Las últimas advertencias del gobierno de Estados Unidos sobre posibles atentados en Nueva York no disuadieron a los activistas que organizan protestas contra la Convención Nacional del gobernante Partido Republicano, que se realizará en esa ciudad.
En la Convención, que se realizará del 30 de este mes al 2 de septiembre, se proclamará oficialmente la candidatura a la reelección del presidente George W. Bush, que competirá contra el candidato del Partido Demócrata, John F. Kerry, en las elecciones de noviembre.
Varias organizaciones preparan marchas, conferencias, bloqueos no violentos de las calles, conciertos e incluso una convención nacional de bicicletas en Nueva York para esta semana.
La proporción entre los simpatizantes demócratas y los republicanos en esta ciudad es de cinco a uno.
Vamos a ir allí para hablar de nuestras preocupaciones. No vamos a cambiar ningún plan, subrayó Lisa Bhugalia, coordinadora de Seguimos en Pie, una coalición de 40 organizaciones de defensa de los derechos de los pobres.
Esta organización prepara una marcha de unas 25.000 personas en el centro de la isla neoyorquina de Manhattan para el 30 de este mes.
La tensión en Nueva York aumentó la semana pasada cuando el gobierno de Bush alertó que había posibilidades de nuevos ataques terroristas en la ciudad. De inmediato se ordenó un vasto despliegue de fuerzas de seguridad en torno a centros financieros.
Sin embargo, las autoridades luego admitieron que el alerta se había basado en información que tenía tres años de antigüedad.
También la semana pasada fueron detenidos dos hombres en el estado de Nueva York que supuestamente planificaban un atentado contra un diplomático pakistaní, y se informó que miembros de la red terrorista Al Qaeda, del líder saudita Osama Bin Laden, se disponían a secuestrar helicópteros para estrellarlos contra algún edificio.
Definitivamente, la ciudad está bajo un gran temor, pero estamos muy seguros y queremos aprovechar que toda la atención está concentrada en Nueva York para plantear los asuntos que preocupan al pueblo, dijo Bhugalia a IPS.
Lo que hemos oído de diferentes organizaciones es que tienen más miedo de perderse la oportunidad de salir a las calles y no poder hablar sobre cómo estos asuntos afectan sus vidas, añadió.
Para el 29 de este mes se prevé un gran mitin organizado por Unidos por Paz y Justicia (UFJP), una coalición de más de 800 grupos que lideró las marchas contra la guerra en Iraq realizadas en todo el mundo en febrero de 2003.
Hay controversia sobre el lugar donde se realizaría esta nueva concentración. Las autoridades de la ciudad rechazaron la solicitud original de los activistas de reunirse en el Central Park, y estos entonces aceptaron un lugar de la calle West Side, en Manhattan.
Pero muchos ciudadanos comunes e incluso periodistas del diario The New York Times condenaron la decisión de las autoridades policiales de negar el uso del parque ubicado en el centro de la isla neoyorquina.
El martes, líderes de la UFJP se arrepintieron del acuerdo con las autoridades e iniciaron negociaciones para que se les conceda el Central Park.
Mientras, otro acuerdo roto amenaza con el trabajo de cientos de periodistas independientes y comunitarios que tenían previsto ir a Nueva York para cubrir la Convención Republicana.
Estos periodistas iban a trabajar en una sala de redacción provista por la Coalición de Medios de Base, pero minutos antes de que este grupo firmara el contrato por ese espacio no lejos del Madison Square Garden, los dueños del lugar dieron marcha atrás.
Alguien les advirtió que no hicieran nada durante agosto, durante la Convención Republicana. Los amedrentaron, y dos minutos antes de firmar el contrato, se retractaron, afirmó Ana Nogueira, de Indymedia, una de las tres organizaciones que integran la coalición.
Los activistas luego encontraron otro edificio que fue donado para servir como sala de prensa, pero todavía están trabajando con el fin de conseguir conexión a Internet para todos los periodistas.
Mientras, la policía neoyorquina prepara un vasto operativo similar al realizado en marzo, cuando se organizó en la ciudad una marcha por el primer aniversario de la guerra en Iraq.
En esa oportunidad, unos 37.000 policías instalaron barricadas de hierro para flanquear a los manifestantes, creando una larga fila que las autoridades llaman zona de libre discurso.
Bhugalia negó que los participantes de las protestas fueran, como describieron medios de prensa, anarquistas y personas marginadas.
Se trata de una muy amplia coalición de personas de distintas generaciones, distintas razas, distinto origen étnico y distintas formas de vida, señaló.
Pero todos decimos: 'Muy bien, tenemos una oportunidad de hablar. Estas personas adentro hacen las políticas que nos afectan a nosotros, y miren lo que estas políticas nos han hecho, añadió.