San Expedito, el patrono de las causas urgentes, es el centro en Chile de un sorprendente fenómeno de fe entre los católicos, que acuden por miles los días 19 de cada mes a honrar su figura en una parroquia de Viña del Mar, con devoción no exenta de cuestionamientos.
Eso merece una explicación sociológica, más que teológica, ya que tiene que ver con la forma vertiginosa en que vivimos hoy, llenos de requerimientos que necesitan ser resueltos en forma inmediata, dijo a IPS el teólogo Fernando Sandoval, de la Universidad Católica Cardenal Raúl Silva Henríquez.
Como se ha hecho habitual cada mes, el llamado patrono de las causas justas y urgentes congregó el 19 de este mes a unas 20.000 personas provenientes de todo el país en la Parroquia Santa María de los Ángeles, ubicada en Reñaca, el sector más exclusivo de la costera y turística ciudad de Viña del Mar, 130 kilómetros al oeste de Santiago.
A tanto llegó el revuelo ese día, que la fuerza de Carabineros (policía militarizada) tuvo que tomar medidas especiales para regular el tránsito en la zona de la parroquia, a fin de resguardar a los fieles y controlar a decenas de comerciantes ambulantes que habitualmente se instalan en el lugar a vender recuerdos del mártir.
La historia de la persona a la que se venera como San Expedito no es del todo clara. Según la Iglesia Católica, se trataría de un soldado romano del siglo IV, sacrificado el 19 de abril de 303 en Armenia por orden del emperador Diocleciano, porque no aceptó rendir culto a los dioses paganos.
La tradición dice que cuando iba a formalizar su adhesión al cristianismo se le apareció un cuervo (símbolo del mal) e intentó persuadirlo de que lo hiciera al día siguiente. Expedito habría reaccionado en forma enérgica, aplastando al cuervo y vociferando repetidas veces la palabra hoy.
Según registros de la Iglesia chilena, la devoción en el país por este santo comenzó en 1897, cuando el Arzobispado de Santiago autorizó un Triduo (celebración de tres días) en su honor, con la indicación de que es invocado para los asuntos que exigen una solución pronta y cuyo retardo perjudicaría.
Pero su figura se hizo más conocida entre los chilenos en 2000, cuando se le atribuyó el milagro de la construcción de un nuevo templo para la comunidad de Reñaca, lugar donde hoy es venerado por personas de todas las clases sociales y de muy diversas ocupaciones, entre ellas artistas y políticos.
Según el propio sacerdote a cargo de la parroquia, Manuel Opaso, los problemas legales que impedían la edificación fueron superados ocho días de haber aceptado la propuesta de una feligresa de dedicar a San Expedito una novena (serie de devociones durante nueve días)
Desde ese momento, cada vez más personas acuden a pedirle o agradecerle todo tipo de favores, explosión de fe que ha sido observada con sorpresa y escepticismo por distintos sectores del país, en gran medida por el protagonismo de Opaso.
La parroquia de Reñaca es un templo de moderna arquitectura, donde las misas se celebran con apoyo audiovisual y el párroco se puede desplazar entre los fieles cuando pronuncia el sermón, gracias a un micrófono inalámbrico.
En diciembre, el carismático Opaso fue duramente criticado por afirmar que San Expedito era más popular que el beato chileno Alberto Hurtado, un sacerdote jesuita que será canonizado por el Vaticano este año, y cuya mayor obra fue la institución Hogar de Cristo, institución que atiende a unos 29.000 indigentes.
San Expedito no es el único santo al que se aferran los chilenos, pero su irrupción tiene que ver con el deseo de encontrar certeza y ayuda para la vida, ya que en Chile hay una inseguridad muy grande entre la gente, dijo a IPS el sociólogo Arturo Chacón, de la Universidad de Chile.
El 16 de este mes, el escritor chileno Rafael Gumucio cuestionó esta masiva manifestación de fe en una columna publicada en el diario Las Últimas Noticias, donde aseguró que san Expedito es uno de los personajes centrales de la santería cubana y portorriqueña, de los rituales de la macumba brasileña y del vudú haitiano y dominicano.
Con el tiempo los chilenos hemos ido cubriendo con un velo de decente cinismo nuestra idolatría tribal, pero ahí continúa viva, a la espera de algún sacerdote playero dispuesto a resucitarla, sentenció el escritor.
El comentario hace recordar los casos de Yamilet y Miguel Ángel, dos supuestos videntes hoy olvidados que encandilaron a los chilenos durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), generando un fenómeno similar al de San Expedito, que según Sandoval se aproxima a la idolatría.
Opaso, que seguirá como párroco de Reñaca al menos por otros seis años, trató de explicar la popularidad del mártir, señalando que los santos están puestos como modelos y la gente ha escuchado los testimonios de vida nueva que han tenido algunas personas gracias a San Expedito.
Sorprendida por esa masiva devoción, la Iglesia Católica ha tratado de encauzar el fenómeno.
Como Iglesia queremos acoger a los fieles que llegan a nuestros templos a honrar a los santos y deseamos acompañar su devoción para que sea verdaderamente fiel al Evangelio, ya que Jesucristo debe ser el centro de la vida de todo creyente, afirmó el obispo de Valparaíso, Gonzalo Duarte.
En Chile, el culto a los santos es una tradición muy arraigada entre los católicos, que según el censo de población de 2002 constituyen 70 por ciento de la población mayor de 15 años.
El país se está modernizando, pero la modernidad, entendida como capacidad reflexiva y control sobre los medios de que uno dispone para enfrentar la vida, todavía no ha llegado al país. Aún tenemos una mentalidad autoritaria-paternalista, argumentó Chacón.
Sandoval piensa que la gente quiere que los santos le resuelvan todos sus problemas, que en general pueden solucionar ellos mismos o que corresponden a responsabilidades del Estado, como por ejemplo, el trabajo.
Según sus devotos, San Expedito intercede para que se logre todo tipo de favores, tal como demuestran las cientos de placas de agradecimiento que atestan el lugar donde está su figura en la parroquia de Reñaca.
Se cuenta que la chilena Cecilia Bolocco, ex Miss Universo, se encomendó al santo para tener éxito en un tratamiento de fertilización asistida y dar un hijo a su esposo, el septuagenario ex presidente de argentino Carlos Menem.
Máximo Saúl Menem Bolocco nació en Santiago el 19 de noviembre de 2003.
María Angélica Estrada, de 22 años, contó a IPS que en octubre le robaron una billetera con todos sus documentos personales, que inmediatamente su madre se encomendó a San Expedito y que a las 8 de la mañana del día siguiente la llamaron por teléfono avisándole que los documentos habían aparecido a unas cuadras de su casa.
Rossana Negrete, de 29 años, dijo a IPS que es una ferviente devota del santo porque éste le cumple todo lo que pide.
Lo conocí hace un año por mi suegra, que vive en Viña del Mar. Recuerdo que le rezábamos todos los días cuando mi pololo (novio) quería cambiarse de trabajo, cuestión que se dio a los pocos días, relató.
Según explicó Duarte en una de las misas efectuadas el día 19, la devoción a San Expedito está muy extendida en algunos países de Europa, especialmente en Alemania y Francia, y también en varias naciones de América Latina
El mártir podría alcanzar la popularidad de otras figuras veneradas por los católicos chilenos, como San Sebastián, cuyo culto reunió el 20 de este mes a 100.000 personas en la ciudad de Yumbel, 485 kilómetros al sur de esta capital, o Teresa de los Andes, única santa chilena, que cada 23 de octubre congrega a cerca de 80.000 personas en su santuario, 67 kilómetros al noreste de Santiago. (