– El gobierno de Canadá se arriesgó a despertar la ira de Estados Unidos al negarse a participar en el sistema de Defensa contra Misiles Balísticos, cediendo a la presión de parlamentarios oficialistas y de la opinión pública.
El primer ministro Paul Martin realizó el anuncio el jueves. Funcionarios del gobierno canadiense habían informado al presidente George W. Bush a comienzos de esta semana, en la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Bruselas.
La decisión parece destinada a socavar el vínculo entre Canadá y Estados Unidos, ya dañado por la negativa de Ottawa a unirse a la invasión de Iraq en marzo de 2003. Además, las exportaciones canadienses de madera y carne fueron objeto de disputas comerciales.
Canadá es el principal socio comercial de Estados Unidos, y, además, su principal proveedor de petróleo. En diciembre le vendió 1.563.000 barriles diarios de crudo, por encima de México, Arabia Saudita, Venezuela y Nigeria.
Setenta por ciento de los entrevistados por firmas encuestadoras canadienses se oponen al sistema de Defensa contra Misiles Balísticos estadounidense, también conocido como escudo antimisiles.
Martin, que gobierna con una frágil coalición, no logró suficiente apoyo para el sistema ni siquiera en su propio partido, el centrista Liberal. El primer ministro apoyó el programa durante la campaña electoral de 2004, aunque dijo oponerse al armamentismo espacial.
La iniciativa de Bush representa la última encarnación de la guerra de las galaxias promovida por el ex presidente Ronald Reagan (1981-1989), experimento frustrado para desarrollar un sistema espacial que pudiera destruir misiles a mitad de vuelo, que costó 120.000 millones de dólares.
El sistema permitiría combatir toda clase de amenaza de proyectiles balísticos, desde los misiles tácticos de corto alcance hasta los misiles de alcance intercontinental, dijo David Martin, director adjunto de la Agencia de Estados Unidos para la Defensa contra Misiles Balísticos.
Este programa utilizará la capacidad incrementada de detección, rastreo, interceptación y destrucción de misiles balísticos hostiles de todo alcance y en todas las fases de vuelo, según Martin.
El líder del centroizquierdista Nuevo Partido Democrático, Jack Layton, sostuvo que el gobierno envió mensajes confusos sobre el programa de defensa estadounidense.
Esta misma semana, el embajador de Canadá en Estados Unidos, Frank McKenna, dijo que su país ya era parte del esquema de Defensa contra Misiles Balísticos dado que es parte de Norad, el sistema de alerta contra misiles de América del Norte.
Canadá y Estados Unidos también han coordinado sus defensas y mantenido una alianza militar desde 1940. La participación canadiense en el sistema habría significado un triunfo de relaciones públicas para Washington, y habría permitido la instalación de misiles antibalísticos para destruir eventuales misiles sobre el mar Ártico.
La preocupación es que a Washington se le dice una cosa sobre nuestra participación en ciertos elementos del programa mientras a los canadienses se les dice otra, dijo Layton a la prensa.
Los canadienses no quieren ser parte de eso. Se lo hemos dicho al señor Martin durante dos años. Finalmente, se acercó a nuestro modo de pensar, al menos simbólicamente, y debemos asegurarnos es que se cumpla el deseo de los canadienses, agregó.
Mientras, Martin trató de minimizar el conflicto entre Ottawa y Washington.
Seamos claros: respetamos el derecho de Estados Unidos a defenderse, sostuvo el primer ministro. Canadá trabajará con Estados Unidos en la defensa común de América del Norte, pero los esfuerzos de nuestro país no se concentrarán en la defensa antimisiles, agregó.
Canadá mantiene su apoyo a Norad, añadió.
El día anterior al anuncio, el gobierno canadiense añadió 10.000 millones de dólares al presupuesto militar de los próximos cinco años, en parte debido a la presión estadounidense para aumentar su capacidad dentro de la OTAN.
No podemos entender cómo Canadá deja de lado su soberanía y decide en contra de un sistema de defensa que lo beneficiaría, dijo el embajador de Estados Unidos, Paul Cellucci.
Por supuesto, Estados Unidos está desilusionado, pero respetan nuestra decisión, sostuvo el canciller canadiense Pierre Pettigrew.
En diciembre, el presidente Bush urgió en un acto público en Canadá al primer ministro Martin a unirse al sistema de defensa antimisiles, a pesar de que el asunto no estaba en la agenda de la visita.