La ONU no solo afronta la dura tarea de desarmar a los rebeldes de Liberia antes de las elecciones generales de 2005, sino también el desafío de crear una policía ecuánime y respetuosa de los derechos humanos.
Catorce años de guerra civil en este país de Africa occidental hicieron que la policía se convirtiera en una simple herramienta de intereses políticos. La fuerza ha sido responsable de muchos abusos contra la población.
En lugar de ser servir, hirieron. En lugar de ser guardianes del pueblo, los policías fueron los agentes del terrorismo de Estado, afirmó el enviado especial de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) a Liberia, Jacques Klein.
Con miras a ordenar el país antes de los comicios previstos para octubre del año próximo, la ONU está formando una fuerza policial con valores democráticos, respetuosa de los derechos humanos y con imparcialidad política, señaló el comisionado policial de la Misión de la ONU en Liberia (UNMIL), Mark Kroecker.
Estamos aquí para construir una policía que estará en las manos del pueblo de Liberia. Hace un año, había una gran anomia legal, pero UNMIL está trabajando duro para restaurarla, añadió.
Liberia fue centro de la atención mundial en julio de 2003 cuando los grupos rebeldes Liberianos Unidos para la Reconciliación y la Democracia y Movimiento para la Democracia en Liberia tomaron control de casi todo el país y forzaron la renuncia del presidente Charles Taylor.
UNMIL desplegó en este país de tres millones de habitantes a unos 1.070 oficiales de policía procedentes de 36 países, distribuidos en 26 sitios de Monrovia y otros 23 fuera de la capital. Estos funcionarios tendrán el deber de asesorar, vigilar y entrenar a la nueva policía local.
La ONU espera poder entrenar a unos 2.000 efectivos antes de las elecciones. Por ahora, 646 personas se han graduado en los cursos de la misión.
Otros 150 policías y nuevos reclutas están todavía siendo instruidos sobre prevención de delitos, control de disturbios y tácticas básicas de defensa.
Luego de tres meses, serán enviados a trabajar por un pequeño lapso bajo la supervisión de los expertos policiales extranjeros. Después regresarán a las aulas para el último mes de instrucción.
Además, UNMIL lanzó una campaña para reclutar nuevos efectivos en todo el país.
A los futuros policías se les exige haber terminado la educación secundaria y no tener ningún tipo de antecedente ni vinculación con casos de corrupción o violaciones a los derechos humanos.
La nueva fuerza policial estará representada por los 16 grupos étnicos del país y contará con uniformes nuevos.
Estos esfuerzos de la ONU en Liberia son parte de un compromiso asumido luego de la firma del acuerdo de paz de agosto entre las fuerzas de Taylor y los rebeldes, por el que se designó el actual gobierno de transición, presidido por Moses Blah.
Desde entonces, UNMIL trabaja para reconstruir el aparato de seguridad liberiano antes de las elecciones.
La creación de la nueva policía es un alivio para muchos ciudadanos.
La policía liberiana ha sido brutal bajo los sucesivos regímenes y por eso necesita una renovación, dijo el estudiante universitario Henry Jones.
Por su parte, el ex jefe de policía Brownie Samukai afirmó que la inexistencia de una fuerza adecuada contribuyó a la reanudación de la guerra civil tras las elecciones generales de 1997.
Samukai sostuvo que el programa de UNMIL es capaz de hacer que la policía sea creíble, respetada y que responda a las necesidades y aspiraciones de las comunidades.
Sin embargo, algunos advirtieron que el tiempo de entrenamiento para los reclutas es demasiado corto.
Kroecker no reveló el costo total del programa de reforma de la policía, financiado por donantes internacionales que se comprometieron a colaborar con la reconstrucción de Liberia en una reunión realizada en febrero.
Pero a pesar de los esfuerzos de la ONU, las fuerzas de seguridad seguirán teniendo problemas logísticos, dijo a IPS el director de la policía liberiana, Clarence Massaquoi.
El funcionario señaló que la policía en Monrovia sólo cuenta con tres vehículos y carece de linternas y bastones.
Por su parte, Kroecker advirtió que siempre tiende a aumentar el crimen luego de un conflicto interno, y por eso es necesaria una policía efectiva en todo el país.
Kroecker fue policía en Los Angeles, Estados Unidos, y colaboró en programas de la ONU en América del Sur y América Central, pero asegura no haber visto una fuerza policial tan desprovista de equipamiento como la de Liberia.
Una vez que se le dé la prioridad a las fuerzas de seguridad, las calles serán más seguras, los niños irán a la escuela sin impedimentos y se podrán realizar elecciones libres y democráticas, afirmó Kroecker.
Los reclutas están contentos de integrar la fuerza reformada.
Estamos orgullosos de ser parte de esto y de que podamos servir a nuestro pueblo con dignidad, dijo James Farkollie, uno de los futuros policías.
El desempleo en Liberia afecta a 80 por ciento de la población económicamente activa, y muchos esperan que esta falta de trabajo derive en un aumento de la delincuencia.