El poeta filipino Cesar Ruiz Aquino y el vietnamita Do Chu celebraron en el mismo escenario al ser reconocidos este mes entre los mejores escritores contemporáneos de Asia sudoriental. Pero no pudieron intercambiar palabras. El idioma volvió a ser el obstáculo.
Es una ironía que la ceremonia de entrega el 12 de este mes en Bangkok del Premio de Escritores de Asia Sudoriental, en la que fueron galardonados nueve escritores y escritoras de Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam, la lengua haya sido lo que impidió una mayor integración cultural.
Nos faltó la química instantánea de entablar una conversación debido a la barrera lingüística. Tampoco he podido leer las obras de los otros premiados por la misma razón, explicó Aquino.
Que esto ocurra después de 25 años de la creación de este premio es una clara demostración que los gobiernos de la región no han considerado la importancia de la lengua como pilar vital para construir la unidad regional.
En cambio, sí han invertido mucho dinero y tiempo en proyectos comerciales y financieros para consolidar a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, creada en los años 70.
Sólo se trata de traducir y distribuir las obras de los escritores de la región para que podamos descubrirnos mutuamente. Pero esto no ha pasado, indicó a IPS la escritora malasia Zurinah Hassan, también galardonada en Bangkok.
Esa poeta señaló que éste ha sido el gran problema de la literatura del sudeste asiático de los últimos 20 años.
No es nada nuevo. Cuando los escritores de la región se unen, esta es una queja frecuente. No podemos leer lo que los demás escriben, lamentó..
Pero el idioma es sólo uno de los tantos elementos que dividen a esta región. Las diferencias de religión, cultura, historia, sistemas políticos y estados de desarrollo entre los países son también significativas.
Los organizadores de este premio anual tampoco tienen un archivo con las obras de los ganadores anteriores traducidas a las principales lenguas de Asia sudoriental.
Traducimos algunos de los libros ganadores antes, pero no a todos los idiomas para que puedan ser leídos en toda la región, explicó Rex Morgan, presidente de la Fundación Rex Morgan, una de las instituciones que financia el premio literario.
El problema surge cuando hay que financiar todas las traducciones. No creo que podamos resolver esto en el corto plazo, añadió.
De esta manera, los lectores de Asia sudoriental se han visto privados de las grandes obras de sus escritores.
Los ganadores de este año se centraron en temas como la pobreza, la política, el nacionalismo, la tradición y la cultura, asuntos que tocan muy de cerca de todos los habitantes de la región.
Mientras espera la luz de la luna, sueña con gracias / familiares / tiernamente, indeleblemente impresas en su corazón / que se entretejen como un tapiz, escribió el poeta tailandés Rewat Phanpipat, uno de los ganadores del premio, en su obra Recuerdo de la niñez.
Mientras Haji Jawawi Bin Haji Ahmad, de Brunei, aborda el tema de la pobreza, Aquino celebra la belleza natural de Filipinas, aunque también se sumerge en la pasión política.
Mientras, el vietnamita Do Chu repite los ecos de la intervención militar estadounidense en su país en los años 60.
La guerra ha sido un tema recurrente en algunas de las obras de los últimos años porque los países de la región han sido divididos por ella, señaló el crítico literario Oraya Sutabutr, de la Universidad de Thammasat, de Bangkok.
En el corazón de los poemas de autores vietnamitas, camboyanos y laosianos está siempre la lucha por sobrevivir en los años posteriores al conflicto, añadió.
Otros temas recurrentes son el enfrentamiento entre las antiguas tradiciones y la avasallante modernidad. Pero esta unidad temática se ve bloqueada por la barrera idiomática.
Esto nos hace sentir separados, como si fuéramos de diferentes continentes. No tenemos sentido de pertenencia a un área cultural común, pese a que estamos muy cerca geográficamente, dijo Aquino. (