Mientras el mundo acude en ayuda de los sobrevivientes del devastador terremoto del 26 de diciembre en el océano Índico, arqueólogos de distintos países planean un estudio conjunto para restaurar los tesoros culturales destruidos.
El daño a algunos de los sitios más preciosos del mundo ha sido enorme y se requiere restauración. La única forma de hacerlo es mediante una red de expertos que trabajen en conjunto, señaló Yasumichi Murakami, un arquitecto japonés experto en conservación.
Entre los sitios dañados que integran la lista del Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) se encuentran la antigua ciudad de Galle y sus fortificaciones, en Sri Lanka.
También sufrieron daños los santuarios de los siglos VII y VIII de Mahabalipuram y los Templos del Sol de Konarak, en los estados indios de Tamil Nadu y Orissa, respectivamente, y el Parque Nacional Ujung Kulon, en la isla indonesia de Sumatra.
Expertos de Irán, Pakistán, Japón, China, Sri Lanka y Marruecos celebraron una sesión especial sobre mitigación del daño causado por el maremoto al patrimonio mundial al margen de la Conferencia Mundial sobre la Reducción de los Desastres Naturales, celebrada en la ciudad japonesa de Kobe la semana pasada con el auspicio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
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El desastre del Índico fue provocado por un sismo submarino de magnitud 9,0 en la escala de Richter, con epicentro cerca del extremo norte de la isla indonesia de Sumatra. Las olas gigantescas o tsunamis resultantes arrasaron las costas de una decena de países de Asia y Africa y causaron la muerte a más de 220.000 personas.
Los países más perjudicados fueron Indonesia, Sri Lanka, India, Tailandia, Bangladesh, Birmania, Malasia, Maldivas, Seychelles, Singapur y Somalia.
La UNESCO tiene previsto enviar a los lugares afectados un equipo de expertos para evaluar los daños y ayudar en la creación de un sistema de apoyo para la preservación de los sitios.
La UNESCO está dispuesta a asistir a las autoridades de los países afectados en su área de competencia y ofrecer el apoyo que sea necesario a la oficina de coordinación de Ayuda Humanitaria de la ONU, declaró Koichiro Matsuura, director general de la agencia.
A nivel nacional también se iniciaron trabajos de evaluación.
El Departamento Arqueológico de Sri Lanka ya comenzó a evaluar los daños en la costa oriental del país, devastada por el maremoto, explicó Dhammika Chandrasekera, profesor de arqueología de la Universidad de Moratuwa.
La ciudad costera de Galle fue fundada en el siglo XVI por los colonos portugueses y llegó a la cima de su desarrollo en el siglo XVIII, antes de la llegada de los británicos.
Galle es el mejor ejemplo de una ciudad fortificada construida por europeos en el sur y sudeste de Asia, que refleja la interacción entre los estilos arquitectónicos europeos y las tradiciones de Asia meridional.
Creemos que antiguos monumentos, réplicas y estatuas fueron arrastrados por las aguas, dijo Chandrasekera, que apeló a la comunidad internacional a que ayude a restaurar los tesoros perdidos.
El antecedente de Bam, ciudad iraní devastada por un terremoto justo un año antes del sismo del Índico, no es muy alentador.
La ciudad, un tesoro cultural en sí mismo integrante del Patrimonio Mundial, todavía no ha logrado llevar adelante la rehabilitación.
Falta investigación y tenemos muchas dificultades para realizar la restauración, se quejó el arqueólogo iraní Mehrdad Hejazi.
Por ese motivo, es importante desarrollar pautas para la mitigación y el manejo de desastres naturales, exhortó.
Tsohihide Uchida, profesor de la Universidad de Arte y Diseño de Kyoto, urgió a tomar medidas para minimizar la pérdida de patrimonio en los países devastados por los tsunamis.
Una forma importante de preservación es el registro del testimonio oral de los habitantes locales, en especial de los ancianos, que pueden describir los edificios perdidos y el papel de esos tesoros en su comunidad, dijo a IPS.