La premio Nobel de la Paz Shirin Ebadi está dispuesta a ir a prisión por negarse a comparecer ante el Tribunal Revolucionario de Irán, que la citó a una audiencia sin especificar razón alguna.
Ebadi, galardonada en Oslo en 2003 por su labor en pro de los derechos de los niños, las mujeres y los presos políticos de Irán, dijo que no accederá a la convocatoria del Tribunal por considerarla ilegal y porque se niega a reconocer la legitimidad del órgano.
Todo es posible en este país, dijo Ebadi a la prensa el domingo, consultada sobre la posibilidad de que el Poder Judicial iraní, controlado por la línea dura del régimen islámico, podría ordenar su arresto si no acata la citación.
Este es un intento flagrante del gobierno iraní para silenciar una de las pocas voces preocupadas por los derechos humanos que quedan en este país, dijo la directora ejecutiva para Medio Oriente de la organización de derechos humanos Human Rights Watch, Sarah Leah Whitson.
Si incluso una premio Nobel está bajo amenaza, ningún activista está seguro, añadió.
La demanda contra Ebadi, abogada de profesión, podría relacionarse con la creciente tensión entre Irán y Estados Unidos, que, según informó la revista New Yorker, se infiltró en misiones militares iraníes el año pasado para investigar instalaciones bélicas y nucleares para identificar posibles blancos de ataque.
A pesar del reciente acuerdo de Irán con Alemania, Francia y Gran Bretaña para congelar indefinidamente sus actividades de enriquecimiento de uranio, el gobierno de George W. Bush considera que el régimen islámico está decidido a adquirir armas nucleares.
Pero, por un lado, Bush ha dicho que un Irán con este tipo de armas es inaceptable. Por el otro, funcionarios del propio gobierno está preocupado por las posibles molestias que sus actitudes pueda ocasionar a sus aliados occidentales, en particular Gran Bretaña.
Así como el gobierno estadounidense sufre tales divisiones, el régimen teocrático y conservador de Irán muestra conflictos entre los elementos más ideologizados, como los que dominan el Poder Judicial, y los más pragmáticos, que defienden compromisos con Occidente.
Ebadi pudo haberse convertirse en un peón de esta puja, si bien esta pieza tiene una gran independencia de acción, según Neil Hicks, director de Programas Internacionales de Human Rights First (HRF), otra organización de derechos humanos radicada en Estados Unidos.
No es coincidencia que la citación ocurra un día después de que representantes de la Unión Europea (UE) reanudaran sus conversaciones comerciales con el gobierno iraní, agregó Hicks. Facciones poderosas del gobierno están decididas a que no haya normalización de las relaciones entre Irán y Occidente.
Los integrantes de estas facciones saben que las provocaciones crearán problemas. Citar a Ebadi demuestra una vez más que nadie que se manifieste en defensa de los derechos humanos es Irán es inmune a la represión e intimidación arbitrarias de las autoridades, sostuvo.
El propio gobierno de Bush expresó su grave preocupación por la convocatoria formulada el viernes. El presidente de Irán, Mohammad Jatami —del ala más reformista del régimen—, replicó que Estados Unidos no estaba en una buena posición para criticar a otros en materia de derechos humanos.
Deben responder por los crímenes cometidos en la prisión iraquí de Abu Ghraib, por cruel asesinato, en nombre de la libertad y de la democracia, de personas en todo el mundo y por el apoyo que brinda a las atrocidades contra el pueblo palestino, advirtió Jatami.
Como jefe de Estado, garantizo personalmente la seguridad de Ebadi y la libertad para que continúe con sus actividades. En cuanto a su citación, no creo que sea un problema importante. Es una abogada bien conocida en el país, concluyó.
El 12 de enero, la Rama 14 del Tribunal Revolucionario de Teherán ordenó a Ebadi presentarse a una audiencia en tres días. La convocatoria no especificaba razones, pero advertía que la abogada sería arrestada si no comparecía.
No tiene precedentes que el Tribunal Revolucionario cite a alguien para una audiencia privada y le advierta que su no comparecencia derivaría en arresto, sostuvo Ebadi.
Creo que el órgano se ha desviado de los principios de imparcialidad y confío en que esto sea corregido por las autoridades judiciales, sostuvo.
Whitson consideró que el gobierno iraní debería especificar, como mínimo, la base legal de la citación. Éste es un principio básico del debido proceso, explicó.
Como el líder del movimiento por los derechos civiles de la comunidad negra estadounidense en los años 60 Martin Luther King, Ebadi ha sido blanco frecuente de amenazas e intimidaciones, en especial luego de recibir el premio Nobel de la Paz.
La activista llegó, incluso, a ser atacada y herida por un ultraderechista cuando daba una conferencia en la Universidad al-Zahra, en Teherán.
Fundadora del Centro para la Defensa de los Derechos Humanos, Ebadi ha defendido a presos políticos y disidentes. (