El mayor paquete de cooperación jamás lanzado por la Unión Europea (UE) podría ser también el más incoherente, advirtieron expertos en una conferencia en curso sobre la reforma de las políticas del desarrollo del bloque.
"La dirección de la asistencia europea para el desarrollo es la peor posible", opinó Dieter Frisch, ex director general de desarrollo de la Comisión Europea, en "Europa y el Sur: Una nueva era", la conferencia de dos días que comenzó el lunes y terminará este miércoles en La Haya.
La UE ha creado una multiplicidad de estructuras administrativas que se encargan de la ayuda para el desarrollo, pero en raras ocasiones cooperan entre sí, lamentó Frisch.
La conferencia, organizada por la Sociedad para el Desarrollo Internacional (SID), con sede en Roma, reúne a 250 expertos de Europa, América del Norte, América Latina, Africa y Asia, y explora las relaciones entre la política exterior, la seguridad, el comercio y el desarrollo.
"La ayuda total de la UE representa más de la mitad de la asistencia oficial para el desarrollo (AOD) de todo el mundo, incluso la mitad de la asistencia humanitaria mundial", destacó Sven Grim, investigador del Instituto para el Desarrollo de Ultramar, con sede en Londres.
El total mundial de la cooperación para el desarrollo se estima en 57.000 millones de dólares. Mientras, la ayuda otorgada por la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE, y la asistencia bilateral de los países miembros suman 30.000 millones de dólares.
El solo hecho de que los países europeos contribuyan al desarrollo como estados individuales y mediante el presupuesto de la UE indica la multiplicidad y la incoherencia en la política de desarrollo del bloque, según Frisch.
La intrincada estructura de la cooperación europea es el resultado de decisiones políticas adoptadas hace muchos años, que hoy en día resultan incomprensibles en su mayoría, recordó el funcionario.
Andrew Rogerson, investigador del Instituto para el Desarrollo de Ultramar, sostuvo que nadie llega a entender "la confusión que la ayuda europea para el desarrollo representa en la actualidad".
La UE podría influir en la política mundial de desarrollo más eficazmente si no fuera por intercambios políticos mezquinos, como obtener la dirección del Fondo Monetario Internacional (que actualmente ocupa el español Rodrigo Rato) a cambio de ceder ante Estados Unidos en cuanto a las políticas del Banco Mundial, opinó Rogerson.
Además, señaló, los países miembros de la UE con frecuencia se oponen a las políticas del bloque en las instituciones financieras internacionales.
Pero la UE inició una reforma de sus políticas de desarrollo, dijo a IPS Luana Reale, funcionaria de salud comunitaria de la Unión. El objetivo es "establecer pautas para asignar los recursos con más eficacia y poner fin a la duplicación", explicó.
Sin embargo, la reforma plantea nuevas preocupaciones. Según Frisch, los funcionarios de asuntos exteriores de la UE "hablan ahora de seguridad como condición indispensable del desarrollo", y eso significa que "los recursos europeos podrían destinarse al financiamiento de estructuras paramilitares para combatir el terrorismo".
Organizaciones no gubernamentales también están preocupadas. "Tememos que la reforma provoque, en el mejor de los casos, un caos colosal, y en el peor, el cierre de fuentes financieras para programas específicos", expresó Marta Monteso Cullel, asistente de políticas de la UE de la organización Stop AIDS Alliance, que lucha contra el sida en Africa y el sudeste de Asia.
"En los últimos dos años, nos hemos encontrado con que funcionarios de la UE que antes eran nuestros interlocutores ya no están disponibles para el diálogo", se quejó Alfred Nhema, secretario ejecutivo de la Organización de Investigaciones de Ciencia Social, que trabaja en Africa oriental y austral.
Ese fue uno de los resultados de la reforma de las políticas de desarrollo de la UE, dijo a IPS.
Mientras, el grupo de desarrollo latinoamericano Chorlaví sostuvo que las políticas de desarrollo europeas no toman en cuenta la opinión de los países receptores.
"Una vez recibí un documento de trabajo de instituciones europeas sobre asuntos de desarrollo que comenzaba en la página 46", recordó el peruano Mariano Valderrama, asesor de gobierno regional de Chorlaví.
"Cuando pregunté por el principio del documento, un funcionario de la UE me dijo que no me concernía a mí ni a funcionarios de gobierno de Perú", sostuvo.
En vista de estas políticas, algunos países han decidido bloquear toda cooperación con instituciones europeas. Varios delegados destacaron el caso de India, que se niega a tratar con funcionarios de la UE a menos que estén claros los límites de la intervención europea en asuntos nacionales.