Grupos partidarios de alguno de los dos principales candidatos en las elecciones presidenciales de Estados Unidos recaudan fondos a un ritmo sin precedentes. Para algunos expertos y activistas, esto implica la continuación del dominio del proceso democrático por intereses particulares.
Los llamados comités de acción política, organismos que pueden recaudar fondos ilimitados y gastar millones en propaganda política siempre que no exhorten directamente a la elección o derrota de un candidato federal, juntaron 391 millones de dólares en 2003 y 2004, sostiene un nuevo informe del Centro para la Integridad Pública, una organización de investigación periodística de interés público.
Poco menos de la mitad de esa cantidad fue solicitada por grupos formados para promover la reelección o la derrota del presidente George W. Bush el 2 de noviembre, agrega el informe, publicado el lunes. El resto procedió de organizaciones que también están involucradas en elecciones legislativas, aunque oficialmente esos grupos son independientes.
Desde julio hasta septiembre, los comités de acción política (también llamados los 527 comités, por la norma fiscal que los rige), recaudaron apenas 12 millones de dólares menos que en todo 2002, agrega el informe.
Su autor, Derek Willis, atribuye el enorme salto a la competitividad de la campaña electoral y la oportunidad que significó para los 527 la reforma realizada en 2002 a los métodos de financiación de las campañas.
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La reforma puso fin a las donaciones de dinero blando, es decir, contribuciones ilimitadas de individuos, empresas o sindicatos para los candidatos.
Los comités de acción política tienen prohibido coordinar sus gastos con los candidatos, y por eso se cree que influyen menos sobre éstos que el dinero blando de empresas donantes.
Sin embargo, aunque la mayor parte del dinero de los 527 procede de individuos y no de empresas, fondos relacionados con intereses particulares siguen encontrando su camino hacia los cofres de campaña de republicanos y demócratas, señaló un artículo publicado por Corpwatch, una organización no gubernamental que vigila las actividades de las empresas multinacionales.
El dinero blando de elecciones pasadas simplemente se reencauzó por nuevas vías: organizaciones políticas, en apariencia ajenas a aparatos partidarios, pero que de hecho juegan el papel que en elecciones pasadas tuvieron la Convención Nacional Demócrata y la Convención Nacional Republicana, afirmó Corpwatch.
Por otra parte, Anthony Corrado, del gabinete de expertos The Brookings Institution, cree que la influencia de los 527 comités es limitada, en primer lugar porque tanto el opositor Partido Demócrata como el gobernante Partido Republicano lograron que millones de donantes les aportaran pequeñas cantidades de dinero desde que entró en vigor la reforma.
Los comités invierten la mayor parte de sus fondos en publicidad y, este año, en esfuerzos para aumentar la participación electoral, explicó Corrado.
Los partidos se han ajustado a la nueva ley. Los congresistas no procuran contribuciones no reguladas. En cambio, lo que los partidos han hecho es concentrarse más en pequeños donantes, y han tenido mucho éxito, dijo Corrado a IPS.
Recaudaron unos 175 millones de dólares más de donantes que aportan menos de 200 dólares, y de esa forma reemplazaron más de la mitad del dinero blando que habían obtenido en el anterior ciclo electoral, agregó.
Sin embargo, los fondos recaudados por los 527 comités no son insignificantes, observó.
Dos grupos creados para oponerse a la reelección, Americans Coming Together y su socio, Media Fund, juntaron un total de 97 millones de dólares, según el informe del Centro para la Integridad Pública. El comité partidario de Bush más exitoso, Progress for America Voter Fund, generó más de 30 millones de dólares, agregó.
Según el Centro, 36 individuos o parejas otorgaron al menos un millón de dólares cada uno a los 527 grupos en el ciclo electoral 2003-2004, encabezados por Peter Lewis, presidente de la compañía de seguros Progressive Insurance, que aportó cerca de 19 millones de dólares a comités opuestos a Bush.
El financista húngaro-estadounidense George Soros aportó otros 18 millones de dólares a los mismos grupos que recibieron contribuciones de Lewis.
En la actual campaña electoral, las mayores sumas de dinero de empresas llegan a los candidatos mediante un proceso llamado 'atado', agregó la organización, en referencia a la práctica de donantes de campaña de recabar contribuciones de amigos, juntar el dinero y donarlo en su propio nombre.
Esta práctica es preocupante, concuerda Mary Boyle, secretaria de prensa de Common Cause, una organización sin fines de lucro con sede en Washington que promueve el interés público en la política.
Common Cause ha rastreado dinero atado y la forma en que sus contribuyentes se han beneficiado durante el gobierno de Bush, que comenzó en 2001.