IRAQ: Votar entre las balas

Los preparativos para las elecciones de Iraq el 30 de este mes trajeron más caos y división que unidad y esperanza entre la población.

El primer ministro interino, Iyad Allawi, designado por Estados Unidos, reconoció que será imposible garantizar plenamente la seguridad durante los comicios, a pesar de las severas medidas aplicadas hasta ahora.

El gobierno anunció que entre el 29 y el 31 de este mes cerrará todas las fronteras, suspenderá los servicios de telefonía móvil y satelital, prohibirá el viaje entre 18 provincias y limitará el uso de automóviles.

La vigilancia en las urnas será rigurosa. Los planes del gobierno consisten en colocar tres cercos de seguridad alrededor de cada uno de los 9.000 centros de votación.

No obstante, el gobierno se prepara para una jornada sangrienta. El Ministerio de Salud anunció que preparará más camas, medicamentos y funcionarios para ese día en todos los hospitales.
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Los soldados de Estados Unidos realizarán patrullajes extra para responder de inmediato a eventuales atentados.

Ocho candidatos fueron asesinados, y muchos otros recibieron constantes amenazas de muerte en las últimas semanas. La campaña se ha limitado a la distribución de volantes y la colocación de carteles, muchos de los cuales fueron destruidos por manifestantes el mismo día.

Además, el propio proceso electoral es confuso para la población. En los comicios participan 83 coaliciones de partidos con un total de 7.785 candidatos, la mayoría desconocidos.

Catorce millones de iraquíes habilitados para votar elegirán los 275 miembros de la Asamblea Nacional y las legislaturas provinciales. El nuevo parlamento designará al gobierno que remplazará al presidido por Allawi.

También podrán votar 1,2 millones de iraquíes exiliados en 14 países.

Las boletas tienen nombres generales y similares entre sí, como ”La lista de la seguridad y de la estabilidad”, ”La lista de la seguridad y la justicia” y ”La lista de Iraq”, lo que contribuye a confundir a los votantes. Muy pocas contienen fotografías de los candidatos.

Allawi integra la lista con el lema ”Por un Iraq fuerte, seguro, próspero, democrático y unificado”.

En la mayoría de las hojas de votación no se hace ninguna mención ni alusión a la ocupación militar estadounidense de Iraq.

”Hagamos que las urnas sean nuestra respuesta a los atentados y a la inseguridad”, reza uno de los carteles de la campaña. En otro se promete la restauración del servicio eléctrico.

Las consignas de los partidos kurdos se concentran en reclamar el control de la septentrional ciudad de Kirkuk y obtener puestos clave en el próximo gobierno iraquí.

Mientras, los dirigentes de la rama musulmana chiita, a la que pertenecen seis de cada 10 iraquíes y que fueron marginados por los anteriores regímenes —incluido el de Saddam Hussein—, postulan un sistema federal y, en algunos casos, un gobierno teocrático similar al de Irán.

En tanto, la Asociación de Eruditos Musulmanes, de la rama sunita, llamó a boicotear los comicios en protesta por la destrucción de la central ciudad de Faluya por parte de las fuerzas de Estados Unidos.

Se prevé que cerca de 90 por ciento de los sunitas no asistan a las urnas. En cambio, los chiitas obedecerán a su líder espiritual, el ayatolá Alí Al Sistani, quien promulgó una ”fatwa” (decreto religioso) exhortando a participar de los comicios.

”Iré a votar porque Sistani nos dijo que eso ayudará al país, y estoy listo para hacer cualquier cosa por mi país”, afirmó Abdel Hassan, un zapatero del distrito de Karrada, en Bagdad.

Pero otros iraquíes parecen estar firmemente en contra de las elecciones.

”¿Cómo podemos votar cuando no conocemos a ninguno de los candidatos? ¿Y cómo podrán ayudar ellos a un país ocupado por invasores?”, se preguntó Ghassan, un chiita.

Además, el miedo a la violencia es suficiente para disuadir a muchos interesados en sufragar.

”No sabemos cuándo vendrá la próxima bala, y por eso nos quedamos en casa la mayoría del tiempo. Yo votaría si hubiera seguridad, pero estas elecciones son muy confusas y ya están causando muchos problemas”, dijo Abdulá Hamid, de 35 años, un vendedor de verduras de Bagdad.

Sin embargo, otros creen que votar es una forma de contribuir a que mejore la situación.

”Yo votaré a Allawi porque creo que puede ayudar a Iraq. Creo que él puede traer seguridad”, dijo Suthir Hamiz, cuyo esposo trabaja en un campamento militar estadounidense.

Pero Hamoudi Aziz, un taxista, sostuvo que los preparativos de los comicios han empeorado las cosas.

”No estoy siquiera a salvo en mi casa. ¿Cómo esperan que vaya a votar a ese parlamento loco”, afirmó.

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