AMBIENTE: Blair arrastra a Bush al camino verde

El primer ministro de Gran Bretaña, Tony Blair, tendrá una ardua tarea el año próximo: persuadir al reelecto presidente de Estados Unidos, George W. Bush, de adoptar una política más sustentable para el ambiente del planeta.

Gran Bretaña ocupará la presidencia de la próxima cumbre del Grupo de los Ocho (G-8) países más industrializados, a realizarse en Escocia en julio de 2005. Blair aprovechará la ocasión para impulsar dos de sus prioridades declaradas: la lucha contra el cambio climático, y el desarrollo de Africa.

Inevitablemente, la primera de sus prioridades lo enfrentará con Bush, que retiró a Estados Unidos del Protocolo de Kyoto. El tratado, firmado en 1997, compromete a sus miembros a reducir las emisiones de dióxido de carbono y otros ”gases invernadero” que contribuyen al cambio climático.

Grupos ambientalistas ya pidieron a Blair que adopte una postura fuerte en la cumbre del G-8, integrado por Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Rusia.

Los líderes del G-8 se reunirán en un centro turístico de Escocia del 6 al 8 de julio próximo. Para entonces, Gran Bretaña ocupará también la presidencia rotativa de la Unión Europea.

Miembros de la Campaña contra el Cambio Climático, un movimiento británico respaldado por el Partido Verde y las organizaciones internacionales Amigos de la Tierra y Movimiento Mundial de Desarrollo, realizaron una manifestación el jueves frente a la embajada de Estados Unidos en Londres para exigir una mejor política ambiental del nuevo gobierno de Bush.

”Queremos que Blair use su influencia sobre Bush para reincorporarlo a la mesa de negociaciones”, declaró Katie Elliot, de Amigos de la Tierra.

El grupo planea intensificar su campaña en los próximos meses ”para asegurar que Blair acompañe sus palabras con acciones”, dijo Elliot a IPS.

Blair exhortó a ”una revolución industrial verde”, pero admitió que será difícil sumar a Estados Unidos a esa rebelión.

”Seamos directos: no creo que el Senado de Estados Unidos vote la ratificación de Kyoto. Sería muy bueno que lo hiciera, pero no me parece viable”, dijo el primer ministro el mes pasado.

Sin embargo, el mandatario planteará el tema en la cumbre del G-8. ”En primer lugar, debemos lograr una aceptación explícita de las conclusiones científicas”, dijo, en referencia a la relación causal entre la emisión de gases invernadero y el cambio climático, aceptada por la mayoría de los científicos y cuestionada por Bush.

”Lo siguiente es un acuerdo para llevar adelante este proceso (de Kyoto). Esto requerirá un examen de las tecnologías paso a paso, antes de adoptar ciertas medidas”, señaló Blair.

Aunque es improbable que Blair logre de Estados Unidos la ratificación del Protocolo de Kyoto, si no obtiene alguna otra concesión de Washington en materia ambiental recibirá un duro golpe político, ahora que el mandatario británico transformó el control del cambio climático una de las prioridades de su presidencia del G-8.

Grupos ambientalistas confiaban en la elección del candidato rival de Bush, el demócrata John Kerry. Ahora, tienen una tarea más pesada en sus manos.

El martes, día de la reelección de Bush, ”fue un mal día para el ambiente”, declaró Tony Juniper, director ejecutivo de Amigos de la Tierra. ”Ahora es esencial que Tony Blair use su especial relación con el presidente de Estados Unidos para sumarlo a la 'guerra internacional contra el cambio climático'”, exhortó.

Bush tiene ”unos antecedentes ambientales desastrosos”, señaló Amigos de la Tierra. ”Invirtió unos 38.000 millones de dólares en subsidios a los combustibles fósiles y a la industria nuclear, impulsó la explotación petrolera de Africa y Asia central, y permitió la perforación petrolera en Alaska”, recordó la organización. (

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe