IRAQ: Diálogo en medio del fuego ensordecedor

El nuevo estallido de violencia en Bagdad sacudió el diálogo por el cese del fuego entre la resistencia del Islam chiita y el gobierno interino iraquí.

Tras el frágil acuerdo de cese del fuego en la ciudad santa de Nayaf, se esperaba que el diálogo en la empobrecida Ciudad Sadr, bastión chiita de Bagdad, marcaría el vínculo entre el gobierno y los seguidores del clérigo radical Moqtada al-Sadr.

El gobierno del primer ministro Iyad Allawi, junto con las fuerzas de ocupación estadounidenses, han participado en conversaciones diarias con dirigentes de Ciudad Sadr. Muchos entre el millón de chiitas que viven aquí son simpatizantes del clérigo Sadr.

La situación sigue incambiada mientras la violencia sacude Ciudad Sadr. Al menos 34 personas murieron el martes y 170 resultaron heridas en los combates del martes, según informó el Ministerio de Salud.

El diálogo de paz comenzó luego de que Sadr acordó el cese del fuego en Nayaf y solicitó a su Ejército Mehdi que enfundara las armas en todo el país. Pero se espera que la resistencia negocie con el gobierno en cada ciudad por separado.
[related_articles]
”La negociación en Ciudad Sadr es muy importante. Muchos aquí tienen amigos y familiares en otras ciudades y gobernaciones”, dijo a IPS el portavoz de Sadr en Bagdad, jeque Salah Jasem al-Obaidi.

”Si el diálogo fracasa aquí, en otras partes del país habrá una mala impresión sobre la sinceridad del gobierno interino en alcanzar una paz real”, advirtió el jeque Salah.

Funcionarios estadounidenses coincidieron en que el diálogo debe dar frutos, pero por diferentes motivos.

”Mucha gente viaja de un lugar del país a otra”, dijo a IPS un alto militar estadounidense que solicitó mantener su identidad en reserva. ”Cuanto más pronto alcancemos un acuerdo, más pronto podremos aislar porciones del problema y avanzar sobre otros peces.”

Funcionarios vinculados con el diálogo en Ciudad Sadr informaron que habían confiado en que las negociaciones habrían concluido la semana pasada, y atribuyeron parte del retraso a que la primera delegación local no incluía a representantes de Moqtada al-Sadr.

”Al comienzo eran solo líderes tribales, pero nos dimos cuenta de que no podrían negociar desde una posición de fuerza con los estadounidenses. Así que los delegados de Moqtada al-Sadr se les unieron”, dijo Obaidi.

Dos puntos fueron los más conflictivos. Uno de ellos, las armas en poder de la población de Ciudad Sadr. ”Los soldados estadounidenses dijeron que debemos comenzar la tregua después de que entreguen las armas. Las tribus iraquíes se negaron”, explicó el dirigente.

Obaidi y otros colaboradores de Sadr dijeron aspirar a un programa según el cual el gobierno interino pagaría por las armas que entreguen los combatientes de Ciudad Sadr.

Nadie tiene una idea, ni siquiera remota, de cuántas armas hay ocultas en Ciudad Sadr. Pero los conocedores creen que entre ellas hay rifles de asalto Kalashnikov (AK-47) de la disuelta Unión Soviética, ametralladoras semiautomáticas y lanzaderas de cohetes.

Funcionarios estadounidenses e iraquíes consideran inaceptable la recompra de las armas antes de la tregua porque, según dicen, los combatientes podrían vender algunas y atacar luego con el resto.

La Autoridad Provisional de la Coalición ocupante encabezada por Estados Unidos que manejó el país hasta la designación del gobierno interino en junio ofreció un acuerdo de recompra a los insurgentes, pero pocos aceptaron la invitación entonces.

El otro punto espinoso de las negociaciones es la presencia de fuerzas militares estadounidenses en Ciudad Sadr. Los negociadores locales exigen su reemplazo por policías iraquíes. Obaidi dijo que Estados Unidos insiste en mantener sus tropas allí.

”Dicen que la policía iraquí no puede proteger la ciudad. Las tribus iraquíes, los jefes de nuestras tribus, dijeron: 'No, ustedes deben retroceder, y nosotros les damos nuestra palabra de que nosotros mismos ayudaremos a la policía iraquí para mantener la paz'”, agregó.

El jefe de policía Nabil Abdulghader dijo la semana pasada que en cada una de las 10 comisarías de Ciudad Sadr hay entre 20 y 30 policías. Mientras, las fuerzas estadounidenses se niegan a informar sobre la cantidad de soldados que vigilan el área por razones de seguridad.

El ejército de Estados Unidos trata de negociar con una mano y arrestar con la otra a tantos combatientes del Ejército Mehdi como pueda, según residentes de la zona.

”Esto es una mala política. Los estadounidenses debían haber aprendido que la política de la fuerza no funciona en este país, al menos no en el largo plazo”, dijo un importante dirigente político iraquí que solicitó mantener su identidad en reserva.

Ciudad Sadr es uno de los barrios más pobres de Bagdad. Allawi envió al área la semana pasada a varios de sus ministros para que se entrevistaran con representantes locales en busca de solución a sus problemas.

El gobierno prometió invertir 345 millones de dólares en la construcción de escuelas, viviendas e infraestructura de agua potable y electricidad.

”Al gobierno le encantaría invertir en este barrio y puede hacerlo”, dijo el ex portavoz del Concejo de Gobierno. ”Pero primero debe haber paz. No se puede invertir en infraestructura en medio de los tiroteos.”

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe