CINE-CHILE: Reichell, de la cama a la Cámara

Se llama Maritza Gáez Arismendi, pero todos la conocen como Reichell, el nombre artístico que le ha servido para ganar fama en la incipiente industria del cine pornográfico de Chile y con el cual aspira a convertirse en diputada en las elecciones generales de diciembre de 2005.

En julio lanzó su candidatura en un centro de espectáculos nocturnos, donde anticipó que su lema de campaña será ”La parlamentaria del destape”, y en sintonía con sus expectativas electorales montó en octubre en un teatro de Santiago una comedia frívola titulada ”Mi photo por tu voto”.

Para incursionar en la política, Reichell se inscribió en los registros del Partido Radical Socialdemócrata (PRSD), la más antigua de las colectividades chilenas, cuyos orígenes se remontan a la segunda mitad del siglo XIX, cuando las ideas laicas se abrían paso ante el clericalismo conservador.

”El Partido Radical está por la libertad, la igualdad y por la no discriminación. Entonces, era el único partido que me iba a aceptar”, explicó la actriz en una extensa entrevista con las estudiantes de Periodismo de la Universidad de Chile Evelyn Campos y Andrea Sánchez, de la revista electrónica Con Tinta Negra.

El PRSD forma parte de la coalición de centroizquierda que gobierna Chile con el presidente Ricardo Lagos. Con una convocatoria en torno a cinco por ciento del electorado, según las elecciones municipales del 31 de octubre, este grupo es el socio menor del bloque, conformado también por los partidos Demócrata Cristiano, Socialista y Por la Democracia.

”Me sentí muy identificada con los pensamientos radicales de lucha por el divorcio. Otro tema que me llega es el de la discriminación, que yo también he experimentado en mi vida cotidiana, con mi familia y la sociedad”, dijo la estrella de películas del llamado cine ”Triple X”.

La revista Plan B señaló que el octogenario senador Enrique Silva Cimma, presidente del PRSD, apoyó la incorporación de Reichell a su partido y además le asignó un tutor político, cuya tarea es enseñar a la actriz la doctrina del radicalismo y capacitarla para la lucha proselitista.

La artista nació hace 28 años en el seno de una familia campesina de la localidad lacustre de Frutillar, ubicada unos 1.000 kilómetros al sur de Santiago. A los 11 años perdió la virginidad, según cuenta, empujada por la curiosidad y por el afán de contradecir a sus padres, ”gente campesina con una mentalidad súper cerrada”.

Reichell, quien tiene una hija de ocho años, se sintió atraída por el cine pornográfico desde su adolescencia, estimulada por revistas y películas. ”Quieres ser espectacular, el centro de la atracción. ¿A quién no le gusta ser deseada?”, preguntó.

El cine ”Triple X” o de sexo explícito estuvo prohibido hasta que en 2001 se promulgó una ley que puso término a todo tipo de censuras para la creación artística, lo cual permitió, entre otras cosas, liberar la exhibición de unos 400 filmes vetados por diversos motivos durante la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990).

El organismo de censura cinematográfica fue sustituido entonces por un consejo de calificación que indica los rangos de edades recomendables para cada película y que sólo puede impedir la exhibición de filmes pornográficos cuando tienen contenidos de violencia extrema o utilizan a menores.

Con la desaparición de la censura en Chile se abrieron también por primera vez salas para cintas de sexo explícito, cuya exhibición esta hasta entonces fueron relegada a espacios privados y a clubes clandestinos que debían procurarse las películas de contrabando, ya que incluso su importación estaba perseguida por la ley.

Eso no impedía que se produjeran artesanalmente películas pornográficas en este país, que alimentaban los circuitos informales, pero cuyo nivel de calidad era muy bajo, como señaló a IPS el periodista Marco Fajardo.

Con la ”luz verde” para las salas ”Triple X” no sólo se legalizó la importación de películas pornográficas, sino que se dio un aliento adicional a realizadores chilenos que decidieron competir en este segmento con películas de factura local.

Uno de los primeros en hacerlo fue Leonardo Barrera, en aquellos años compañero sentimental de Maritza Gáez, quien lo acompañó como actriz en sus proyectos, adoptando desde el comienzo el nombre de Reichell.

”Fantasías de una adolescente ninfómana”, ”Apelación sexual” y ”Hanito, el genio del placer”, son algunos de los títulos de la filmografía de la ahora precandidata a diputada, que rotan por al menos ocho salas ”Triple X” del centro de Santiago y se comercializan en videos y discos digitales en los llamados ”porno shops”, otro negocio naciente en el destape chileno.

Reichell ha sido objeto de las inevitables analogías con la actriz ítalo-húngara Illona Staller, más conocida como Cicciolina, quien a comienzos de los años 80 ganó una diputación en Italia como candidata -otra analogía- del Partido Radical de ese país, que en rigor no tiene mucha similitud con su homónimo chileno.

Incluso, medios de prensa anunciaron que la Cicciolina será invitada a Chile para apoyar las aspiraciones parlamentarias de Reichell, versión que la propia actriz desmintió y atribuyó a una especulación de su agente, Gustavo Pradenas.

Partidaria del aborto y del amor libre, la ”porno star” chilena aseguró a Con Tinta Negra que ”el sexo es una terapia, una forma desestresante”.

”El buen sexo te cambia la vida, y mostrando buen sexo a través del lente, le cambiamos la vida a mucha gente”, remató la diva y posible parlamentaria.

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