Después de compartir sus lagos y lagunas con los jacintos de agua durante décadas, los residentes del estado de Kerala, en el sur de India, decidieron darle uso comercial a esa hierba invasora de rápido crecimiento.
La idea es utilizar los jacintos de agua para producir celulasa, una enzima que la floreciente industria de la biotecnología utiliza para obtener glucosa a partir de la celulosa y así mejorar la calidad de los productos textiles de algodón y el papel.
A la cabeza de la iniciativa está el gobierno estadual de Kerala, que está construyendo una factoría de prueba en la localidad de Akkulam, a un costo de tres millones de dólares. Akkulam, un suburbio de Thiruvananthapuram, tiene un gran lago de agua dulce que forma parte de una base naval pero está cubierto casi por completo por los jacintos.
Esperamos que el proyecto funcione. Estamos cansados de esta hierba que ha vuelto imposible la vida en este lago, comentó Aiyappan, miembro de una familia de pescadores que vive en una choza al margen del lago, cubierto con lo que parece ser una alfombra de terciopelo verde.
Según Aiyappan, la hierba se apoderó del lago en los últimos 10 años. Esto afectó la actividad pesquera y la navegación, además de aumentar la presencia de mosquitos en el lugar.
Durante años, residentes de muchos países tropicales han tratado de limpiar sus cuerpos de agua de los jacintos, que suelen obstruir cursos de agua internos y canales de irrigación, además de afectar la pesca y la navegación. Pero la hierba, que puede multiplicarse por 3.000 en 50 días, utiliza grandes cantidades de agua y nutrientes y se ha impuesto fácilmente a los esfuerzos por erradicarla.
Los esfuerzos por convertirla en algo útil para la humanidad han sido muchos y muy variados. Desde Kenia hasta Bangladesh, Indonesia y Australia, las autoridades han intentado convertir el jacinto de agua en concentrado de proteína de hojas, alimento para animales, mantas, abono vegetal, biomasa para digestores o fermentadores de biogás, y hasta briquetas como sustituto de la leña.
La empresa alemana Projectwerkstatt y varias firmas de América del Norte importan muebles de Tailandia fabricados a partir del jacinto de agua por el diseñador Khun Tuk.
En el central estado indio de Kerala, Kuttanad Vikasana Samithi, una organización voluntaria, ha perfeccionado un método para fabricar bolsos, felpudos e incluso alfombras a partir de los fibras extraídas de los tallos hervidos del jacinto de agua.
Pero la obstinada hierba siempre ha logrado sobreponerse a esos emprendimientos tecnológicos, muchos de los cuales resultaron inviables en empobrecidas comunidades del mundo en desarrollo.
La nueva iniciativa de Kerala se debe al descubrimiento de científicos del Instituto Nacional de Investigaciones de Ingeniería Ambiental, con sede en la central ciudad india de Nagpur, de que el jacinto de agua puede usarse para producir celulasa de manera rápida y barata.
Todas las plantas contienen cierta medida de celulasa, pero sólo unas pocas, entre ellas el jacinto de agua, tienen la enzima en medida suficiente para su explotación comercial.
La producción mundial actual de celulasa se estima en 500 millones de dólares. Además de las empresas de biotecnología, también la utiliza la industria de alimentos animales para convertir las fibras del lodo en azúcares y mejorar la eficiencia del proceso de tratamiento anaeróbico del agua.
El crédito por la puesta en práctica del descubrimiento corresponde a la Oficina de Promoción Industrial de Kerala, que propuso la tecnología a varias agencias internacionales, como el Fondo Mundial para Medio Ambiente, para aplicarla en otros países en desarrollo.
El proceso es viable debido a su sencillez, destacó Ajith Kumar, funcionario de la Oficina de Promoción Industrial. Sólo hay que fermentar las hojas y el tallo del jacinto y permitir que la pulpa sea atacada por un hongo llamado Trichoderma reesei, que precipita la celulasa, explicó el funcionario.
Las raíces de la hierba pueden usarse para generar electricidad mediante la gasificación de la biomasa, y esto puede utilizarse para reducir los costos generales de la producción, agregó.
Lo mejor de todo, según Kumar, es que nunca faltará materia prima para la producción, salvo sustancias químicas como acetona y cloruro de calcio, que se usan para purificar la celulasa producida por los digestores.
Actualmente, India importa toda la celulasa que necesita de Estados Unidos y Alemania, que utilizan procesos de manufactura costosos y de dudosa seguridad. (