Las montañas son fundamentales proveedoras de agua y tienen que ser protegidas ante los devastadores efectos del cambio climático, alertaron este jueves científicos y activistas.
El gran valor de las áreas montañosas reside en el hecho de que casi todos los principales ríos del mundo nacen en ellas, recordó el director del británico Centro de Estudios sobre Montañas, Martin Price, al participar en Bangkok del III Congreso Mundial de la Naturaleza.
Son la fuente de la mayor parte del suministro de agua del mundo, ya que proveen entre 80 y 100 por ciento del agua fresca en las regiones áridas y semiáridas del mundo. Para preservar esta función tan importante, las montañas tienen que ser protegidas y administradas con efectividad, añadió.
En invierno, el agua se almacena como nieve y luego se derrite en primavera y verano, beneficiando a muchos agricultores. Esa agua también es usada en la industria y para el consumo humano, dijo Price.
La conferencia mundial en la capital tailandesa, a la que asisten del 17 al 25 de este mes representantes de 81 gobiernos, 114 agencias oficiales, 800 organizaciones no gubernamentales y 10.000 científicos y expertos de 181 países, es considerada una de las mayores reuniones de carácter ambientalista de la historia.
El Congreso es organizado por la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN, por sus siglas en inglés).
Recientes investigaciones demostraron que el Kilimanjaro, montaña ubicada en la frontera de Tanzania y Kenia, podría perder su casquete glaciar para 2020, y el Parque Nacional Glaciar, en Estados Unidos, perderá sus campos congelados para 2030.
El cambio climático se acentúa en los ambientes montañosos. Uno de los peores ejemplos son los glaciares del Kilimanjaro, que en apenas siete años se derritieron en gran medida, dijo Price.
El cambio climático es también uno de los temas centrales en un manual sobre conservación lanzado por la UICN en la conferencia de Bangkok.
En las próximas décadas, el cambio climático causado sobre todo por actividades humanas será más rápido que el experimentado hasta ahora, dice el manual Guías para la Planificación y Administración de Areas Montañosas Protegidas.
Los cambios del clima tendrán más impacto en zonas elevadas, y esto tiene un efecto importante en animales y plantas, alertó Price.
Las plantas se irán trasladando progresivamente a una mayor altura pues allí se tornará más caliente. Pero, una vez que lleguen a la cima, ¿qué va a pasar? ¿Y qué harán los animales que viven en la montaña y ven que su ambiente natural desaparece porque la nieve se derrite?, preguntó Price en la conferencia.
El miércoles, ambientalistas y alpinistas pidieron en Bangkok a la Organización de las Naciones Unidas que incluya a la asiática cordillera del Himalaya en una lista de zonas amenazadas, pues la nieve en esas montañas se derrite con rapidez.
También pidieron a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) que designe a esa cordillera patrimonio natural de la humanidad, y por tanto presione para que sea protegida.
Los ambientalistas advierten que el agua derretida está llenando los lagos de la zona, lo que podría provocar una serie de inundaciones.
Testimonios de los más distinguidos alpinistas que conquistaron el Monte Everest, la montaña más alta del mundo, ubicada entre Nepal y el Tíbet, serán reunidos y presentados en el Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco esta semana en París.
Sin embargo, UICN reconoce que hay una creciente preocupación mundial por las montañas en los últimos años.
La Cumbre de la Tierra, celebrada en 1992 en Río de Janeiro, incluyó un plan de desarrollo sustentable para las zonas montañosas en su programa de acción denominado Agenda 21.
En 1995, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial identificó a los ecosistemas de las montañas como principal objetivo de uno de sus 10 programas, y para 2002 ya había prometido 1.400 millones de dólares para financiar más de 100 planes de acción en 64 países.
Las montañas son los ecosistemas más sensibles del planeta. Son vitales para 12 por ciento de la población mundial, y sobre todo para los países en desarrollo, dijo el director del Programa de Areas Protegidas de la UICN, David Sheppard.
Son epicentros de biodiversidad, y por esa razón casi un cuarto de las áreas protegidas del mundo están en zonas montañosas, añadió.