COMERCIO: Azúcar orgánica cubana abre surcos

Los trabajadores cubanos del ingenio Carlos Baliño poco y nada sabían de azúcar orgánica cuando les propusieron fabricarla. Pero hoy se aprestan a iniciar la cuarta cosecha y sólo piensan en seguir aumentando la producción, que ya supera las 4.000 toneladas.

El proceso es muy complejo, pues requiere cuidados especiales que van desde el surco hasta la usina, pero los precios, hoy en unos 20 centavos de dólar por libra (0,454 kilogramos) son especialmente atractivos, al duplicar o más los del azúcar producido de modo convencional.

”Con 5.000 toneladas de orgánica ingresan al país más de un millón de dólares”, dice, entusiasmado, Pedro Cordobés, a cargo del proceso tecnológico de la refinería, enclavada en el municipio de Santo Domingo, en la septentrional provincia cubana de Villa Clara.

El ingenio tiene tierras y capacidad como para producir, en un futuro, hasta 10.000 toneladas. Por ahora, vende su azúcar a clientes de Japón, Francia, Canadá, Holanda e Italia, entre otros.

Expertos cubanos afirman que en los últimos años, la demanda se incrementó en Japón, Estados Unidos y en los países de la Unión Europea en más de 160 por ciento, lo cual representa un crecimiento comparable con las comunicaciones y otras altas tecnologías.

Según esas fuentes, el mercado japonés de productos orgánicos, por ejemplo, es de unos 3.000 millones de dólares anuales, en tanto los europeos estarían gastando unos 12.000 millones en alimentos sanos.

En América Latina figuran Paraguay, Brasil, Ecuador y Argentina entre los principales productores de este azúcar de alto valor agregado, que, por su precio, es consumida preferentemente en esas naciones de alto poder adquisitivo.

”El mundo se inclina cada vez más hacia estas producciones limpias, que no dañan la salud ni el entorno”, subraya el director del ingenio, Modesto Felipe Peraza, para quien Cuba no hace más que insertarse en esa voluntad ecologista.

La siembra y cuidado de la caña de azúcar orgánica requiere el total reemplazo de los fertilizantes y plaguicidas químicos por los biológicos y el uso de técnicas como la rotación y diversidad de los cultivos.

”Este es un producto de alta calidad, que requiere de mucho control, pues tampoco puede haber química en sus fases de fabricación”, explica por su parte Idelsis Soto, ingeniera química del laboratorio del central Baliño.

El resultado es un azúcar de un color marrón muy claro, aunque no blanco totalmente, que se obtiene mediante la aplicación, entre otros, de un método de ”doble semilla, en el cual se disuelve el azúcar lograda y se vuelve a cristalizar, en un proceso de purificación”, explica Cordobés..

Tanto la siembra como la fabricación del azúcar orgánica es inspeccionada por una entidad nacional y certificada por Ecocert, la firma alemana que certifica la calidad y las características del producto terminado.

Las primeras producciones cubanas de este endulzante libre de químicos comenzaron a escala piloto en un pequeño ingenio instalado en predios de la Universidad Central de Las Villas.

En la zafra 2000-2001, el ingenio Carlos Baliño realizó su cosecha de inauguración con unas 4.000 toneladas. Hasta ahora, es el único centro del país que fabrica azúcar orgánica.

En el municipio Santo Domingo había tres centrales, pero al finalizar la década de los años 90 ya no había caña suficiente para todos y se decidió que continuara moliendo sólo un ingenio.

”Producir azúcar orgánica nos salvó de la paralización. Aceptamos el reto, aunque el principio no fue nada fácil”, dice Esperanza Martínez, directora de Negocios y Comercialización.

Al cabo de pocos años se han abierto, inclusive, posibilidades de nuevos negocios. Mediante un acuerdo marco firmado con la firma japonesa Ashu Cuatro Co. Ltd., en los próximos meses debe comenzar operaciones una fábrica de frutas orgánicas deshidratadas.

Según Martínez, se aspira a producir en el primer año unas 36 toneladas de frutas y la empresa japonesa aporta maquinaria, tecnología y asistencia técnica, en tanto al país caribeña le corresponde la materia prima y otras inversiones.

El convenio incluye otros proyectos aún en fase de aprobación, como una minidestileria de alcohol y una fábrica de pulpa. ”En 2005, todo será orgánico en el Baliño”, afirman sus directivos.

La agricultura orgánica en Cuba incluye, hasta el momento, programas para la producción de café, cacao, miel de abeja, coco, sábila (aloe) y jugo de naranja y de toronja, que se exportan, fundamentalmente a mercados de Europa.

En todos estos casos, en sustitución de los fertilizantes químicos se aplican los naturales, como estiércol, cachaza, abonos verdes, compost, humus de lombriz, aguas residuales y biofertilizantes.

Para el control biológico de plagas y enfermedades se crearon, en los años 90, los Centros Reproductores de Entomófagos y Entomopatógenos (CREE), donde se reproducen agentes biocontroladores.

Asimismo, se emplean plantas con cualidades insecticidas, fungicidas, herbicidas y nemátodos parásitos, entre otros.

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