Organizaciones conservacionistas aplaudieron a los representantes de 166 gobiernos que decidieron este viernes imponer estrictas restricciones al comercio del árbol tropical ramín, medida que podría salvar de la extinción al orangután y al tigre de Sumatra.
La inclusión del ramín en la lista del Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) fue decidida por la unanimidad de la 13 Conferencia de las Partes del convenio, en curso en Bangkok.
Estamos en absoluto éxtasis. Pensamos que es una decisión extremadamente importante, no solo para el ramín sino para otras especies de las selvas tropicales, dijo a IPS la jefa de la delegación del no gubernamental Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), Susan Lieberman.
La CITES, tratado de la ONU vigente desde hace tres decenios, somete el comercio internacional de 30.000 especies de flora y fauna a tres diversos grados de protección, mediante su inclusión en listas (apéndices).
En el Apéndice I se incluyen todas las especies en peligro de extinción, cuyo comercio se autorizará sólo en circunstancias excepcionales.
El Apéndice II contiene especies que no se encuentran necesariamente amenazadas, pero cuyo comercio debe controlarse a fin de evitar una utilización incompatible con su supervivencia.
En el Apéndice III se incluyen especies que están protegidas al menos en un país, el cual solicita asistencia de otras partes de la CITES para controlar su comercio.
Las selvas en que crece el ramín también son el hogar de especies en peligro, como los orangutanes y los tigres de Sumatra, que han perdido grandes espacios de su hábitat natural a causa de la práctica de ganar terreno para la agricultura y de la tala ilegal.
La espiral de estas especies hacia la extinción debe ser detenida. Los gobiernos de la CITES respondieron positivamente al pedido de Indonesia: incluir el ramín en el Apéndice II es la respuesta adecuada pues requerirá cooperación mundial entre exportadores e importadores, sostuvo Liebermann.
La organización ambientalista Greenpeace Internacional también aplaudió la decisión de este viernes, al considera alentador el hecho de que las partes de la CITES traten de regular el comercio mundial de madera.
El ramín (gonystylus), árbol de tronco angosto procedente de las selvas pantanosas de Indonesia y Malasia y de madera casi blanca, comenzó a explotarse comercialmente en los años 50. Es tan dura y resistente como el haya, pero más ligera.
Es muy utilizada en la fabricación de muebles, chapas de madera, marcos de puertas y ventanas, suelos, hebanistería, mangos de herramientas y juguetes.
Como es la madera más valiosa de estos dos países, constituye el primer blanco de la tala ilegal, e incluso de incursiones en zonas protegidas.
La organización conservacionista indonesia Telapak indicó que el metro cúbico de ramín puede alcanzar un valor de 1.000 dólares. El grueso de la demanda procede del Norte industrial, en particular de Estados Unidos, Italia, Japón y Gran Bretaña.
La medida tomada en la conferencia de la CITES es un destello de esperanza para muchas especies. Pero aún hay mucho por hacer, dijo el director de las campañas forestales de Greenpeace, Tim Birch. El destino del orangután y del tigre de Sumatra aún penden de la balanza.
Los gobiernos involucrados en el comercio internacional de ramín ahora deben traducir sus palabras en acciones urgentes, agregó.
WWF afirmó que la población de orangutanes cayó 91 por ciento en las islas indonesias de Borneo y Sumatra. En 1987, se calculaba que habían en el mundo entre 45.000 y 60.000 especímenes.
Para 2001, esa cantidad había caído a entre 25.000 y 30.000, más de la mitad fuera de áreas protegidas.
Las perspectivas son aun peores para el tigre de Sumatra, pues podría extinguirse en apenas un decenio debido a la caza furtiva y a la tala ilegal. Desde 1999, al menos 66 tigres han sido muertos en la occidental isla indonesia de Sumatra, y se estima que quedan entre 400 y 500.
No es una exageración decir que la vida de orangutanes y tigres están en peligro. La decisión sobre el ramín puede ayudar a esas especies a sobrevivir otra década, dijo Carroll Muffett, director de programas internacionales de Defensores de la Vida Silvestre, organización radicada en Washington.
El Grupo de Trabajo Alianza Asiática por la Conservación, que reúne a 30 organizaciones de 10 países del la región, indicó que unos 70.000 metros cúbicos de ramín indonesio son traficados clandestinamente cada año en 2.000 contenedores navales, tanto desde Singapur com desde Malasia.
El jueves, Greenpeace informó que había hallado evidencia de importación ilegal de ramín indonesio en cinco puertos de Malasia.
En un periodo de tres semanas, el mes pasado, encontramos 15 cargamentos solo en dos puertos malasios, dijo a la prensa el investigador de Greenpace para las selvas de Asia sudoriental, Alex Ryan.