El comercio ilícito de animales silvestres aumenta gracias a la expansión de redes criminales internacionales dedicadas a la caza furtiva y al contrabando, a menudo con ayuda de funcionarios corruptos.
Así lo señaló un grupo de expertos legales en la Conferencia de las Partes de la Convención sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES).
La reunión, a la que asisten representantes de 116 países, comenzó el sábado en Bangkok y se desarrollará hasta el 14 de este mes.
Hay una guerra en marcha contra el tráfico de animales silvestres. Queremos ver más traficantes en prisión, porque merecen estar ahí, afirmó John Sellar, de la Secretaría de CITES.
En muchas zonas donde hay un gran comercio de animales silvestres, también hay altos niveles de corrupción. Este es un gran problema, añadió.
La realidad es que muchos de los países que tienen la mayor biodiversidad son también muy pobres, y ahí es en donde hay más corrupción y problemas para que se cumpla la ley, dijo Sellar a periodistas este martes.
Los más de 1.500 delegados en Bangkok discuten unas 100 propuestas y resoluciones para proteger a las distintas especies de plantas y animales silvestres amenazadas.
CITES es un acuerdo suscrito en el marco de la Organización de las Naciones Unidas que entró en vigor hace 30 años.
Pero, al carecer de autoridades a cargo de la vigilancia y del control de su cumplimiento, su efectiva puesta en práctica depende de la voluntad política y de los recursos de los 166 países firmantes.
Corremos el riesgo de perder la lucha contra el tráfico de animales silvestres, a menos que se apliquen técnicas modernas y profesionales para hacer cumplir la ley y se actúe contra los criminales, a quienes no les importa otra cosa que ganar dinero y explotan a las comunidades más pobres del mundo, afirmó el secretario general de CITES, Willem Wijnstekers.
Las autoridades rara vez asisten a las reuniones de CITES, y el tráfico de animales silvestres muy pocas veces es analizado en conferencias internacionales sobre crimen. Esto debe cambiar, señaló Wijnstekers en la apertura de la reunión en Bangkok el domingo.
La Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre (WCS), con sede en Estados Unidos, señaló que la mitad de las áreas protegidas en Asia perdieron al menos una especie de grandes mamíferos debido a la caza furtiva.
Los animales en mayor riesgo de extinción son los rinocerontes de Sumatra y el cocodrilo siamés, según WCS, que calculó el comercio ilegal de especies silvestres en todo el planeta en 8.000 millones de dólares anuales.
La escala y el impacto del tráfico es mucho mayor en Asia que en otras partes del mundo, dijo la organización.
Las personas que cazan animales silvestres en Asia sudoriental son, con frecuencia, campesinos pobres que luego se contactan con intermediarios, señaló el grupo conservacionista WildAid.
Los grandes operadores con frecuencia usan las mismas rutas que los traficantes de drogas o de armas, y aprovechan los espacios donde la corrupción es alta y las leyes blandas.
El tráfico de especies silvestres está relacionado con otras formas de delito. Las autoridades de la región muchas veces han detenido barcos en los que encontraron drogas dentro de los cuerpos de animales muertos.
Las rutas del contrabando son con frecuencia largas e indirectas. Un cargamento con animales silvestres de Indonesia puede pasar a manos de intermediarios en Malasia, que sobornan a las autoridades de un aeropuerto y lo envían en un avión privado a Laos.
De allí puede ser transportado en camión a Vietnam, para terminar luego en alguno de los mercados del sur de China.
Singapur y Tailandia son también importantes países de tránsito.
Hay gran preocupación de que el tráfico de animales esté también conectado con una serie de asesinatos cometidos en Asia por parte de grupos mafiosos, como señaló WildAid en un informe.
Cinco personas fueron asesinadas en agosto de 2003 en Islas Fiji, al parecer en el marco de un enfrentamiento entre bandas por el mercado negro del tiburón.
También ese año, un hombre sentenciado a prisión domiciliaria fue asesinado en su casa en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, víctima de la guerra de la mafia china por el tiburón, indica el informe.
No puedo negar la existencia de esas mafias, dijo el encargado de protección de especies amenazadas del Departamento de Agricultura, Pesca y Conservación de Hong Kong, Cheung Chi-Sun.
De vez en cuando hay denuncias de que personas de Hong Kong se instalan en otras partes del mundo para dedicarse al tráfico ilegal de animales silvestres. Nosotros tomamos esta información muy en serio, añadió Cheung.
El primer ministro de Tailandia, Thaksin Shinawatra, propuso el sábado formar una red regional para combatir el tráfico ilícito de animales. El problema es mundial y supone un gran desafío, afirmó.
La iniciativa fue bien recibida por CITES y organizaciones ambientalistas internacionales.
Tailandia es un lugar estratégico, porque además tiene la oficina regional de Interpol. Nos pondría muy contentos que Tailandia decidiera asumir este liderazgo, dijo Sellar.