ECONOMIA-CUBA: Vacunas para sanar finanzas públicas

El gobierno de Cuba decidió destinar fuertes inversiones para aumentar y diversificar la producción de vacunas, al punto de que pueda satisfacer la demanda interna y se convierta en una importante fuente de ingreso para las arcas estatales.

Tres nuevas fábricas de alta tecnología dedicadas a la fabricación de vacunas o sus componentes fueron inauguradas esta semana en el llamado ”polo científico de La Habana”, un conjunto de instalaciones ubicadas en las afueras de la capital cubana.

El polo científico forma parte de un proceso de inversiones públicas en respaldo del programa nacional de biotecnología y producción de medicamentos, señaló el ministro de Salud Pública, José Ramón Balaguer.

Una de las plantas, dedicada a la obtención del ingrediente farmacéutico activo de la vacuna contra la haemophilus influenzae, comenzó a funcionar en agosto en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de La Habana.

Con el nombre comercial Qimihib, el antídoto protege a la población infantil de pulmonía, meningoencefalitis y otitis, entre otras enfermedades.

La instalación tiene una capacidad de 10 millones de dosis anuales y puede llegar a 40 o 50 millones. Cuba cubre sus necesidades de esta vacuna y podría ”exportar cifras importantes en el futuro cercano”, según el diario Juventud Rebelde.

En tanto, el diario oficial Granma aseguró que la planta opera bajo los estándares internacionales para la fabricación de medicamentos y deberá estar certificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a principios del 2006.

Cuba dispone por primera vez de un centro de este tipo que puede ser inspeccionado por agencias internacionales de regulación de Estados Unidos y de Europa, aseguraron fuentes oficiales a la prensa nacional.

Una segunda fábrica del CIGB empezará a producir en marzo el ingrediente farmacéutico activo de una vacuna terapéutica contra el cáncer de pulmón, ya en fase de estudios clínicos en esta isla caribeña.

El Centro de Inmunología Molecular (CIM) de Cuba y la compañía estadounidense CancerVax firmaron, en julio, un acuerdo para trabajar juntos en la investigación, fabricación y comercialización de este candidato vacunal.

En 2005, esa vacuna deberá pasar a la fase de ensayo clínico en Estados Unidos, para su posterior registro allí, explicó a la prensa nacional el secretario del Consejo de Estado (máximo órgano de gobierno), José Miyar Barruecos.

Para la firma del convenio, CancerVax, con sede en el occidental estado estadounidense de California, debió obtener una licencia especial de Washington, debido a las sanciones económicas que le impuso a Cuba hace más de 40 años.

Una excepción similar al embargo fue concretada en 1999, cuando la empresa transnacional de origen estadounidenses SmithKline Beecham obtuvo licencia para realizar pruebas en Estados Unidos de una vacuna cubana contra la meningitis B, en aras de su futura introducción en ese país.

El CIM trabaja en la actualidad en la obtención de otras vacunas contra el cáncer de colon, mama y próstata.

Por último, las autoridades de Salud Pública de Cuba anunciaron la apertura de una tercera planta en la institución científica especializada en vacunas, el Instituto Finlay, para la obtención de los componentes de seis nuevas vacunas.

Concepción Campa, directora del centro científico, reveló que entre los nuevos proyectos se encuentra una vacuna pentavalente contra el tétanos, la difteria, la pertussis (tos convulsa o tos ferina), la Hepatitis B y el Haemophilus influenzae.

El preparado cubano contra el cólera está listo para ser ensayado en poblaciones atacadas por esa enfermedad, mientras que se encuentran en fase de ensayos clínicos los inmunizantes contra el dengue, la hepatitis (A y C) y la tuberculosis.

Otras inversiones realizadas este año permitirán duplicar los volúmenes actuales de producción de la vacuna contra la hepatitis B. En 2005, el CIGB estará en condiciones de producir seis millones de dosis infantiles.

Por su parte, el Centro de Inmunología Molecular aumentará su capacidad de elaboración de Eritropoyetina (medicamento contra la anemia en pacientes con insuficiencia renal) de 500.000 a seis millones de bulbos anuales.

De acuerdo con fuentes oficiales, la primera exportación de Eritroproyetina realizada a Brasil permitió recuperar completamente la inversión realizada por el país para el desarrollo de este producto.

Al mismo tiempo, un financiamiento de dos millones de dólares permitirá la capacidad de cubrir la necesidad nacional del anticuerpo hR3, para el tratamiento del cáncer, y comenzar sus exportaciones.

El Estado cubano destinó también fondos importantes para duplicar la capacidad de los Laboratorios Farmacéuticos AICA, dedicados a la fabricación de ampolletas, inyectables, colirios, aerosol y otros medicamentos.

La institución tiene 51 registros sanitarios aprobados y produce para los principales programas cubanos de salud como el materno-infantil, la atención al paciente grave y la actividad quirúrgica.

El gobierno de Fidel Castro decidió darle prioridad a la industria biotecnológica y farmacéutica a comienzos de la década del 90. Así, una primera planta para la fabricación de la vacuna antimeningocóccica tipo B fue inaugurada hace 11 años.

En aquella instalación ”hoy se producen, formulan y envasan todos los preparados inyectables usados en el Programa Nacional de Vacunación, que protege a nuestros niños contra 13 terribles enfermedades infantiles”, recordó la doctora Campa.

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