Las diferencias entre Estados Unidos y Francia en torno de Iraq ingresaron en una nueva fase, con la conferencia internacional que comenzó este lunes en el centro turístico egipcio de Sharm el-Sheikh para tratar la situación del país del Golfo.
Las diferencias han emergido nuevamente, a pesar de las declaraciones conciliatorias de ambos lados.
A la reunión asisten miembros del gobierno interino de Iraq, designado por Washington, representantes del Grupo de los Ocho países más poderosos del mundo (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia) y de nueve naciones árabes.
También participan delegados de la Liga Árabe de Naciones y de la Organización de la Conferencia Islámica.
La mera convocatora de la reunión se convirtió en motivo de diferencias.
Francia quería que los grupos opositores iraquíes que renunciaran a la violencia participaran, pero Estados Unidos lo descartó, dijo la experta en asuntos diplomáticos del diario francés Le Monde, Claire Trean.
El gobierno estadounidense sólo aceptó la presencia de miembros del gobierno interino que encabeza el primer ministro Iyad Allawi.
El gobierno francés también pretendía que la conferencia emitiera un cronograma para la retirada de las fuerzas extranjeras de Iraq. Según París, la presencia masiva de tropas no iraquíes es lo que origina la violencia en el país del Golfo. Estados Unidos tampoco aceptó esa demanda.
Queríamos que la conferencia sobre Iraq fuera inclusiva al menos de dos modos: incorporando a todos los países de la región e involucrando a todas las fuerzas políticas iraquíes en el proceso nacional de democratización, dijo el canciller francés Michel Barnier.
Los reclamos para realizar otra conferencia a la que estén invitadas otras fuerzas políticas iraquíes ha ganado apoyo porque es una idea justa y sensible, sostuvo Barnier.
La ausencia a comienzos de mes en Bruselas del presidente francés Jacques Chirac en la reunión de jefes de Estado de la Unión Europea fue significativa.
Chiraq estaba en la capital belga ese mismo día, pero dejó la ciudad poco antes del comienzo de la reunión. Se excusó de participar porque, dijo, debía dar las condolencias a la familia del fallecido presidente de Emiratos Arabes Unidos, jeque Zayed bin Sultan Al Nahyan.
El gobierno de George W. Bush tiene su propia posición respecto de Iraq, y el presidente estadounidense dice que no la cambiará, pero Francia también tiene su posición, y ésta tampoco cambiará, aseguró Chirac.
Hasta cierto punto, la caída de (el depuesto presidente iraquí) Saddam Hussein fue positiva, pero también provocó reacciones en varios países, de hombres y mujeres del Islam, que hicieron del mundo un lugar más peligroso, indicó.
No hay duda de que el terrorismo ha aumentado, y una de las causas es la situación en Iraq, aseguró el presidente francés.
Por otra parte, la irritación del régimen iraquí con Francia resurge periódicamente.
Allawi ha dicho que Iraq carga con la culpa del secuestro de dos periodistas franceses a manos de guerrilleros opositores. Francia, como todos aquellos que no combaten con nosotros, también será un objetivo del terrorismo, advirtió.
Otra diferencia entre París y Washington se refiere a la abultada deuda externa de Iraq, estimada en 120.000 millones de dólares.
Un tercio de esa suma corresponde a Estados Unidos, Francia, Alemania, Japón, Rusia y otros países del Club de París, que desarrolla las negociaciones en nombre de un grupo de naciones acreedoras.
Francia quiere que las negociaciones con Iraq se canalicen a través del Club. Mientras, Estados Unidos pretende que se condone toda la deuda de Iraq. Dada la oposición de París a ello, la conferencia considerará condonar apenas una parte sustancial de la deuda.
Francia también se resiste a la propuesta estadounidense de involucrar a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Iraq. No es izando la bandera de la OTAN en suelo iraquí que crearemos el clima de estabilidad que Iraq necesita, advirtió el canciller Barnier.
Las diferencias van más allá de Iraq. El presidente Bush ha expresado una muy vaga aspiración al establecimiento de un estado palestino. En cambio, como lo indicó Barnier, Francia pretende que tal estado sea independiente, viable, con fronteras provisionales, y que cuanto antes vea la luz, mejor.
Al referirse a las declaraciones de Bush en cuanto a que el estado palestino podría establecerse antes de que finalice su segunda presidencia, Barnier replicó: No podemos esperar tanto.
La hoja de ruta, plan de paz impulsado por Estados Unidos y endosado por la Organización de las Naciones Unidas, la Unión Europea y Rusia, establece el año 2005. como fecha de nacimiento del estado palestino, recordó el canciller francés.
Así, Francia surge como una fuerte resistencia al dominio estadounidense sobre la política internacional.
El manejo de los problemas mundiales debe apoyarse en varios pilares para alcanzar al estabilidad. China, India, Sudáfrica, Brasil… ¿cómo podría alguien no darse cuenta de que estos países también son potencias y que tienen derecho a participar?, dijo. (