Estados Unidos celebra la segunda investidura de George W. Bush con la Gala de la Libertad, la Gala Patriótica y la Gala de la Democracia.
Quien tenga ganas de más festejo y dinero para comprar la entrada, puede asistir también a la Gala de la Independencia, la Gala de las Barras y Estrellas, la Gala Texas-Wyoming y la Gala del Comandante en Jefe.
¿Pero la Gala de la Recoronación?
Parece improbable que el presidente se aparezca por allí. Se trata de una invención del grupo satírico Billonarios por Bush, que invita a asistir con atuendo para yate, accesorios para caza del zorro, ropa de la realeza euroasiática depuesta o ecuestre de terciopelo.
Los integrantes de Billonarios por Bush figuran entre los miles de personas que se manifestaron para protestar este jueves en Washington, en medio de jubilosos militantes del gobernante Partido Republicano que celebraban la segunda investidura del mandatario.
Fuera de Washington, entre las más de 100 protestas figuraron las organizadas por Día de Ningún Maldito Centavo, que llama a un boicot de 24 horas a toda forma de consumo en oposición a la guerra en Iraq, un grito primal en la plaza Times Square de Nueva York y el funeral del Sueño Estadounidense en Port Huron, Michigan.
Los manifestantes en el centro de Washington se enfrentaron con el dispositivo de seguridad más intenso en la historia de las investiduras presidenciales. Seis mil policías, uniformados y encubiertos, y 2.500 soldados custodiaron los tres kilómetros por los que pasó el desfile.
Las calles circundantes fueron selladas con barreras de seguridad, y el espacio aéreo de la capital quedó vedado para vuelos comerciales.
La policía de Washington informó sobre al menos cinco arrestos, incluido el de una persona que interrumpió brevemente el discurso de Bush para gritarle: ¿Dónde están los pobres? ¿Los echaste de la ciudad?
Otros que intentaron pasar por sobre las barricadas fueron atacados con gas pimienta en aerosol, pero a comienzos de la tarde de este viernes no se supo de heridos.
Los contribuyentes estadounidenses pagan la factura de 20 millones de dólares por la seguridad de las ceremonias, que incluye el despliegue de misiles antiaéreos cerca del Capitolio.
Otros 40 millones de dólares se gastaron en almuerzos, galas y cenas a la luz de la vela, aunque Bush aseguró que esa suma fue recaudada con donaciones privadas.
¿Quién paga el festejo? La mayoría de los mecenas más generosos, con hasta 250.000 dólares por ticket, fueron corporaciones y sus gerentes generales. Las firmas financieras lideraron la partida, con cheques por más de cuatro millones de dólares. Las compañías de energía aportaron otros 2,7 millones.
Ante una gran multitud frente al Capitolio —la sede del Congreso legislativo donde prestó juramento—, Bush reconoció: Hemos tenido divisiones, que deben ser curadas para avanzar en grandes propósitos. Trabajaré de buena fe para curarlas, aunque estas divisiones no definen a Estados Unidos.
Las manifestaciones que acompañaron la primera investidura de Bush fueron mayores, en parte debido a la prolongada controversia que rodeó las elecciones de 2000, en que ganó por un pequeño margen de 537 votos confirmados por la Corte Suprema de Justicia, que suspendió las recuentas.
Aunque el margen fue mucho más amplio en esta ocasión, opositores advirtieron que hubo irregularidades electorales en muchos lugares del país, en particular en el escrutinio en el estado de Ohio, fundamental para la victoria de Bush.
Estoy aquí porque una mayoría de estadounidenses no eligieron a George W., dijo David Hopkins, de Charleston, en el estado de Virginia Occidental, que desafió el frío para unirse a otros miles de manifestantes en las calles donde transcurrió el desfile.
Muchos pobres no votaron. Los sin techo no votaron, sostuvo Hopkins.
Jorge Conejo, de Nueva York, también cree que se trató de una victoria falsa. Pero lo que más le preocupa es la presencia militar estadounidense en Iraq y en otras partes del mundo. El gobierno mata millones de personas en todo el mundo para beneficio de sus amigos ricos, dijo Conejo a IPS.
Una encuesta publicada este jueves por el diario The New York Times y la cadena televisiva CBS asignaron a Bush la aprobación de 49 por ciento de los entrevistados, mucho menos que el 60 por ciento de Bill Clinton (1993-2001) al iniciar su segundo periodo.
Bush ganó por menos de cuatro por ciento. Siguen hablando de los estados rojos (en los que ganó Bush) y los azules (en los que ganó el candidato del opositor Partido Demócrata, John F. Kerry), pero nosotros vemos mucho violeta, dijo Tim Carpenter, director ejecutivo de la organización Demócratas Progresistas.
Este grupo organizó una serie de protestas del viernes al domingo, con oradores como la presidenta de la Organización Nacional para las Mujeres, Kim Gandy, la cofundadora de Code Pink y Global Exchange, Medea Benjamin, y el fundador del Instituto Árabe-Estadounidense, James Zogby.
El movimiento progresista se encuentra estancado. Estamos en una prolongada lucha por la reconstrucción del Partido Demócrata desde las bases, explicó Carpenter.
(*) Con aportes de Julie Fry, desde Washington.