DARFUR: Crisis se agrava pese a promesas de Sudán

Las condiciones de seguridad en la occidental provincia sudanesa de Darfur se agravan, a pesar de las promesas de Jartum a la comunidad mundial, señaló Saleh Mahmoos Osman, abogado detenido por asesorar a civiles desplazados en el conflicto.

Tomando en cuenta que Osman estuvo en prisión entre febrero y septiembre sin ninguna razón, se puede considerar que tales apreciaciones son muy moderadas.

”Sólo asesorábamos legalmente a los sobrevivientes del conflicto de Darfur”, afirmó el miércoles ante un centenar de personas que asistieron a un seminario sobre la situación en Sudán, organizado en Petroria por el Instituto Africa de Sudáfrica.

Entre los participantes del seminario figuraban varios diplomáticos sudaneses.

”Me mantuvieron detenido ocho meses, y fui liberado sin que presentaran contra mí acusaciones formales”, añadió con una sonrisa Osman, quien ahora trabaja para la no gubernamental Organización Sudanesa Contra la Tortura, con sede en Jartum.

El abogado aseguró que el conflicto en Darfur es tan grave como lo señalan los medios de prensa, a pesar de que el gobierno lo niegue.

”La situación en Darfur no mejora para nada. Las personas todavía temen volver a sus hogares. Cuando estuve en (la meridional localidad de) Nyala, unos 400 aldeanos fueron desplazados de sus casas por hombres armados. Ahora están en campamentos”, dijo.

Los problemas de Darfur, reino independiente anexado por Sudán en 1917, comenzaron en los años 70 como una disputa por las tierras de pastoreo entre nómadas árabes y agricultores indígenas negros. Ambas comunidades étnicas comparten la fe islámica.

Pero la tensión se transformó en una guerra civil en febrero de 2003, cuando guerrilleros negros respondieron con violencia al hostigamiento de las milicias Janjaweed. Se estima que unas 50.000 personas fueron asesinadas en Darfur desde entonces, y 1,5 millones fueron desplazadas.

Los Janjaweed son acusados de llevar adelante una campaña de limpieza étnica contra tres tribus negras que respaldan a las organizaciones guerrilleras Ejército para la Liberación de Sudán (SLA) y Movimiento por la Justicia y la Igualdad (JEM).

Se presume que las milicias árabes tienen apoyo de Jartum, o que éste hace la vista gorda ante sus crímenes.

Más de 200.000 habitantes de Darfur huyeron a campamentos para desplazados en la frontera con Chad, pero aún son vulnerables a los ataques.

El primer ministro de Gran Bretaña, Tony Blair, aseguró el miércoles durante una visita a Jartum que el gobierno había accedido a cinco demandas clave, entre ellas obligar a todos sus soldados y milicias a regresar a los cuarteles.

Los rebeldes, por su parte, respetarán un cese al fuego hasta abril.

Además, el gobierno permitirá el despliegue de un nuevo contingente de la Unión Africana, de unos 3.500 soldados. Actualmente hay sólo 300 militares extranjeros en Sudán para vigilar el respeto de la tregua.

Pero, según Osman, los habitantes de Darfur dudan que el gobierno cumpla sus promesas.

”Las personas de Darfur perdieron toda confianza en la policía y en la justicia. No pueden confiar en las fuerzas de seguridad porque ven que miembros de Janjaweed en sus filas ”, señaló.

El abogado señaló que, a pesar de la presión internacional, el gobierno de Sudán no está en verdad comprometido con la resolución del conflicto.

Osman coincide con el enviado especial a Sudán de la Organización de las Naciones Unidas, Jan Pronk, quien el martes dijo al Consejo de Seguridad que la situación de seguridad en Darfur no ha mejorado.

Blair también pidió a Jartum que negocie un acuerdo de paz con los rebeldes. Las conversaciones en Nairobi del mes pasado fracasaron luego de que los grupos guerrilleros exigieron el desarme de los Janjaweed.

Mientras, algunos dudan en la capacidad de las fuerzas de la Unión Africana para controlar el cese del fuego.

”La misión de la Unión Africana está basada en sólo buenas intenciones. No tiene poder para hacerse respetar”, sostuvo en la reunión de Petroria la activista Monica Jumo, de la organización no gubernamental Africa Más Segura.

Jartum hasta ahora se ha negado a autorizar a las fuerzas de la Unión Africana para que desarmen a las milicias Janjaweed.

”El desarme de los Janjaweed es clave para la estabilidad de Darfur”, sostuvo Samleko Roberts de la organización Amnistía Internacional.

”Si el gobierno de Sudán, que fue quien les proveyó de armas, no puede hacerlo, entonces debería pedir la ayuda internacional”, añadió.

Por otra parte, crecen los temores de que la crisis en Darfur a su vez afecte las conversaciones de paz para poner fin a la guerra civil en el sur de país, donde hay una frágil tregua.

”La guerra podría estallar otra vez en todo Sudán a menos que las negociaciones entre el gobierno y el rebelde Ejército para la Liberación del Pueblo de Sudán (SPLA), que deben reanudarse el 7 de octubre, produzcan un acuerdo de paz”, advirtió esta semana el Grupo Internacional de Crisis, con sede en Bruselas.

Líderes del SPLA y representantes del gobierno se encuentran con frecuencia en Nairobi desde hace dos años para negociar una salida a la guerra civil en el sur, que ya tiene 21 años.

”Los rebeldes del SLA y del JEM (en Darfur) se alzaron en armas justo cuando el gobierno y el SPLA estaban cerca de firmar la paz. Quizás los rebeldes de Darfur se sintieron marginados y querían su parte”, dijo el embajador sudanés en Sudáfrica, Kuol Alor.

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