de justicia justo en que una parte debe depender de evidencias y argumentos que la otra parte ni siquiera puede ver”, advirtió.

Cole y la familia Ali acusan al gobierno de Estados Unidos de proponer el rechazo de la demanda para evitar que se conozca su participación en el arresto del estudiante.

En ese sentido, mencionaron un informe publicado la semana pasada por el diario The Washington Post según el cual el Departamento de Estado (cancillería) había pedido formalmente al gobierno saudita que acusara a Ali o lo entregara a Estados Unidos en custodia.

Dos meses después de su arresto, Ali fue interrogado por agentes del FBI que, según distintas versiones, lo amenazaron con declararlo ”combatiente enemigo” y enviarlo a la base naval estadounidense en Guantánamo, Cuba.

Organizaciones de derechos humanos y civiles de todo el mundo acusan a Estados Unidos de violar los derechos humanos y las normas del debido proceso en Guantánamo, donde están confinadas personas tomadas prisioneras en el marco de la ”guerra contra el terrorismo” declarada por Washington.

Luego de su entrevista con agentes de la CIA, Ali fue confinado en una celda aislada durante tres meses.

Ali ”está detenido con conocimiento y apoyo pleno del gobierno de Estados Unidos”, declaró la Embajada de Arabia Saudita a The Washington Post. ”Hay una investigación en curso respecto de este individuo. Por el momento, no hemos recibido pedido de extradición.”

El estudiante estadounidense, hijo de jordanos, nació en la meridional ciudad de Houston y creció en el nororiental estado de Virginia.

Sus padres creen que las autoridades estadounidenses pretenden que las de Arabia Saudita lo torturen.

Washington vincula a Ali con un caso de terrorismo que ya fue procesado en los tribunales.

El principal acusado de ese caso, Sabri Benkhala, ya fue absuelto por la justicia de Virginia.

Benkhala, quien habría admitido pertenecer a la red terrorista Al Qaeda interrogado por funcionarios sauditas en presencia de agentes del FBI, había declarado en julio de 2003 que Ali estaba asociado con él.

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