El apetito de China por materias primas provoca inquietud mundial, no sólo porque hace subir los precios de productos básicos clave, sino porque el gigante de Asia decidió usar sus divisas para adquirir empresas extranjeras extractoras de recursos naturales.
Para algunos, la preocupación es de naturaleza ambiental y económica. A otros les inquietan los estrechos vínculos entre el gobernante Partido Comunista chino y las grandes empresas que invierten en el exterior y adquieren así gran influencia en otros países.
Esas preocupaciones se manifestaron en la reacción en Canadá por la oferta de un consorcio chino para adquirir Noranda Inc., la mayor y más antigua compañía de minerales del país, al precio de 5.600 millones de dólares.
El acuerdo dará a Beijing el control de una de las más respetadas empresas canadienses, con depósitos estratégicos de cinc, cobre, níquel y otros minerales. Si se concreta, los 15.000 empleados de Noranda en todo el mundo pasarán al control del consorcio chino.
Algunos diarios canadienses exhortaron al gobierno de Canadá a bloquear el acuerdo debido a los antecedentes de China en materia de derechos humanos. Hay una cuestión moral aquí, escribió el columnista Peter Foster en el National Post, de Toronto.
Otros advierten que no sería saludable que China obtuviera tanta influencia doméstica ni control sobre los empleos de canadienses.
China Minmetals Corp realizó la oferta en representación de un consorcio que incluye a otras cuatro firmas: Baoshan Iron and Steel, Citic Investment Corp., Jiangxi Copper y Taiyuan Iron and Steel.
Si la compra se concreta, será la mayor inversión de China en el exterior y empequeñecerá a su inversión extranjera directa en Canadá, de 400 millones de dólares el año pasado.
Las adquisiciones en el extranjero son un aspecto de la campaña de China para transformarse en una potencia política, económica y militar, comentó una nota editorial publicada en el diario Toronto Star.
Sin embargo, el sistema político de China sigue siendo unipartidario, dominado por una pequeña elite comunista. Minmetals no responde a sus accionistas, sino al gobierno, directamente, agregó.
Otros críticos advirtieron que Canadá podría cerrar los ojos a las violaciones de Beijing a los derechos humanos, y recordaron que el gobierno de Australia acalló las críticas a los abusos en China desde que ese país se transformó en su cliente más importante de mineral de hierro y gas natural.
Hasta ahora, China ha invertido 6.000 millones de dólares en empresas de gas y petróleo en todo el mundo, según el Diario del Pueblo, órgano de prensa del Partido Comunista.
Por otro lado, empresas chinas han invertido unos 33.000 millones de dólares en industrias basadas en recursos minerales, que están en rápida expansión y requieren cada vez más materia prima.
Muchos están preocupados por los estrechos vínculos entre las empresas inversoras y el gobierno de China. Minmetals, por ejemplo, cuenta con el respaldo financiero del estatal Banco de Desarrollo de China para la adquisición de Noranda.
A otros les preocupan más las consecuencias ambientales del desmesurado consumo de recursos naturales por el país más poblado del planeta, con 1.300 millones de habitantes.
La flota pesquera china, la mayor del mundo, es acusada de sobrepesca, no sólo en las costas de China sino también en la región, lo que ha causado tensiones con Filipinas, Vietnam y Japón.
Gran parte de la reducción de los bancos de pesca y de la captura mundial es atribuida al voraz apetito de China por los recursos marinos.
Mientras, la demanda china de madera generó una sobreexplotación y exportación de ese recurso en Birmania, Tailandia, Laos e Indonesia.
Las importaciones de madera birmana en China sumaron un millón de metros cúbicos en 2002, y según la organización ambientalista británica Global Witness, habrían llegado a 1,4 millones el año pasado. Como resultado, enormes áreas de bosques tropicales de antiguo crecimiento desaparecieron de Birmania.
La creciente demanda china también provocó un aumento en el precio de los metales este año. El cobre alcanzó este mes su precio máximo en 15 años, y el níquel llegó en enero a su pico en 14 años.
La necesidad de metales también llevó a China a procurar acuerdos con países como India, Mongolia y Chile, donde las compañías minerales chinas nunca tuvieron una fuerte presencia.
En junio, la firma Jiangxi Copper anunció su propósito de participar en un emprendimiento canadiense en Mongolia y comprar la mina de cobre de Saindak, en Pakistán. Minmetals también está negociando una empresa conjunta para explotar yacimientos en Chile.
La creciente demanda de China también provocó este año escasez mundial de cobre y níquel. El consumo mundial de cobre en los primeros siete meses de 2004 superó la producción en 710.000 toneladas, una diferencia dos veces mayor que la de 2003.
Esta tensión sobre las limitadas reservas de productos básicos es más visible en el mercado del petróleo, cuyos precios se encuentran en un pico histórico, pero de hecho se hace sentir en todos los sectores.
Por ejemplo, la demanda de China hizo subir los precios del mineral de hierro y el carbón de coque a un récord histórico, privando a las compañías acereras de Japón (alguna vez las mayores compradoras de productos básicos) de la capacidad de fijar los precios.
La firma financiera Merrill Lynch estimó que los fabricantes de acero japoneses acordarán para el año próximo un aumento de precios de hasta 22 por ciento. Mientras, se calcula que el precio del coque aumentará cerca de 64 por ciento.
En un esfuerzo por contrarrestar la creciente competencia de China por materia prima, las firmas acereras de India se están volcando a proyectos de gas y minería.
Por ejemplo, la Autoridad Acerera de India y Tata Steel, los mayores fabricantes de acero del país, planean usar más gas para sus hornallas y comprar más acciones en minas de hierro y carbón.
Aun a altos precios, la competencia por los productos básicos es feroz, en especial porque se prevé que la demanda china continuará en aumento.
Según la Comisión Estatal de Desarrollo y Reforma, las medidas de Beijing para enfriar la economía están produciendo resultados, pero la demanda de carbón, petróleo y energía en general sigue excediendo la demanda.
Prevemos una exigencia de recursos todavía mayor el próximo invierno, declaró Cao Yushu, portavoz de la Comisión. (