La segunda ciudad de Tibet experimenta profundos cambios. Para impulsar el turismo en Shigatse, las autoridades chinas alientan la instalación de modernos comercios que eclipsan su brillo histórico.
La transformación de Shigatse comenzó el año pasado, cuando las autoridades chinas crearon una plaza frente al histórico monasterio de Tashilumpu, cuya construcción se remonta a 1447. La hicieron a semejanza de la plaza pekinesa de Tiananmen, aunque más pequeña.
Al centro de la plaza, árboles y bancos rodean estatuas de personajes tibetanos típicos. En los últimos meses, a su alrededor se abrieron varias casas de comida rápida, de donde se escucha a todo trapo música de películas indias.
Shigatse es el lugar originario de los Panchen Lama, los líderes religiosos más importantes del Tibet después del Dalai Lama. Esta ciudad solía atraer a muchos peregrinos budistas por su valor religioso. Pero ahora se está convirtiendo en un centro comercial y puramente turístico.
Al monasterio de Tashilumpu ya le queda ambiente espiritual. Las personas parecen más interesadas en posar frente a las nuevas estatuas, afirmó un visitante, que no quiso dar su nombre.
Las autoridades chinas quieren estimular el turismo en la primitiva y sagrada Shigatse. Como consecuencia, la ciudad ha perdido esplendor y originalidad con creciente invasión de comercios, cines, clubes nocturnos y restaurantes.
Tibet pasó a ser invadido por completo por la colonización china, afirmó el presidente de la Casa de Tibet en Nueva York, Robert Thurman, en su última visita a Lhasa, la capital del territorio.
Esta ciudad está creciendo a un ritmo aterrador, como si fuera Las Vegas, con maravillosos monumentos antiguos y peregrinos budistas haciendo sus rituales en medio del tráfico, de los oficinistas, de los ruidosos comercios y de los burdeles, dijo Thurman.
El Ejército del Pueblo invadió Tibet en 1951. China reprimió el sistema religioso y la cultura tradicionales. También abolió el sistema feudal de explotación agrícola y creó las primeras comunas.
En 1959, la secta tibetana Sombrero Amarillo inició una fallida sublevación, y ese mismo año el Dalai Lama y sus seguidores huyeron a India
Desde la ciudad india de Dharmsala, el Dalai Lama ha librado su lucha por la independencia de Tibet y la restauración de sus tradiciones. Para ello, ha propuesto la celebración de un plebiscito sobre la autodeterminación, iniciativa rechazada por Beijing.
Galardonado con el premio Nobel de la Paz, el Dalai Lama es reverenciado dentro y fuera de Tibet como dios viviente.
En los últimos 20 años, sus demandas de independencia se diluyeron en un reclamo de tolerancia y autonomía regional, similar a la que gozan otros territorios de China.
Pero Beijing parece decidido no sólo a mantener el control en la zona, sino también a imponer su cultura.
En la ruta turística de cinco días entre Katmandú, la capital de Nepal, a Lhasa, ya no hay guías tibetanos fieles al Dalai Lama, como era costumbre, sino funcionarios chinos.
Como la mayoría de los chinos, estos guías se refieren a Tibet como un pueblo primitivo y se quejan por el número de mendigos que merodean los centros de culto budistas.
Las autoridades de Beijing siempre cambian las reglas y nunca nos consultan, dijo un tibetano vinculado al turismo.
Año a año se producen cambios en el Tibet, muchos de ellos en nombre del progreso.
Gyantse, por ejemplo, por mucho tiempo fue considerada una de las localidades tibetanas más típicas. Pero ahora su arquitectura ha adquirido un claro estilo chino.
Este año se cumplen 100 años del histórico sitio británico a Tibet comandado por el explorador Francis Younghusband, y, aunque ningún chino participó de la resistencia a la invasión, Beijing se lanzó a organizar celebraciones patrióticas.
Para esto, las autoridades han derribado viejos edificios tibetanos y construido grandes bulevares para marchas.
De esta forma Gyantse perdió gran parte de su carisma tradicional. Su zona histórica ahora se reduce al lugar que rodea al monasterio de Kumbun.
Los cambios en Tibet se aprecian apenas un llega a las afueras de Lhasa. Allí se pueden ver carteles que dicen: La Oficina de Turismo de China-Tibet le da la bienvenida al Sagrado Tibet.
Más adelante, al llegar al histórico Palacio de Potala, se puede ver otro cartel que juega con la palabra Snowland (Tierra de la nieve, como se le conoce también al Tibet). El letrero está escrito en inglés: Welcome to Show Land (Bienvenidos a la tierra del espectáculo).