La maestra mexicana Alejandra Avendaño atiende al mismo tiempo a 33 niños de cuatro grados diferentes, quienes aprenden poco y mal. Es que, aunque su país gasta más en enseñanza que la media de las naciones industrializadas reunidas en la OCDE, en esa escuela no hay dinero para pagar un educador más ni nuevos materiales didácticos.
"Si hubiera más recursos para profesores y material, los niños estarían mejor preparados, pero así nos tienen (las autoridades), se lamenta la profesora que da clases en una escuela "multigrado de zonas rurales del estado de México, vecino a la capital del país.
México destinó el año pasado 5,9 por ciento de su producto interno bruto a educación, tres centésimas más que el promedio de los 30 países miembros de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). Cuarta parte de sus escuelas primarias son multigrado, en las que un mismo profesor enseña simultáneamente a niños de diferentes niveles.
"Si como dice el gobierno hay más dinero para educación, por qué no nos dan otro profesor y nuevos materiales, se preguntó Avendaño, de 38 años.
Estudios de la OCDE indican que México consume 93,6 por ciento de su presupuesto educativo en pagar a los burócratas del sector, porcentaje que supera en casi 13 puntos al promedio de esa organización, entre cuyos integrantes figuran todas las naciones del Norte industrializado.
México gasta en cada uno de sus estudiantes de primara un promedio anual de 1.357 dólares, la cuarta parte que la media de la OCDE, y en los de educación superior 4.341 dólares, la mitad que en la OCDE.
El gobierno de Vicente Fox, heredero de un sistema educativo que a nivel cuantitativo tuvo logros impresionantes, sostiene que hace esfuerzos considerables para racionalizar el gasto educativo y mejorar la calidad de los estudiantes, uno de los problemas centrales que enfrenta hoy.
Sin embargo, en el proyecto presupuestal estatal para 2005, que el Congreso legislativo deberá aprobar antes de que termine el año, no se proponen cambios significativos que apunten a disminuir el gasto en burocracia y favorezcan la calidad educativa.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó México de 1929 a 2000, siempre exhibió orgulloso sus logros en materia educativa, pero fue reacio a reconocer que los saltos cuantitativos logrados no se tradujeron en una mejor calidad de la enseñanza.
El analfabetismo se redujo de 70 a 10 por ciento, y el nivel promedio de educación formal subió hasta segundo de secundaria, en el período que gobernó ese partido político.
Pero de la calidad se conocía poco hasta que en 2000 y años siguientes diversas investigaciones demostraron que en esa materia México no tenía nota como para aprobar el examen.
El gobierno de Ernesto Zedillo (1994-2000), el ultimo del PRI, ocultó durante su gestión la baja nota sacada por México en una evaluación realizada en 40 países por la Asociación Internacional para la Evaluación del Logro Educativo.
En ese trabajo, realizado en 1995, los alumnos mexicanos de tercero y cuarto año de enseñanza primaria y de primero y segundo de secundaria se ubicaron en los últimos lugares en matemáticas y ciencias.
Uno de los últimos estudios fue el que realizaron el año pasado la OCDE y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura en 43 países para medir el aprovechamiento escolar de jóvenes de 15 años.
Los estudiantes mexicanos obtuvieron en ese estudio el lugar 34 en ciencias y lectura y el sitio 35 en matemáticas, posiciones que, aunque fueron las más altas entre los países de América Latina que fueron medidos, son reprobatorias, según lo declaró Andreas Schleicher, director de la División de Indicadores Educativos y Análisis de la OCDE.
"Nunca tendremos los primeros lugares si persiste el abandono hacia lo más importante de la educación, que son sus alumnos, especialmente los más pequeños, opinó la profesora Avendaño.
Los pedagogos indican que los niños que estudian en escuelas multigrado, como en la que trabaja Avendaño, tienen deficiencias en comprensión de lectura y en la resolución de problemas matemáticos, pues nunca llegan a recibir atención suficiente de sus profesores.
En México, con 102 millones de habitantes, suman cerca de 30 millones los niños, niñas y adolescentes que van a escuelas, la mitad de ellos a nivel primario, para recibir clases de 1,5 millones de profesores, en su gran mayoría miembros de organizaciones sindicales, cuyo salario promedio equivale a unos 12.000 dólares anuales.
Esos sindicatos son cercanos al PRI, lo cual facilitó a los gobiernos anteriores de ese partido mantener la estabilidad política del país.
Fox, el primer mandatario ajeno al PRI, prefirió tener una cercana relación con los educadores sindicalizados y no tocar a sus líderes, que según grupos disidentes de profesores, están marcados por la corrupción.