Las naciones productoras de petróleo son más permeables a hechos de corrupción, de acuerdo con el informe de la organización Transparencia Internacional (TI) presentado este miércoles.
Países como Angola, Azerbaiyán, Chad, Ecuador, Indonesia, Irán, Iraq, Kazajstán, Libia, Nigeria, Rusia, Sudán, Venezuela y Yemen, ricos en crudo, tienen puntos extremadamente bajos en el Indice de Percepción de la Corrupción 2004, señaló el presidente de la organización, Peter Eigen, al presentar el estudio en Londres.
Sobre la base de una serie de encuestas, TI le da el puntaje máximo de 10 a las naciones consideradas más transparentes, y un mínimo de uno a aquellas en las que se percibe una mayor corrupción.
El petróleo emergió como un sector propicio para los hechos de corrupción, al igual que el de la construcción y la defensa, indicó Eigen.
El hilo común que ata a estos tres (sectores) es la contratación pública, dijo a IPS Jeff Lovitt, activista de esta organización internacional con sede en Berlín.
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Para obtener derechos de explotación se requieren muchas negociaciones con los gobiernos, y eso da lugar a los sobornos, explicó.
Por su parte, Eigen dijo en Londres que la contratación pública en el sector petrolero está plagada de casos en que las ganancias desaparecen y terminan en los bolsillos de los ejecutivos occidentales, intermediarios o funcionarios públicos locales.
TI exhortó a los gobiernos occidentales a que exijan a sus firmas petroleras la publicación de sus ganancias, gastos y pagos a los países donde operan.
El acceso a esta vital información minimizará las oportunidades de ocultar los pagos de sobornos, una práctica que se ha hecho común en la industria petrolera en transición y en las economías de posguerra, dijo Eigen.
El presidente de TI subrayó que Iraq presenta una situación particular.
El futuro de Iraq depende de lograr la transparencia en el sector petrolero. Si no se aplican medidas severas contra las coimas, la reconstrucción de Iraq se entorpecerá por la desviación de los recursos a las elites corruptas, alertó.
Los países con puntos más bajos en el índice, es decir, aquellos donde la percepción de corrupción es mayor, son Bangladesh, Haití, Nigeria, Chad, Birmania, Azerbaiyán y Paraguay.
En cambio, las naciones que encabezan la lista por su transparencia son Finlandia, Nueva Zelanda, Dinamarca, Islandia, Singapur, Suiza y Noruega.
Más abajo se sitúan Gran Bretaña, en el puesto 11, Estados Unidos en el 17, Chile en el 20, Francia en el 22, Japón en el 24 e Israel en el 26.
En el estudio, los países pobres tienen en general una mayor vulnerabilidad a la corrupción, aunque hay algunas excepciones. Botswana se ubica en el puesto 31, mientras que Italia se ubica en el 42, Sudáfrica en el 44 y Grecia en el 49.
Pero más que darles puntajes a los países, TI intenta alertar sobre los peligros de la corrupción, sobre todo en varios países en desarrollo.
La organización calcula que unos 400.000 millones de dólares se pierden todos los años en el mundo debido a las coimas en la administración pública.
Si queremos alcanzar el objetivo del Milenio de reducir a la mitad las personas en extrema pobreza para 2015, todos los gobiernos deben encarar seriamente la lucha contra la corrupción en la contratación pública. La corrupción roba a los países su potencial, dijo Eigen.
Los Objetivos de Desarrollo del Milenio fueron fijados en una sesión especial de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) realizada en septiembre de 2000.
Entre las metas figuran garantizar para 2015 la educación universal de niños y niñas, y reducir a la mitad, respecto de 1990, la población de pobres, de hambrientos y de personas sin acceso a agua potable ni medios para costearla.
Otros objetivos establecidos en 2000 por los 189 países entonces integrantes del foro mundial fueron promover la igualdad de género, reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, combatir el VIH/sida, la malaria y otras enfermedades y garantizar la sustentabilidad ambiental.
El índice de TI es elaborado sobre la base de 18 encuestas realizadas por 12 instituciones independientes, entre 2002 y 2004, a empresarios, analistas de riesgo financiero y a residentes de 146 países, un método que en algunas oportunidades ha sido cuestionado.
Pero las encuestas fueron seleccionadas considerando que hicieron preguntas similares sobre corrupción, explicó Lovitt.
El índice tiene un margen que cubre las diferencias entre las metodologías aplicadas por las instituciones, por lo que el trabajo tiene un alto grado de consistencia, aseguró.
Con todo, TI reconoció que muchos países que podrían ubicarse entre los más corruptos no figuran (en la lista) debido simplemente a que no había suficiente información disponible sobre ellos.