Una coalición de grupos pacifistas y de derechos humanos urgió a la ONU a adoptar un sistema obligatorio de marca y rastreo de armas pequeñas desde la fábrica hasta el usuario para combatir el tráfico ilegal, pero las potencias productoras se oponen.
Aunque las armas y municiones suelen tener números de serie básicos, no existe un sistema mundial para registrar esta información, por lo tanto ésta no sirve para identificar, localizar y rastrear embarques ilegales de armas, señaló la coalición, integrada por Amnistía Internacional, Oxfam Internacional y la Red Internacional de Acción sobre Armas Pequeñas (IANSA).
La resistencia de muchos gobiernos a un sistema mundial de control de la transferencia de armas ha vuelto casi imposible procesar a individuos u obligar a gobiernos a rendir cuentas por la venta ilegal de armas o violación de embargos de la ONU, dice el informe, titulado El rastreo de un comercio letal.
Esto es evidente en las ventas legales e ilegales de armas pequeñas, que incluyen pistolas, rifles de asalto, ametralladoras, morteros, lanzadores de cohetes y minas antipersonales, las armas de elección en la mayoría de las guerras de la actualidad.
La ONU (Organización de las Naciones Unidas) admitió que las armas pequeñas son las principales responsables de la mayoría de las muertes en los conflictos en curso en Asia, Africa, Europa, América Latina y el Caribe.
Pero los fabricantes de armas resisten los esfuerzos por crear una convención internacional con fuerza vinculante que permita rastrear las armas hasta sus proveedores originales.
Así, los países que venden armas de manera ilegal simplemente pueden alegar que no saben cómo esas armas terminaron en manos de asesinos, dice el informe, publicado el lunes.
La comunidad internacional tiene la tecnología para registrar cada transferencia de armas. Esto permitiría rastrear armas usadas para violar derechos humanos y perpetuar guerras a nivel local, nacional y regional, dijo IPS Natalie Goldring, directora ejecutiva del programa de estudios de seguridad de la Facultad Edmund Walsh de Servicio Exterior, de la Universidad de Georgetown, Washington.
Según cifras de IANSA, en el mundo circulan unos 640 millones de armas pequeñas, es decir una por cada 10 habitantes. Esas armas son producidas por 1.249 empresas en más de 90 países.
En algunos de estos países, los controles comerciales sobre transferencia de armas son casi inexistentes, y en dos de los mayores productores de armas, Estados Unidos y Rusia, la producción de armas militares está en aumento.
Una maleta perdida puede rastrearse de San Francisco a Sierra Leona en pocas horas, pero cada día desaparecen armas mortales sin dejar rastro, lamentó Jeremy Hobbs, director de Oxfam Internacional.
Tras la masacre de Gatumba, en Burundi, en que murieron 150 personas, se descubrió que las municiones utilizadas habían sido fabricadas en China, Bulgaria y Serbia, según el estudio.
Sin embargo, la falta de un mecanismo de rastreo hizo imposible demostrar cómo llegaron hasta ese país africano. En caso contrario, quienes vendieron las municiones a los asesinos habrían sido llevados ante la justicia y se podría haber detenido el suministro.
Cada año, se fabrican ocho millones de nuevas armas y con ellas se cometen innumerables crímenes y atrocidades contra civiles en todo el mundo. No obstante, es casi imposible procesar a los culpables sin un sistema mundial que pruebe el origen de las armas, declaró Rebecca Peters, directora de IANSA.
Un portavoz de una organización no gubernamental internacional dijo a IPS bajo condición de reserva que algunos países productores de armas han adoptado un criterio minimalista.
Por ejemplo, China se opone a las marcas alfanuméricas y prefiere los símbolos geométricos, lo que haría mucho más difícil una identificación universal y oportuna de las armas.
Otros países se resisten a grabar el año de fabricación en el arma. Y en cuanto a las municiones, varios gobiernos, entre ellos Estados Unidos, se oponen de plano, dijo la fuente.
El registro nacional también es un área controversial. Washington se opone al establecimiento de normas universales de registro y a un sistema multilateral de rastreo.
Según la fuente, el poderoso grupo de presión de las armas en Estados Unidos se opone a cualquier medida conducente al registro y al rastreo de las armas, pero en principio no se oponen a la marca, dijo el portavoz.
El lunes, la ONU comenzó a discutir una propuesta para marcar y rastrear las armas pequeñas.
Pero la prueba para la ONU será si los países pueden acordar medidas obligatorias para marcar y rastrear las armas. Un mero acuerdo político es insuficiente, advirtió Goldring.