Activistas contra la deuda externa respaldaron la propuesta británica al Fondo Monetario Internacional (FMI) de vender parte de sus reservas de oro para condonar las obligaciones de los países más pobres.
El ministro de Finanzas británico Gordon Brown propuso el domingo una completa cancelación para los 32 países más endeudados, y anunció que su gobierno estaría dispuesto a cubrir 10 por ciento del costo de esa medida.
Los líderes del Grupo de los Siete (G-7) países más poderosos del mundo han debatido formas de aliviar la deuda en los últimos años, y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos está trabajando en un esquema para cancelar obligaciones de las naciones más pobres.
Pero la propuesta de Brown fue la que entusiasmó a los activistas.
Según trascendió, el presidente estadounidense George W. Bush, no estaría en contra de la iniciativa británica, que ya había sido manejada por el primer ministro Tony Blair en la Cumbre de los Ocho (G-7 más Rusia), realizada en junio en Estados Unidos.
Los ministros de Finanzas del G-7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón) se encontrarán esta semana en Washington, durante las reuniones anuales del FMI y del Banco Mundial. La propuesta británica estará sobre la mesa.
El lunes, organizaciones humanitarias apoyaron la iniciativa de Brown y pidieron al FMI que "aproveche esta oportunidad de oro para aliviar la deuda".
Además, exhortaron a los países ricos a revaluar las reservas de oro del FMI y a usar el valor agregado como recurso adicional para cancelar obligaciones de países altamente endeudados como Bolivia, Haití, Honduras, Nicaragua, Madagascar y Senegal.
El valor de las 3.000 toneladas de oro de las reservas del FMI está calculado en 8.500 millones de dólares, según precios de 1971, pero en el mercado actual ese tesoro ascendería a 42.200 millones, estimó la propia agencia multilateral.
Se trata de la mayor reserva de oro del planeta, después de las de Estados Unidos y Alemania.
"El FMI sabe que simplemente revaluando su oro podría cancelar miles de millones de dólares de la deuda de los países más pobres", afirmó Max Lawson, de la organización humanitaria británica Oxfam.
La agencia multilateral "está sentada sobre una pila de oro que no usa, mientras demanda el pago de la deuda a los países más pobres, que ni siquiera pueden solventar servicios básicos de educación y salud", añadió Lawson.
Por su parte, la organización Jubileo Estados Unidos, que lucha por la cancelación de la deuda externa del mundo en desarrollo, sostuvo que la medida no afectaría la capacidad de préstamo del FMI ni a los países ricos contribuyentes, que lo financian.
El FMI fue creado después de la segunda guerra mundial (1939-1945) para promover políticas monetarias y cooperación internacional en la materia.
Tanto el FMI como el Banco Mundial cuentan con grandes reservas y obtienen enormes beneficios cada año, afirman activistas.
Los países más pobres deben en total 7.000 millones de dólares al FMI y 19.400 millones al Banco Mundial.
La revalorización de los lingotes de oro también daría fondos al FMI para financiar el desarrollo de los países más pobres.
"Cualquier acuerdo sobre la deuda debe incluir también sustanciales incrementos en el dinero que va a los países pobres. Revalorizar el oro lo permitiría", afirmó Lawson.
En 1999, y a partir de la campaña de Jubileo, el FMI revaluó una pequeña parte de sus reservas de oro para lanzar la Iniciativa para los Países Pobres Altamente Endeudados (HIPC, por sus siglas en inglés), que ofrece un alivio a cambio de que los gobiernos se comprometan a utilizar en la mejora de los servicios sociales básicos los montos que deberían destinar a pagar intereses.
Con esta iniciativa, el FMI y el Banco Mundial prometieron condonar hasta 110.000 millones de dólares en deuda, pero apenas se han cancelado 36.000 millones.
Por lo menos 11 países dependen de la iniciativa, entre ellos Ghana, Malawi, Uganda y Zambia.
En Etiopía, por ejemplo, la expectativa de vida es de apenas 47 años y los índices de mortalidad materna e infantil están entre los más altos del mundo.
Este país africano de 72 millones de habitantes tiene que pagar cada año 76,5 millones de dólares de su deuda con instituciones financieras internacionales, y apenas puede destinar 73 millones anuales al presupuesto de salud pública.
Si continúa demorando la condonación de deudas de los países pobres, las consecuencias serán catastróficas, afirman economistas y organizaciones humanitarias.