El hecho de que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, haya mostrado especial interés en hablar con empresarios en su última visita oficial a India es una muestra de que las relaciones entre estos dos países socios cambiaron de objetivos.
Atrás quedaron los años en que Moscú y Nueva Delhi velaban por mantener una alianza estratégica sólo centrada en el aspecto político y militar en el marco de la guerra fría.
Las cosas cambiaron con el colapso de la Unión Soviética en 1991. Todavía se mantienen los lazos militares, pero con otro perfil.
El mandatario ruso, que visitó India entre el viernes y el domingo, inauguró en las afueras de Nueva Delhi una fábrica en la que se construirán, con capitales de ambos países, misiles supersónicos BrahMos, con alcance de 300 kilómetros.
Se llaman BrahMos por el río Brahmaputra, en India, y el río Moscova, en Rusia, explicó una fuente militar.
A diferencia del pasado, la colaboración entre los dos países para la fabricación de material bélico tiene un carácter más comercial.
Parece que el misil será superior al Tomahawk de Estados Unidos. Pero aquí no se trata de política, sino de negocios, dijo a IPS el analista Madhavan Palat, experto en la guerra fría y profesor de relaciones internacionales en la Universidad Jawaharlal Nehru, de Nueva Delhi.
India y Rusia tendrán estos misiles en sus respectivos ejércitos en 2005, y ya hay al menos 10 países interesados en adquirirlos.
Además, el lanzamiento del nuevo avión de caza indio con tecnología rusa Sukhoi-30 una semana antes de la visita de Putin fue una clara señal de que la colaboración militar entre los dos países continuará en los próximos años, sin que ello comprometa las relaciones con Estados Unidos, según Palat.
Ya no estamos en la época de la guerra fría, cuando India y Estados Unidos iban en direcciones opuestas, afirmó.
Uno equipo de funcionarios que acompañó a Putin se dedicó específicamente el fin de semana a discutir con sus pares indios asuntos como derechos de propiedad intelectual y medidas para impedir que se filtre a terceros países información sobre la tecnología del BrahMos.
Esta es una clara muestra del cambio de naturaleza en las relaciones bilaterales, ahora orientadas por el comercio.
Los derechos de propiedad intelectual tienen que ser respetados en toda venta que se haga en el futuro, dijo el primer ministro indio Manmohan Singh durante la visita de Putin.
Singh aprovechó la oportunidad para pedirle al mandatario que se comprometa a acelerar la entrega de material bélico ruso adquirido por India y a respetar los plazos establecidos en los contratos entre los dos países.
Mientras, el ministro de Defensa ruso Sergei Ivanov afirmó que su gobierno busca forjar una nueva sociedad estratégica con India, que permita la transferencia de tecnología de punta y que vaya más allá de la relación entre un vendedor y un comprador.
El analista Jasjit Singh, del independiente Instituto de Estudios sobre Defensa y Análisis de Nueva Delhi, señaló que el objetivo de Moscú y Nueva Delhi es lanzar ambiciosos proyectos de riesgo compartido para el diseño, desarrollo y venta de tecnología militar.
Los imperativos estratégicos mundiales y las realidades históricas indican que no hay ningún desacuerdo potencial entre los dos países, mucho menos una tensión, señaló.
Ni Palat ni Singh creen que esta alianza constituya un obstáculo para las relaciones con China y Estados Unidos.
Tanto India como Rusia procuran tener buenas relaciones con Estados Unidos, la única superpotencia, y con China, la potencia emergente, dijo Singh.
Por su parte, Palat señaló que Nueva Delhi, Moscú y Beijing podrían construir en el mediano plazo un eje con peso internacional en asuntos como lucha antiterrorista, narcotráfico y proliferación nuclear, aunque sin afectar las relaciones con Washington.
Cualquier idea de que se trata de crear una pandilla contra Estados Unidos es sólo una fantasía de algunos grupos de presión, dijo Palat.
El objetivo central de la visita de Putin fue negociar acuerdos en áreas como petróleo y tecnologías de la información.
El gobierno indio ya hizo inversiones por 1.700 millones de dólares en el proyecto Sakhalin-1, para la explotación de yacimientos petroleros submarinos en la costa nororiental de Rusia, y procura una asociación con la mayor petrolera de ese país, Lukoil, con el objetivo de garantizar su seguridad energética en el largo plazo.
Putin visitó la capital india de las tecnologías de la información, la meridional ciudad de Bangalore, donde habló sobre la necesidad de que las relaciones entre los dos países apunten a objetivos más amplios.
El mandatario ruso subrayó la importancia de incorporar en los acuerdos de cooperación bilateral la biotecnología, la farmacología y la informática, áreas en las que el sector privado indio se ha destacado desde el fin de la guerra fría.
No podemos conformarnos con el actual intercambio comercial de 2.000 millones de dólares, dominado por las materias primas, afirmó Putin ante empresarios indios. (