La tensión entre kurdos y árabes iraquíes en la septentrional ciudad de Kirkuk llegó a un punto potencialmente explosivo cuando los partidos árabes anunciaron el boicot en la región de las elecciones nacionales de este domingo.
La población árabe de Kirkuk se estableció en Kurdistán en los años 80 y 90, mientras cientos de miles de kurdos eran expulsados a áreas remotas, en el marco de una campaña de limpieza étnica dispuesta por el régimen del hoy detenido ex presidente Saddam Hussein.
Hoy, la comunidad árabe de Kirkuk, así como la de ascendencia turca, es muy importante. Tras la caída de Saddam Hussein, miles de exiliados kurdos retornaron al norte de Iraq, pero muchos encontraron sus tierras ocupadas.
La campaña electoral vio a los partidos kurdos, otrora enemigos, unidos en una lista única. El boicot árabe preanuncia tiempos difíciles en Kirkuk y para todo Iraq.
Frente a la exigencia de los partidos políticos kurdos de restaurar la demografía original de Kirkuk mediante la expulsión de unos 750.000 árabes, los partidos sunitas los acusan de alentar una campaña de limpieza étnica, mientras algunos atentados rompen la relativa calma que gozaba la región.
El miércoles de noche, un coche bomba explotó cerca de las oficinas de un partido kurdo en la ciudad de Sinjar. 15 personas murieron en el ataque.
Los partidos árabes decidieron el boicot luego de que la Comisión Electoral Independiente de Iraq decidió el 16 de este mes a los kurdos desplazados registrarse para emitir el sufragio en Kirkuk, dijo a la agencia francesa de noticias AFP el primer candidato de la lista árabe, Wasifi al-Assy.
A esa situación se sumaba la violencia en las ciudades de Diyala, Tikrit y Mosul, así como en algunas zonas de Kirkuk, agregó Al-Assy.
La retirada de los árabes de las elecciones en Kirkuk asegura la victoria de los partidos kurdos en las urnas, pero alienta un enfrentamiento más violento en el futuro cercano.
Los partidos kurdos advierten que la constitución interina, promulgada bajo la ocupación estadounidense el año pasado, demanda que la mayoría de los árabe de Kirkuk abandonen la ciudad.
En medio de la tensión, no sorprendió a nadie que varios centros de votación del norte de Iraq fueran objeto de ataques esta semana.
Los kurdos se organizan para votar a pesar de la violencia y de las intensas medidas de seguridad. Los partidos kurdos hacen todo lo que pueden para alentar la votación, confiados en que esta ciudad sea incluida en lo que será el Kurdistán iraquí autónomo.
"Kirkuk es nuestra tierra, la tierra de nuestros abuelos, y volveremos allí", dijo Khatun Saleh Sayyid, de 55 años, residente del campamento de refugiados de Benslawa, cerca de Arbil. Unos 55.000 refugiados kurdos viven allí, muchos de ellos tras ser expulsados de Kirkuk.
Khatun aseguró que 26 familiares suyos fueron asesinados en la campaña de limpieza étnica implementada durante el gobierno de Saddam Hussein.
En la primera guerra del Golfo (1991), Estados Unidos alentó la rebelión de los kurdos del norte y los chiitas del sur de Iraq para derrocar al presidente Saddam Hussein, pero las diferencias políticas entre ambas comunidades imposibilitaron una alianza.
Washington no hizo nada entonces para impedir que la insurgencia fuera aplastada por el todavía poderoso ejército iraquí. Más de un millón de kurdos escaparon a Irán y Turquía, y miles murieron de hambre o frío al llegar el invierno.
Después, organizaciones nacionalistas kurdas se hicieron cargo de administrar el área, protegidas por la aviación de Estados Unidos y Gran Bretaña. El gobierno de Estados Unidos ha calificado el gobierno autónomo kurdo de modelo.
Los kurdos, de religión musulmana, son la nación más populosa del mundo sin Estado propio. Casi 12 millones viven en el sudeste de Turquía, otros dos millones en el norte de Iraq, un millón en Irán y menos de un millón en Siria. También existen pequeñas comunidades kurdas en Kirguistán, Azerbaiyán y Rusia.
Los kurdos constituyen 20 por ciento de la población de Iraq. La mayoría de los iraquíes son chiitas (62 por ciento) y habitan el sur, mientras en el centro predominan los sunitas (35 por ciento), el grupo islámico dominante en el mundo árabe y también en el régimen de Saddam Hussein.
Para los países que albergan comunidades kurdas, en particular para Iraq y para Turquía, el nacionalismo y las ambiciones independentistas de los kurdos siempre han sido una amenaza para la seguridad e integridad territorial.
El gobernante Partido Democrático de Kurdistán planea llevar a ciudadanos de los campamentos de refugiados y de otras áreas alejadas a Kirkuk para que voten allí, antes de que se cierren las carreteras como medida de seguridad antes de los comicios.
La comunicación por teléfono celular y satelital también será bloqueada, se establecerá el toque de queda, se cerrarán las fronteras y se limitará el transporte dentro del país.(FIN/IPS/traen-mj/ag/ss/ip ik hd pr/05)