La debilidad del dólar ha creado incertidumbre y desconfianza en el mundo, pero eso podría ser revertido si el gobierno estadounidense corrige su actual déficit comercial mediante unas pocas medidas, aseguran economistas.
Ese déficit sigue en aumento conforme el dólar se deprecia respecto del euro y de otras divisas fuertes, según un informe de la Oficina de Análisis Económico, del Departamento (Ministerio) de Comercio.
El déficit de cuenta corriente (la parte de la balanza de pagos que registra la exportación e importación de bienes y servicios) estadounidense llegó a 5,6 por ciento del producto interno bruto (PIB) en el periodo julio-septiembre, una proporción sin precedentes.
Según el Departamento de Comercio, las importaciones de bienes y servicios fueron 54 por ciento mayores que las exportaciones en ese tercer trimestre del año.
Las importaciones aumentaron en ese período 14.000 millones de dólares, para llegar a 532.600 millones, mientras las exportaciones aumentaban 10.000 millones, para llegar a 382.500 millones de dólares.
Varios expertos instaron al presidente George W. Bush a que intervenga para restaurar la confianza en la economía estadounidense.
La verdadera causa de la depreciación del dólar es que tenemos un déficit de cuenta corriente , dijo Mark Weisbrot, del Centro para la Investigación de Política Económica, con sede en Washington.
Un dólar débil implica que, por ejemplo, los estadounidenses que quieran hacer un viaje de vacaciones al exterior tendrán que llevar más dinero del que hubieran necesitado meses atrás.
Además, los productos importados de Asia y Europa son cada vez más costosos para los consumidores estadounidenses.
La semana pasada, Bush intentó calmar a los inversores extranjeros y a los europeos preocupados por sus ventas a Estados Unidos. El mandatario prometió que trabajará para bajar el déficit presupuestal cuando entre en funciones el próximo Congreso legislativo.
Haremos todo lo que esté a nuestro alcance en la próxima legislatura para enviar una señal a los mercados de que estamos trabajando para bajar el déficit, y eso hará que las personas quieran comprar dólares, aseguró el mandatario en una reunión con economistas.
Era tiempo de que le prestara atención al asunto, al menos retóricamente, señaló en un comunicado el instituto Nuevos Demócratas, perteneciente al opositor Partido Demócrata.
Desde comienzos de noviembre, el dólar cayó a niveles sin precedentes frente al euro casi todos los días.
El dólar llegó a los niveles que tenía hace 10 años con respecto a casi todas las principales monedas comercializadas, como la libra esterlina, el yen japonés, el franco suizo, la corona danesa, la corona sueca, el dólar australiano y el dólar canadiense.
Un euro que costaba sólo 84 centavos de dólar en junio de 2002 y 1,21 dólares en septiembre, ahora llega a los 1,32 dólares.
Analistas también señalan que el hundimiento del dólar es una señal clara de cuán negativas son las políticas fiscales de Bush, que agotó en poco tiempo el excedente heredado de su antecesor, Bill Clinton (1993-2001).
Un superávit de 236.400 millones de dólares se convirtió rápidamente en un déficit de 413.000 millones de dólares.
A pesar de la promesa de Bush, permanecen los temores de que su gobierno esté empeñado en seguir tomando medidas que aumenten tanto el déficit presupuestal como el de cuenta corriente.
Por ejemplo, la Casa Blanca estudia aplicar más recortes impositivos y hacer más gastos en defensa, y es poco probable que esto sea bloqueado en el Congreso, dominado por el gobernante Partido Republicano.
La administración de Bush arguye que, con un dólar débil, las exportaciones de Estados Unidos se harán más baratas, y cuando el mundo salga a comprar sus productos, el déficit de cuenta corriente disminuirá..
Pero el problema que se ha dado hasta ahora es que, mientras las exportaciones han crecido, las importaciones aumentan a un ritmo mucho más rápido.
Las bajas tasas de interés han permitido que los consumidores sigan comprando productos importados, a pesar de la caída del dólar, explican analistas.
El desequilibrio comercial de Estados Unidos con la Unión Europea, por ejemplo, pasó de 73.000 millones de dólares 2002 a 95.000 millones de dólares este año en favor del bloque.
Pero el mayor temor de los economistas es que el dólar caiga a un ritmo aun mayor e incontrolable, con consecuencias que vayan más allá del comercio.
Las caídas rápidas pueden provocar pánico financiero y recesión.. En el largo plazo, un dólar débil puede causar inflación y llevar al alza las tasas de interés, alertó Nuevos Demócratas.
También preocupa que la depreciación acabe con los 60 años de predominio de la divisa estadounidense como la mayor moneda de reserva mundial.
Ya varios países del Golfo anunciaron sus planes de diversificar sus reservas incluyendo otras monedas.
Esto podría iniciar una estampida, señaló Weisbrot.
Países como China y Japón, con reservas en dólares en lugar de euros, ya perdieron miles de millones de dólares en los últimos dos años. Muchos países en desarrollo también sufren significativas pérdidas por tener dólares, añadió.