La falta de políticas para atender en las ciudades las necesidades de los inmigrantes abre paso a muy peligrosas modalidades de exclusión, alertó el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Habitat).
Esta agencia de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) señaló en su informe sobre la situación de las ciudades que éstas muestran una gran lentitud para absorber a los inmigrantes en su vida diaria, tanto en los espacios públicos como en sus instituciones privadas.
La inmigración causa un impacto en los modelos de vida. Debemos promover la idea de que las ciudades deben ser inclusivas, y que no deben crear zonas de exclusión, dijo a IPS la directora ejecutiva de ONU-Habitat, Anna Tibajuka.
Pero, por desgracia, esta es la tendencia. Los inmigrantes son enviados a barrios segregados y condenados a vivir en ellos, agregó Tibajuka.
Se debe luchar contra esto con la creación de políticas inclusivas. Estamos en permanente diálogo con las autoridades de las ciudades para impulsarlas, sostuvo.
El informe es considerado en el segundo Foro Urbano Mundial, que se celebra hasta este viernes en Barcelona, una ciudad ideal para esta conferencia, según Tibajuka.
Barcelona ha sido capaz de renovarse con rapidez. Es una de las capitales de la globalización. Barcelona no está creando los típicos guetos, sino que tiene planes concretos de integración, destacó.
En el Foro Urbano Mundial participan 3.000 representantes de gobiernos nacionales, autoridades municipales, delegados de organizaciones de la sociedad civil y de instituciones especializadas en planificar políticas urbanistas inclusivas.
El urbanismo puede ser una herramienta clave para erradicar el racismo, y también para estimularlo. Por eso estamos en contra de aislar a los inmigrantes en zonas apartadas, afirmó Tibajuka.
La directora ejecutiva de ONU-Habitat dijo, además, que el urbanismo debe ayudar a abolir las divisiones entre clases sociales.
Un suburbio de clase baja es una tragedia. Dentro de una misma manzana o de un mismo vecindario deberían residir hogares con diferentes niveles de ingreso, pues una vez que se instala el prejuicio en la mente del público resulta muy difícil erradicarlo, señaló.
El informe de ONU-Habitat sostiene que las zonas específicas para determinados grupos de inmigrantes toman la forma de guetos étnicos, pero también lo hacen los espacios no residenciales culturalmente distintos, como restaurantes y comercios.
Este se ha convertido en uno de los mayores desafíos para la consolidación de ciudades multiculturales, añade el estudio.
Muchas urbes se proclaman multiculturales, pero no han aprendido todavía a integrar a las minorías étnicas sin temor a perder su identidad cultural histórica, sostiene ONU-Habtitat.
De hecho, a pesar de reivindicar su supuesta tolerancia y diversidad social, estas ciudades denotan hostilidad étnica. La gran densidad de las diferentes poblaciones minoritarias hace más fácil que sus hogares y comercios sean objeto de acciones hostiles, añade.
La agencia de la ONU indicó que, a pesar de que los inmigrantes logran reconocimiento por introducir su música y comida típicas en la cultura urbana, los empleadores, la policía y la mayoría de la ciudadanía los acosan.
El Foro Urbano Mundial de Barcelona incluye en su agenda la discusión de políticas específicas para combatir estos problemas.
Las redes internacionales de ciudades y las profesiones especializadas en urbanismo pueden jugar un papel clave en difundir las mejores prácticas y experiencias sobre estos asuntos, dice el informe.
Estos problemas también son analizados por el grupo internacional Ciudades y Autoridades Locales Unidas, que lanzó, a su vez, el Observatorio Mundial sobre Democracia Local.
