Italia transita la nueva era sin humo público entre aplausos de la mayoría de su población y las quejas de fumadores y de comerciantes temerosos de la pérdida de clientes y de las consecuentes dificultades para afrontar la inversión necesaria para adecuar sus locales a la nueva ley antitabaco.
"La Ley no es contra los fumadores, pero sí contra el humo del tabaco que representa el principal agente contaminante en los ambientes cerrados y es cancerígeno para el hombre", justificó un portavoz del Ministerio de Salud, tras señalar a IPS que a partir de ahora "no fumar será la regla y fumar será la excepción".
Es que Italia pasó a integrar la avanzada, junto a Irlanda, Alemania y Francia, de países de la Unión Europea que apostaron por la promoción de la salud, al disponer que restaurantes, bares, oficinas públicas y otros lugares cerrados de gran asistencia de personas queden libres del humo de tabaco y de su contaminación.
En la llamada "Reseña de los efectos del humo del tabaco en la salud", elaborada por la cartera del área, se señala que fumar es el principal contaminante del aire que se respira, asimismo se indica que 11,5 por ciento de los hombres italianos, 15 por ciento de las mujeres y 52 por ciento de los niños están expuestos a ser fumadores pasivos, incluso en su propio hogar.
A su vez, la Organización Mundial de la Salud informa que el hábito de fumar tabaco es la segunda causa de muerte en el mundo, con cinco millones de fallecimientos al año.
Organizaciones de no fumadores han expresado públicamente su satisfacción por la puesta en vigencia en la víspera en Italia del decreto ley número 266, aprobado el 9 de noviembre, por proteger en especial la salud de las mujeres embarazadas y de los niños menores de 12 años.
Con la nueva norma, sólo se podrá fumar en las calles y los hogares, además de aquellos locales públicos que tengan áreas reservadas con ese fin y con la infraestructura necesaria, como una suficiente ventilación. Hoy, apenas uno de cada 19 locales italianos reúne esos requisitos.
Quienes decidan remodelar sus establecimientos sólo lo podrán hacer en el plazo máximo de un año a partir del lunes, aunque mucho ya han desistido por el elevado costo que esas modificaciones suponen o porque, directamente, el espacio disponible no se los permite.
El primer día de aplicación de la ley transcurrió bajo la tensión de algunos propietarios y la crítica de muchos fumadores. "La ley pudiera representar una pérdida de clientes para muchos locales" dijo a IPS Darío Calabrese, propietario del Bar "Il Borghetto" situado en la Plaza Sempione, en Roma.
"Aunque era necesaria una ley como ésta para promover la salud, sólo tutela a los grandes locales, porque los pequeños se ven imposibilitados económicamente de hacer modificaciones", se quejó Calabrese.
A pesar de que en "Il Borghetto" está prohibido fumar desde hace un año y medio, Calabrese comenta que "al principio es difícil que los clientes se adapten", y recuerda que en su caso "muchos clientes prefirieron buscar otros lugares donde se les permitiera fumar".
Uno de los puntos que le preocupa a este comerciante es que sobre los propietarios recae también la tarea de vigilar y denunciar a quienes insistan en violar la ley, pues de otro modo serán ellos los sancionados.
Las multas al respecto van desde los 27,5 (36 dólares) a los 275 euros (360 dólares), aunque las cifras podrían duplicarse si en el entorno hay mujeres embarazadas o niños menores de 12 años.
Para los responsables de los locales públicos que hagan caso omiso de la ley o que no coloquen el cartel de prohibido fumar como estipula la norma, las multas pueden alcanzar de los 220 (290 dólares) hasta los 2.200 euros (2.900 dólares), según especificó el Ministerio de Salud a IPS.
En cuanto a la aplicación de la ley, Guglielmo Lorenzani, de 56 años y un fumador desde hace 35 años, opina que "es una buena fórmula para respetar la salud de los no fumadores y es una ley justa, pero también nosotros nos sentimos discriminados cuando entramos a un local, aunque todo será cuestión de tiempo y de adaptación".
En cambio Esmeralda Menegaz, que vive en Roma y es fumadora desde hace 20 años, no tiene dudas en afirmar que la nueva regla "es una contradicción".
"Me contenta que la ley protege al que no fuma, pero a mí ¿quién me protege? me pregunto si realmente el Estado quiere ganarle la batalla al cigarrillo y a la contaminación cuando hace una campaña contra el humo, pero me vende el producto y de paso obtiene 75 por ciento de su costo", comentó a IPS, en alusión a la carga tributaria del producto.
"Fumar no es una elección, es un condicionamiento que nos impone la sociedad", apuntó. Al respecto relata Menegaz que, después de haber participado en un curso dictado por la organización no gubernamental Médicos sin Fronteras para dejar de fumar, entendió que detrás del hábito de fumar se esconden muchos mensajes ocultos.
"Esa organización nos mostró estudios que demuestran que a través de muchos programas de televisión y hasta en los cartones animados hay mensajes que manipulan la psique y mantienen el hábito. Quienes gobiernan lo saben pero permanecen en silencio", destacó.
Pero el Ministerio de Salud es contundente al afirmar que la normativa nacional prohibe la publicidad directa e indirecta del cigarrillo y el patrocinio de programas televisivos por parte de las empresas tabacaleras.
Asimismo indican que una Directiva del Parlamento Europeo también prohibe el patrocinio de eventos o actividades que se realicen en los estados miembro de la Unión Europea (UE) por parte de estas empresas, así como la distribución gratuita de cigarrillos para estas ocasiones.
Con este paso, las autoridades esperan que se disminuya el número de fumadores activos y pasivos en este país de 57,4 millones de habitantes, donde 26,2 por ciento de los mayores de 15 años son fumadores, la mayoría de los cuales se sitúan entre los 35 y 44 años.
En los últimos 40 años, el porcentaje de fumadores varones mayores de 15 años disminuyó de 65 por ciento en 1957 a 30 por ciento en 2004, mientras que en las mujeres se incrementó de 6,2 por ciento en 1957 a 26 por ciento en 1990 para luego descender a 22,5 por ciento el año pasado.
Asimismo, el consumo de cigarrillos en este país registró un descenso del 1,3 por ciento en 2003, respecto del año anterior, mientras que en los últimos 12 meses unas 700.000 personas dejaron de fumar.
Empero y a pesar de estas disminuciones, Italia y Grecia, continúan siendo los mayores productores de tabaco de al UE, mientras que China lidera la producción mundial con 39 por ciento del total.
En el contexto de la Unión Europea, Irlanda es el primer país que aplicó una ley contra el hábito de fumar en público, en marzo de 2003. Los primeros resultados han sido alentadores, ya que 7.000 personas han dejado de fumar y también se ha comprobado que la mejora de la salud ha repercutido en la economía y ha disminuido la venta de cigarrillos.
En tanto, en Alemania no se permite fumar en la mayoría de los sitios cerrados, pero en el caso de bares y restaurantes se deja la decisión en manos de los propietarios.
En Francia se prohibió hacerlo en la mayoría de los lugares cerrados, mientras que en Inglaterra comenzará a regir una medida similar pero en 2008, y Escocia por ahora sólo ha anunciado la intención de dictar una ley al respecto.