PALESTINA-ISRAEL: Golpe a golpe

El creciente saldo de bajas civiles de la ofensiva israelí en el norte de la franja de Gaza profundiza el odio y perpetúa el ciclo de violencia, advierten políticos y activistas palestinos.

En ocho días, 80 personas murieron a manos de las fuerzas de seguridad israelíes.

A pesar de que el ejército de Israel afianzó su control sobre el norte de Gaza, dos misiles palestinos artesanales Qassam lanzados por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) impactaron en el poblado israelí de Sderot.

La muerte de dos niños pequeños en uno de esos ataques marcaron el miércoles el comienzo de una nueva operación israelí en Gaza.

Las Brigadas Izzedine al-Qassam, brazo armado de Hamas, anunciaron en conferencia de prensa en la mezquita Taqwa, en Beit Lahiya —bajo las narices del ejército israelí—, que mantendrán sus ataques.

En uniformes camuflados, con máscaras negras y ametralladoras, los portavoces de Hamas dijeron que su moral es alta a pesar de las pérdidas. ”Nuestra organización ofreció 25 mártires la semana pasada, pero no lo vemos como una pérdida, sino que nos fortalece”, dijo uno de ellos.

Sobre una mesa, en el segundo piso de la mezquita, muestran las armas que dicen fabricar por sus propios medios, como granadas —entre ellas la Yassin, impulsada por cohete— y algunas minas.

En el piso yacen un arma antitanques Battar y la atracción principal: un misil Qassam en su improvisada lanzadera.

Analistas en Israel y en territorio palestino dudan de la eficacia de la operación armada israelí, si es que su intención era detener los ataques.

El ex ministro y ex jefe de la Seguridad Preventiva palestina Mohammed Dahlan muestra escepticismo hacia los motivos del gobierno de Ariel Sharon.

”Esto no se trata de seguridad, sino de venganza”, dijo Dahlan, mientras presencia el desenvolvimiento de los acontecimientos desde su oficina en la ciudad de Gaza. ”Esto sólo profundiza el odio.”

Si Sharon y el ejército israelí ”piensan que ataques con tanques y helicópteros traerán la seguridad, están locos”, agregó.

Los ataques solo contribuyen a fortalecer al radical movimiento Hamas y a debilitar a la Autoridad Nacional Palestina que preside Yasser Arafat, según Dahlan. Además, encajan con la intención de Sharon de acabar con el proceso de paz de Oslo, sostuvo.

Con su plan de retirada de Gaza, Sharon pretende congelar el proceso de paz y postergar indefinidamente la creación de un estado palestino, admitió esta semana el asesor del primer ministro israelí, Dov Weisglass.

”No me sorprende. Yo lo dije hace tres meses, pero es bueno que lo diga Weisglass ahora, porque demasiada gente en todo el mundo aún piensa que el plan de Sharon era útil o viable”, indicó Dahlan.

Muchos analistas ven un vínculo directo entre los ataques con misiles de Hamas contra Israel, cada vez más intensos y mortales, y la proximidad de la retirada de Gaza.

Muchos pretenden que los ocupantes ”se vayan bajo fuego”, según el editor del semanario islámico Al Resalla, Ghazi Hamad, pero lo que sorprendió a los palestinos y a la comunidad internacional fue la magnitud de la respuesta israelí.

Estados Unidos vetó una resolución del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que exhortaba a Israel a poner freno a sus acciones de inmediato. Pero el texto de la ONU no condenaba los ataques con misiles Qassam contra Israel.

En algunos barrios de Gaza no le tienen simpatía a quienes cometen esos ataques. Dahlan los reprueba, y cree que la Autoridad Nacional Palestina debería reprimirlos con más fuerza.

Raji Surrani, activista de derechos humanos de Gaza, sostuvo que ”un tipo de sangre no es, para mí, más sagrado que el otro”. Pero, agregó, ”¿qué tipo de respuesta es esta, que si matamos dos de sus niños vienen a matar 20 de los nuestros?”

Surrani también muestra preocupación por el recrudecimiento del odio entre los palestinos. El activista calculó que más de 2.000 personas huyeron de los poblados de Beith Lahiya y Beit Hanoun y del campamento de refugiados de Jabaliya, a los que ingresó el ejército israelí.

Unas 60 viviendas fueron demolidas en esos lugares, aseguró.

También la organización israelí de derechos humanos B'Tselem cuestionó las demoliciones, y advirtió que la mayoría de las víctimas de las operaciones del ejército israelí son civiles inocentes.

Pero el gobierno de Sharon insiste en que en la mayoría de los casos las víctimas, entre los que figuran niños de 14 y 15 años, están involucrados en milicias.

El ejército israelí ocupó el este de Jabaliya, y parte de la destrucción se percibe en el vecino Bloque 2. Del otro lado de la calle Salah Eddin, una de las principales avenidas del lugar, algunas casas yacen entre escombros.

En el laberinto de estrechos callejones que es el Bloque 2, cientos de militantes armados y enmascarados se ocultan de los israelíes, que no están lejos de allí. Pertenecen a diversos grupos: un sector pertenece a Hamas, el otro, otra al socialista Frente Democrático para la Liberación de Palestina.

Allí, dos miembros de las Brigadas Sallah Eddin mantienen la mirada fija en un par de cables que mueren a muchos metros de distancia, en una mina ubicada en la calle principal. Su intención es detonarla si los israelíes tratan de ingresar en el barrio.

”Convertiremos estos callejones en una tumba para los judíos”, dijo uno de los militantes, que confía en que podrán detener los tanques y aplanadoras israelíes a pesar de contar con poco equipo. ”Confiamos en Dios, no en nuestras armas.” (

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