La política exterior importa más a los votantes de Estados Unidos que la economía por primera vez desde la guerra de Vietnam (1960-1975), reveló un estudio del Centro de Investigaciones Pew y el Consejo de Relaciones Exteriores, un gabinete de expertos con sede en Washington.
Cuarenta y uno por ciento de los adultos en edad de votar consideran que la guerra (en Iraq), la política exterior y el terrorismo son los problemas más importantes que enfrenta el país, indicó el estudio.
Los problemas económicos son la principal preocupación de 26 por ciento de los encuestados, mientras un porcentaje similar eligió otros asuntos domésticos.
Los atentados del 11 de septiembre y las dos guerras que les siguieron no sólo pesan para los votantes a la hora de elegir a su presidente, sino que también crearon profundas divisiones y sentimientos encontrados acerca de la política exterior de Estados Unidos, declaró el Centro de Investigaciones Pew.
Los votantes del gobernante Partido Republicano se muestran más partidarios de una política exterior decidida que de una actitud cautelosa, mientras los del opositor Partido Demócrata mostraron la tendencia contraria.
La encuesta fue realizada entre el 8 y el 18 de julio entre 2.009 adultos de todo Estados Unidos, y se publicó el miércoles.
Una estrecha mayoría de los encuestados, 53 por ciento, cree todavía que el uso de la fuerza militar en Iraq fue la decisión correcta. Tras la invasión de Iraq, en marzo de 2003, ese porcentaje se situaba en 74 por ciento.
Mientras, 52 por ciento de los encuestados desaprobaron la forma en que el presidente George W. Bush ha manejado la situación en Iraq, mientras 43 por ciento la aprobaron.
En un sondeo de seguimiento realizado entre el 5 y el 10 de este mes entre 1.512 adultos, el Centro Pew halló que, más de un mes después del traspaso de una soberanía tutelada de Estados Unidos a un gobierno interino iraquí, 58 por ciento de los ciudadanos creen que Bush no tiene un plan claro para llevar la intervención en Iraq hacia una conclusión exitosa.
Presumiblemente en respuesta al actual atolladero de las fuerzas estadounidenses en Iraq, 59 por ciento de los encuestados en julio criticaron al gobierno por recurrir demasiado rápido al uso de la fuerza como instrumento de política exterior, en lugar de buscar soluciones diplomáticas.
Desde mayo de 2003, el número de encuestados que respaldaban en ocasiones el uso de la fuerza militar preventiva cayó de 45 a 40 por ciento.
Bush y su principal socio, el primer ministro británico Tony Blair, lanzaron el ataque contra Iraq sin el apoyo de muchos de sus aliados tradicionales, alegando que el régimen iraquí de Saddam Hussein poseía armas de destrucción masiva que constituían una grave amenaza. Esas armas nunca se encontraron.
En cuanto al conflicto palestino-israelí, la solidaridad de los estadounidenses todavía se inclina por Israel, por un margen de 40 a 13 por ciento, pero se ha reducido notablemente el porcentaje de estadounidenses que consideran justas las políticas de Washington en Medio Oriente, de 47 por ciento en mayo de 2003 a 35 por ciento el pasado julio.
Los estadounidenses son claramente conscientes de la pérdida de respeto internacional por Estados Unidos como resultado de recientes decisiones de política exterior. Dos tercios de los encuestados creen que su país es ahora menos respetado que antes.
Este hecho es muy significativo y refleja algunos de los mensajes que (el candidato demócrata, John) Kerry ha emitido en su campaña, destacó Carroll Doherty, directora editorial del Centro de Investigaciones Pew, en entrevista con IPS.
Sin embargo, los resultados de la encuesta no benefician ni a Bush ni a Kerry en la carrera hacia las elecciones presidenciales del próximo noviembre, según Doherty. Es un mensaje mixto para ambos, opinó.