Cinco días después de que grandes maremotos arrasaran el sur de Asia, cientos de cadáveres siguen siendo hallados entre las ruinas de esta meridional isla turística de Tailandia.
El gobierno tailandés estimó en la víspera que las víctimas fatales de los maremotos o tsunamis palabra japonesa usada para referirse a las olas provocadas por terremotos o volcanes subterráneos —llegan a 1.500, y los desaparecidos a más de 1.000, la mayoría turistas.
La Cruz Roja calcula que la cantidad de muertos en la región superará posiblemente los 100.000.
Bangladesh, Birmania, Indonesia, India, Malasia, Maldivas, Tailandia y Sri Lanka fueron los países más afectados, aunque las olas también repercutieron en algunos puntos de Africa.
Los tsunamis fueron causados por un terremoto de magnitud 9 en la escala de Richter, con epicentro cerca de la isla indonesia de Sumatra, en el océano Indico.
En Indonesia ya se contaban en más 33.000 personas muertas y en Sri Lanka el número era superior a los 22.000.
El edificio de la alcaldía de Phuket se convirtió en el centro de operaciones de los trabajadores humanitarios, que siguen llegando a la isla.
El gobierno tailandés instaló oficinas especiales con representantes de la mayoría de las embajadas para ayudar a los extranjeros.
Nosotros llegamos a las 11 de la noche del domingo y ya había más de 500 personas en el edificio de la alcaldía, dijo el jefe del equipo coordinador de operaciones de la cancillería, Suphot Yanthukis.
Conforme pasan las horas, la tensión aumenta entre los turistas, muchos de los cuales perdieron a sus familiares. El nerviosismo y el caos se apoderó las calles, y a cada paso se ve a alguien llorando.
Hacemos lo que podemos, dijo Suphot, y señaló que el mayor problema que enfrentan ahora es qué hacer con los cadáveres.
El gobierno de Tailandia solicitó a la comunidad internacional equipamientos forenses que le permitan identificar a las víctimas y depósitos refrigerados para los cuerpos.
En algunos de los países afectados se procedió de inmediato a la cremación de los cadáveres, debido a que el proceso de identificación toma tiempo y, si no se cuenta con equipos de refrigeración, la descomposición de los cuerpos puede causar graves enfermedades.
Los hospitales están repletos de cadáveres y de heridos. Las escuelas, los templos y los edificios públicos también se convirtieron en improvisadas morgues.
En cada edificio público y hospital hay carteles con las fotografías de los fallecidos.
Había cuerpos por todo lugar. Era terrible, simplemente terrible, afirmó Marek, un turista polaco rescatado de la cercana isla Phi Phi y que ahora ayuda al ejército tailandés a enterrar a los muertos en Phuket.
También los australianos Leonard y Tanja decidieron quedarse un tiempo más para ayudar. Organizaron un equipo de voluntarios en el Hospital Wachira, en su gran mayoría integrado por estudiantes universitarios locales.
Nos quedaremos el tiempo que sea necesario, dijeron.
Nanfon es una de las voluntarias del equipo y se dedica en especial a atender a los turistas gracias a que habla el inglés con facilidad.
La Universidad estuvo de acuerdo con postergar nuestros exámenes semestrales para que pudiéramos ayudar, dijo a IPS.
En los hospitales, cada vez más doctores voluntarios se suman a los trabajos.
Karen, una médica británica radicada en Bangkok, se trasladó al sur apenas se enteró de la catástrofe.
Sólo voy por los hospitales y hago lo que puedo. El hecho de que hable inglés ayuda mucho, señaló.
Patt, una joven tailandesa estudiante de inglés, trabaja en el edificio de la alcaldía.
Tenía que hacer algo, dijo mientras atendía los teléfonos de emergencia.
Pero no sólo estudiantes y profesionales se unen a los trabajos de rescate y ayuda. También lo hacen amas de casa, comerciantes y conductores de taxi.
Todos traemos algo para distribuir entre los necesitados. Los que tienen dinero dan dinero. Otros llegan con arroz o huevos, y muchos simplemente limpian, cocinan, sirven…, dijo Nan, un vendedor de zapatos.
La popular Radio Pagyie transmite información actualizada brindada por las agencias humanitarias. Así muchos ciudadanos se enteran de lo que está pasando y se acercan a colaborar. (