Una tubería que lleva el agua desde el río Cauto, el mayor de Cuba, hasta la ciudad de Holguín ya se encuentra funcionando con estabilidad para alivio de los más de 300.000 habitantes de esa urbe del oriente del país.
Está trabajando bien y trasvasando los 500 litros (de agua) por segundo previstos, afirmó el ingeniero Rafael Aguilera González, ejecutor principal de la obra hidráulica, en declaraciones al periódico provincial Ahora.
Situada a 740 kilómetros de La Habana, la ciudad de Holguín es la capital de la provincia del mismo nombre, que a su vez es el tercer estado más poblado de Cuba.
La tubería, que se extiende por 53 kilómetros, fue instalada en el tiempo récord de siete meses, pero cuando debía entrar en funcionamiento, en septiembre pasado, se convirtió en un verdadero dolor de cabeza para las autoridades locales.
Según Ahora, los intentos de echar a andar la conductora Cauto-Holguín se frustraron 25 veces por la rotura de un número importante de tubos de fabricación italiana, que no resistían la presión del líquido de entre seis y 10 atmósferas. Pero el flujo de agua se estabilizó desde la pasada semana, indicaron las autoridades.
El ingeniero Aguilera González afirmó que una obra de esta envergadura hubiera requerido hasta tres años de ejecución para terminarla en tiempos normales, pero la emergencia por sequía decretada en la ciudad hace más de 15 meses obligó a acelerar los trabajos.
El proyecto consiste en llevar el agua del río Cauto hasta las plantas de tratamiento para su entrega directa a la población y a los sectores industrial y de servicio público.
La emergencia por intensa sequía fue declarada en la ciudad en julio del pasado año, pero la situación se volvió especialmente difícil en septiembre cuando el gobierno local reconoció que el agua embalsada apenas alcanzaba para unos 100 días.
La estrategia gubernamental para la ciudad de Holguín ha incluido el traslado del agua potable por 138 camiones, la construcción de cisternas públicas para el almacenaje del líquido para otros usos, la apertura de más de 170 pozos y la fabricación de bombas de mano.
Durante las pasadas dos décadas las precipitaciones superaron la media histórica de 1.323 milímetros anuales de agua en la provincia sólo en 1987 y 2001. El 75 por ciento de la lluvia se concentra en la zona montañosa, poco poblada y con suelos no aptos para la agricultura.
Fuentes del gobierno indican que en los últimos 15 meses se han dejado de producir en el territorio más de 40.000 toneladas de alimentos y más de cuatro millones de litros de leche. Además, unas 5.000 hectáreas no se sembraron en septiembre por no tener cómo regarlas.
Las pérdidas del sector agropecuario holguinero en ese tiempo han sido evaluadas en unos 25 millones de pesos (el peso es igual al dólar al cambio oficial), según reportes de la Agencia de Información Nacional (AIN).
Entre las medidas aplicadas en Holguín para garantizar la producción de alimentos, se encuentra la siembra en los sitios con mejores garantías de presencia de agua y la aplicación de tecnologías para elevar los rendimientos.
También se siembran cultivos de ciclo corto y variedades más resistentes a la falta de humedad y se incrementa el uso de materias orgánicas contra las plagas y para beneficio de los suelos.
El agua sigue sin llegar, dijo vía telefónica a Lidia Consuegra, vecina de la ciudad de Holguín, quien puede considerarse dichosa porque tiene un pozo cercano a la casa que aún no se ha secado.
Henry Parra, representante del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos en la provincia, dijo a IPS que con el río Cauto estabilizado, el déficit aún será alto y las entregas a la población se mantendrán en ciclos de alrededor de una semana.
Holguín recibe unos 500 litros por segundo desde el río, poco menos de la mitad de los 1.100 litros por segundo de capacidad de las plantas potabilizadoras que abastecen la urbe en tiempos normales.
A fines del pasado mes, la ciudad recibía también unos 400 litros por segundo de un embalse que aún no se había secado, pero que tenía agua para un período limitado de tiempo.
Autoridades locales informaron la semana pasada que se había empezado a llevar unos 300.000 litros de agua a la ciudad por ferrocarril. El llamado tren del agua sale de una comunidad azucarera situada a unos 20 kilómetros de la ciudad.
Estamos optimistas por estas primeras pruebas (de la tubería), pero ello no quiere decir que en algún momento pueda romperse alguno, ya que de esa procedencia hay todavía nueve kilómetros instalados, comentó Aguilera.