CHILE: Miguel Enríquez, el hombre detrás del mito

Los 30 años de la muerte de Miguel Enríquez, líder del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), fueron conmemorados este martes en Chile con actos orientados a rescatar la dimensión humana de una de las figuras más míticas de la política de este país.

Enríquez fue abatido a balazos el 5 de octubre de 1974 en un desigual combate con agentes represivos, que lo emboscaron en una modesta vivienda del municipio de San Miguel, en el sector centro-sur de Santiago, donde vivía en la clandestinidad organizando la resistencia contra la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990).

En el combate que se prolongó por más de dos horas fue gravemente herida la compañera de Enríquez, Carmen Castillo, embarazada de ocho meses. El hijo de ambos, Miguel Angel, murió a las pocas semanas de nacer en el exilio y sus restos se guardan hoy en un cementerio de Londres.

En uno de los actos más emotivos de esta conmemoración, Carmen Castillo y ex dirigentes del MIR llegaron hasta el número 725 de la calle Santa Fe en San Miguel, donde una "animita” (pequeña tumba simbólica con forma de gruta) recuerda al dirigente que fue muerto de 10 balazos.

Los agentes de la hoy desaparecida Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) que organizaron la emboscada tuvieron que pedir refuerzos de efectivos del Ejército y apoyo de un helicóptero para la operación, en que lograron escapar con vida otros dos dirigentes miristas, José Bordaz y Humberto Sotomayor.

Enríquez, de profesión médico, tenía apenas 30 años al momento de su muerte. En 1967, a los 23 años, fue elegido secretario general del MIR, a cuya fundación concurrió en 1965 junto a un contingente de jóvenes críticos de las posiciones que consideraban "reformistas” de los partidos Comunista y Socialista, las dos vertientes históricas del marxismo en Chile.

En tanto, expresión de una autodenominada "izquierda revolucionaria” inspirada en la revolución cubana y en la figura del cubano-argentino Ernesto Che Guevara, el MIR introdujo en Chile bajo el gobierno del demócratacristiano Eduardo Frei Montalva (1964-1970) formas embrionarias de lucha insurgente.

Las operaciones de propaganda armada de los miristas fueron suspendidas en el marco de la campaña presidencial que llevó al triunfo en 1970 a la coalición izquierdista de la Unidad Popular, encabezada por el socialista Salvador Allende, frente a cuyo gobierno Enríquez y su partido adoptaron una posición de "apoyo crítico”.

Para algunos analistas, el afán de radicalizar el proceso de la Unidad Popular por parte del MIR y sectores del Partido Socialista y del Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU) fue lo que extremó los grados de polarización política que crearon las condiciones para el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.

Para Enríquez, en cambio, el golpe fue la demostración de "el fracaso del reformismo y no de los revolucionarios”, y llamó a revertir la derrota desde la resistencia armada al régimen de Pinochet.

La consigna de "El MIR no se asila”, para marcar diferencias con los dirigentes de la izquierda que escaparon de la represión bajo la protección de embajadas, fue a la postre suicida para esta agrupación que perdió a la mayoría de sus dirigentes y cuadros político-militares entre 1973 y 1976.

No obstante, el capital político que le reportó la muerte heroica de Enríquez, sobre todo en el plano internacional, le permitió al MIR recomponerse y organizar nuevos intentos de desafío insurreccional a la dictadura a comienzos de los años 80.

Pero la llamada izquierda revolucionaria, virtualmente aliada con el Partido Comunista y su política de "rebelión popular”, se vio desplazada por el proceso de recuperación pacífica de la democracia dirigido por las fuerzas de centroizquierda opuestas a la dictadura de Pinochet.

El 5 de octubre de 1988, cuando se cumplieron 14 años de la muerte de Enríquez, el dictador fue derrotado en un plebiscito presidencial que abrió paso a las elecciones de diciembre de 1989 y a la instalación del gobierno democrático encabezado por Patricio Aylwin el 11 de marzo de 1990.

¿Qué se conmemora este 5 de octubre? preguntó IPS a un grupo de 15 estudiantes universitarios. "El triunfo del NO”, fue la respuesta de casi todos ellos, en alusión al plebiscito de 1988. Solo uno respondió: "la muerte de Miguel Enríquez”.

En el mundo de la izquierda, este trigésimo aniversario de la caída en combate del líder del MIR ha dado lugar a una serie de actos, en los que ha predominado la reflexión acerca de la figura de Enríquez y de lo que significó en la historia de Chile y de América Latina la llamada izquierda revolucionaria.

Por primera vez, después de muchos años, se han confrontado en debates públicos el sucesor de Enríquez en la secretaría general del MIR, Andrés Pascal Allende, y Nelson Gutiérrez, otro alto dirigente de ese partido.

A mediados de los años 80, la agrupación se dividió en tres fracciones: el MIR Político, de Gutiérrez, el MIR Político-Militar, de Pascal, y el MIR Militar, de Hernán Aguiló, un dirigente que permaneció en la clandestinidad en Chile durante toda la dictadura.

"Cuando se produjeron los combates finales contra la dictadura, el MIR, que había iniciado casi en solitario esa lucha, estaba exhausto y sin capacidad de influir en los acontecimientos”, dijo este martes Martín Hernández, otro dirigente histórico que encabezó hasta hace algunos años un frustrado intento de refundación del partido.

La desaparición del MIR no ha afectado, sin embargo, la figura de su líder muerto en 1974, cuyo nombre es rescatado por un grupo que se denomina Juventud Rebelde Miguel Enríquez, mientras su ejemplo es también inspiración para otros pequeños contingentes que reivindican la llamada izquierda revolucionaria.

"¿Mito, leyenda, héroe, símbolo? Puede existir muchas respuestas y apreciaciones sobre Miguel Enríquez”, señaló el periodista Hugo Guzmán. Lo importante, agregó, es que "este joven médico irradia hoy reacciones y motivaciones entre los jóvenes y produce una adhesión afectiva y de ideario en los más viejos”.

"La humanidad de Miguel, su ser entero, expresaba vida y amor por la vida. Había una coherencia total entre su ser y el deseo de ser revolucionario. No tenía nada de sacrificial (sic) ni mesiánico”, dijo Carmen Castillo, hoy una cineasta radicada en París que viajó a Chile para estos homenajes.

Bajo la premisa de rescatar al ser humano, el periodista Víctor Gómez presentó este martes su documental "Miguel: la humanidad de un mito”, sobre la vida del líder del MIR, que incluye testimonios de varias personalidades, como el poeta Gonzalo Rojas, Premio Cervantes 2003.

"Quisimos hacer un perfil humano de Miguel, bien alejado del panfleto y de lo clásico en este tipo de biografías documentales”, dijo Gómez a IPS.

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