DESARROLLO: Comercio Justo es útil, pero insuficiente

El Comercio Justo crece en España (ahora también con apoyo gubernamental) y es muy útil para promover desarrollo. Pero no puede contrarrestar los desequilibrios del intercambio global, sujeto a trabas arancelarias y monopolísticas.

El Comercio Justo es un sistema comercial alternativo, basado en el principio de la cooperación y no del lucro, que ofrece a productores marginados del Sur acceso directo a mercados del Norte, en condiciones laborales y de intercambio equitativas.

A la espera de los resultados de las ventas navideñas y de Fin de Año, la organización no gubernamental (ONG) Intermón Oxfam, que coordina a otras 70 entidades que apoyan esta actividad en España, informó que a principios de diciembre las operaciones ya sumaban más de 40 por ciento de las del mismo período del año anterior.

Una novedad es el apoyo del gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, quien expresó simbólicamente ese respaldo al adquirir sus regalos de fin de año en tiendas de Comercio Justo.

Zapatero estima que 2005 será un año vital para la cooperación internacional. En una reunión con dirigentes de ONG en vísperas de la Navidad, se comprometió a desarrollar una política exterior orientada al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Esas ocho metas establecidas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con plazo en 2015, se proponen como una plataforma global de desarrollo para terminar con la pobreza, el hambre y la desigualdad.

Entre otros anuncios, Zapatero reiteró su intención de impulsar el canje de deuda externa por inversión en educación y la convocatoria a una Conferencia sobre Cooperación en el primer semestre de 2005, en la que participarán representantes de gobiernos, y de organizaciones no gubernamentales, sindicales y empresariales.

En 2004, las redes de Comercio Justo en España vendieron por valor de cuatro millones y medio de euros (aproximadamente seis millones de dólares), por productos provenientes de África, Asia y América Latina.

Este sistema es una herramienta útil, pero insuficiente para apoyar un desarrollo equitativo, dijo a IPS el sacerdote católico Ángel García, presidente de Mensajeros de la Paz, antes de partir hacia Sri Lanka para coordinar la asistencia a las víctimas del maremoto que se abatió el domingo sobre países del océano Índico.

”Sin dejar el Comercio Justo de lado, hay que encarar paralelamente y con fuerza la lucha porque se eliminen las malas prácticas del comercio internacional y se abran los mercados del Norte a los países del Tercer Mundo”, dijo.

La dirigente de Acción contra el Hambre, Marta López, apoya el Comercio Justo como ”manera de impulsar la producción de artesanos y pequeños empresarios de los países en desarrollo”. Pero ”hay algunos productos que tienen la etiqueta de Comercio Justo y son de empresas que sólo se preocupan por sus ganancias”, advirtió.

López explicó a IPS que el Comercio Justo es minoritario y poco competitivo en precios. ”El gran problema está en los mercados de los países industrializados, que no abren sus puertas”, dijo en coincidencia con García.

El ejemplo es América Central, ”una región que produce frutas de gran calidad y bajo costo, pero que no puede exportar libremente a la Unión Europea (UE) y Estados Unidos porque tienen sus puertas blindadas con aranceles”, sostuvo López.

El punto central de la actual ronda de negociaciones de la Organización Mundial del Comercio es el desmantelamiento de las millonarias subvenciones que aplican las potencias industriales a su producción agrícola, pues distorsionan el comercio agrícola mundial y afectan principalmente a los agricultores del Sur. Pero el diálogo permanece estancado.

Lourdes Berges, de Intermón Oxfam, dijo a IPS que el Comercio Justo es una forma más de cooperación, que no excluye a otras. ”Al apoyar la producción de comunidades campesinas y de grupos artesanales, se ayuda al desarrollo de los mismos”, dijo.

Un componente importante de ese intercambio es la prefinanciación de la producción. Las ONG implicadas anticipan hasta 50 por ciento del importe de los productos que después se encargarán de comercializar en España y otros países del Norte.

Gracias a esa financiación, comunidades, asociaciones y cooperativas de productores pueden desarrollar sus actividades sin endeudarse. Ejemplos de este mecanismo son productos importados como la bebida brasileña Guaranito, y las prendas tejidas y objetos artesanales del taller Tejemujeres, de Ecuador, que coordina el trabajo de 3.500 artesanas.

En todo caso, para Acción contra el Hambre, el problema de los desequilibrios comerciales debe ser encarado globalmente, pues ”existen tres actores o sujetos que rigen la economía global: productores, distribuidores o intermediarios y consumidores”.

Quienes más producen para el mercado mundial son los que menos ganan, unos 2.000 millones de trabajadores de países en desarrollo con salarios de uno a tres dólares diarios. En el otro extremo de la cadena, el Norte industrial concentra 80 por ciento del consumo, afirma esa ONG.

Entre las acciones de cooperación no incluidas en la red de Comercio Justo, se cuenta la asistencia de la gubernamental Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) a pequeños y medianos productores de países del Sur, que incluye financiación, formación y apoyo técnico para proyectos productivos.

Como fruto, en España se venden productos como La Orquídea, chocolate con leche y kiwicha, de Agroindustrias Mayo SA, de Perú.

En la etiqueta del chocolate se aclara que el alimento vegetal kiwicha se consume hace más de 3.000 años en los Andes de América del Sur y que tiene un alto contenido en proteínas, fibras, carbohidratos y vitaminas.

La AECI también distribuyó en estas fiestas anacardos de Mozambique, frutos cultivados por una unión de 227 cooperativas de más de 6.000 mujeres campesinas de zonas suburbanas de Maputo, capital de ese país.

Otros productos vendidos en España y elaborados mediante asistencia de la AECI son la Pimienta Negra Entera (del Proyecto integral de riego y adecuación de tierras para la producción, industrialización y comercialización de la pimienta en Sao Tomé y Príncipe), el Café Tima (de la septentrional Sierra Nevada de Colombia) y Chimoré, una ensalada de palmitos cultivados en Cochabamba, centro de Bolivia.

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