Los cielos de Venezuela serán cruzados por una nueva línea aérea y por las señales de otra compañía telefónica, ambas empresas pertenecientes completamente al Estado, como antes de iniciarse la década privatizadora del 90.
Para la creación de las nuevas compañías se pisó el acelerador apenas el presidente Hugo Chávez, de fuerte discurso antiliberal, triunfó en el referendo sobre su mandato el 15 de agosto, tras lo cual lanzó la profundización de la revolución bolivariana que impulsa desde su llegada al gobierno en febrero de 1999.
Con estos proyectos-bandera, la aerolínea y la telefónica, el Estado sigue una vía doble, porque por ejemplo asume labores empresariales en la producción y sobre todo en la distribución de alimentos y, por otro lado, comparte cada vez más con firmas transnacionales lo que fue su emblemático monopolio: el negocio de los hidrocarburos.
La nueva empresa telefónica, CVG Telecom, creada por la estatal Corporación Venezolana de Guayana, de empresas básicas, aprovechará miles de kilómetros de tendido de fibra óptica de Edelca, la filial eléctrica de CVG, y competirá con operadoras privadas de telefonía básica, celular y de transporte de imágenes y datos.
Hacemos como 85 por ciento de las empresas eléctricas en el mundo, que incursionan en el negocio de la telefonía, explicó el presidente de Edelca, Daniel Machado. Podemos alcanzar una rentabilidad considerable y servir a poblaciones desasistidas por las operadoras privadas, agregó.
Por su parte, la aerolínea Conviasa nace con un capital de 16 millones de dólares e iniciará operaciones a fines de año, con pequeños aviones que enlazarán ciudades venezolanas y luego se extenderá al Caribe, América del Sur y a Europa, informó el ministro de Producción y Comercio, Wilmar Castro.
El plan de negocios prevé alquilar aeronaves en vez de comprarlas, aportar al Tesoro ocho millones de dólares anuales en impuestos y crear 900 empleos. Yomana Koteich, directora de turismo de la nororiental isla de Margarita, pidió ubicar la base de operaciones en ese rincón del Caribe venezolano.
Se vuelve al viejo papel del Estado empresario, observó a IPS el economista Pedro Palma, ex presidente de Cámara de Comercio Venezolano-Americana, para preciar que se hace en áreas como aerolínea y telefónica, de las que ya se tienen experiencias no muy felices en el pasado.
Venezuela tuvo a Viasa como la aerolínea-bandera que dominó sus rutas internacionales y un monopolio estatal de telefonía, Cantv, privatizados en 1990-1991, cuando representaban un fardo para las finanzas públicas, pese a las protestas de entonces de sindicatos y de grupos de izquierda.
Cantv prosperó, al cobijo de una década de monopolio para la telefonía básica, pero Viasa, cuya mayoría de acciones adquirió el grupo español Iberia, cesó de volar ahogada en deudas en enero de 1997.
La nueva incursión estatal se justifica porque se trata de aprovechar recursos y porque Chávez sigue una línea basada en el humanismo, con acento en lo social y opuesta al neoliberalismo, dijo a corresponsales extranjeros el parlamentario oficialista Calixto Ortega.
Todo país necesita una línea aérea. Las aerolíneas son tan importantes como las carreteras, abundó Ortega. Están además los temas del gran pasivo social que tiene Venezuela, por ejemplo en vivienda y alimentación, que debemos desmitificar, agregó.
El gobierno quiere un nuevo plan de viviendas, en este país de 25 millones de habitantes y 6,2 millones de hogares para los que el sector privado estima un déficit habitacional de 1,5 millones de unidades, del que sólo uno por ciento al año podría solucionarse con los actuales recursos estatales para el sector.
En alimentación, el gobierno ha asumido a través de varias entidades la importación de rubros y la compra a productores locales, así como la distribución, con subsidio para los sectores populares, a través de una red de pequeños mercados estatales y utilizando a los soldados como expendedores.
Esa red expende 30 por ciento de los alimentos que se consumen en el país, pero esperemos que sea un mecanismo temporal, para atender a una sociedad donde la pobreza ha crecido durante 25 años, comentó Palma.
Lo deseable es que, pasada la emergencia, el Estado se concentre en las áreas donde lo necesitamos fuerte, como seguridad y defensa, administración de justicia, elaboración de reglas del juego, instituciones administrativas y, en forma compartida con el resto de la sociedad, educación, salud e infraestructura, expuso Palma.
La presidenta de la central patronal Fedecámaras y adversaria del gobierno, Albis Muñoz, recomendó que Conviasa se maneje con criterios de empresa para evitar su colapso, y Marisela Loaiza, presidenta del privado Consejo de Turismo recordó que 2004 y 2005 son años de dificultades por la escasa afluencia de viajeros y los altos precios de los combustibles.
Robert Bottome, de la firma de asesoría Veneconomía, se remitió a la gestión estatal de Viasa que hizo perder a la compañía hasta 56 millones de dólares al año en la década del 80, pero también su manejo por Iberia fue desastroso y condujo al cierre definitivo en 1997.
Respecto de CVG Telecom, el presidente de la Cámara de Telecomunicaciones, expresó preocupación por una posible competencia desleal, para con las firmas ya establecidas.
En telefonía celular operan Cantv, cuyo principal accionista es la estadounidense Verizon Communications, Digitel, filial de Telecom. Italia Mobile, y Telcel, que este año pasará de manos de BellSouth al grupo español Telefónica.
Pero Machado dijo a IPS que CVG Telecom no tendrá preferencia alguna y trabajaremos como una empresa más. Lo que pasa es que debemos aprovechar la red Edelca, que va desde el norte de Brasil hasta el noreste de Colombia.
Hay poblaciones y comunidades en Venezuela que no tienen servicio telefónico y sobre ellas pasa nuestra red con 24 hilos de fibra óptica, de los cuales hoy día sólo se utilizan cuatro, abundó Machado.
El Estado como empresario tiene como pilar en Venezuela a la industria petrolera, que manejó como un monopolio en las dos décadas siguientes a su nacionalización en 1976, pero desde entonces comparte segmentos del negocio con firmas privadas transnacionales.
También tiene el Estado la capacidad de generar 80 por ciento de la electricidad del país, la totalidad de la extracción de hierro, gran parte del aluminio, y una gama de negocios que van de la madera al azúcar, además de la banca.
En cambio, en la década pasada se privatizó, además de Cantv y Viasa, la siderúrgica Sidor, que cuela tres millones de toneladas de acero al año, varias centrales azucareros y plantas de producción de lácteos, y el Estado vendió los bancos que debió intervenir cuando el sistema financiero privado hizo crisis entre 1993 y 1995.
Chávez constantemente pregona su deseo de que funcione en Venezuela una economía mixta, con la actuación del sector público, empresas privadas y un área social basada en cooperativas, de las que se han creado miles durante su gobierno pero a una velocidad que ofrece dudas sobre su perdurabilidad. (