ECONOMIA-IRAQ: Un mercado deprimido

Diecisiete meses después de la caída del régimen de Saddam Hussein, la economía de Iraq se encuentra estancada.

El año pasado, las calles de Bagdad bullían de actividad comercial. En casi todas las esquinas había alguna persona cambiando dinero o vendiendo algo, en general una mercancía importada.

Las tiendas estaban tan llenas que sus encargados llegaron a exhibir sus mercaderías en el pavimento.

Eso es cosa del pasado. Los comercios hoy tienen pocos artículos en el depósito, y sus propietarios pasan más tiempo charlando con sus amigos que negociando con los clientes.

Comerciantes y empresarios atribuyen la cada vez peor situación económica a las pésimas condiciones de seguridad.

”La seguridad no está bien. El público ve las explosiones y los asesinatos. Todos tienen miedo de salir. Antes, la gente volvía a casa a las 10 de la noche. Ahora, nadie sale después de las siete”, dijo Nahez Wadood, gerente de una tienda de aire acondicionado.

En los últimos meses, cohetes y morteros dirigidos a caravanas militares aterrizaron en áreas comerciales de Bagdad, matando o dejando heridos a civiles.

Los empresarios ven otra razón para la caída.

”Apenas concluyó la guerra, todas las empresas que tenían negocios con Iraq rebajaron sus precios porque no debían pagar aranceles ni impuestos. Hacer negocios era fácil. Mercancías que solían costar 500 dólares bajaron a 350”, dijo el comerciante Joma Jafaji.

Además, fuerzas militares estadounidenses y funcionarios civiles de la ocupación compraban muchas mercaderías dentro del país. El gobierno de transición del primer ministro Iyad Allawi, instaurado a fines de junio, no produjo tal fiebre de ventas.

Por el contrario, el actual gobierno anunció aumentos de impuestos y aranceles para muchas mercancías, con el consiguiente encarecimiento. Las importaciones de automóviles, por ejemplo, ya fueron gravadas, lo que redujo las ventas a cero, según los empresarios.

”Muchos iraquíes querían comprar aquellos bienes que durante años no pudieron comprar en los años de sanciones” internacionales iniciados en 1991, cuando Iraq invadió Kuwait, agregó Jafaji.

El dólar se abarató después de la guerra, por lo que muchos iraquíes tenían muchas divisas que gastar, explicó. Algunos de los artículos más vendidos el año pasado fueron televisores, refrigeradores, congeladores y acondicionadores de aire.

Pero el servicio eléctrico aún es malo, por lo cual pocos han podido sacarle el jugo a esos bienes. ”¿Qué sentido tiene comprar un televisor si no puedes mirarlo y, si lo miras, la transmisión se corta en la mitad de la película? Es frustrante”, dijo un residente de Bagdad.

Funcionarios estadounidenses aseguraron poco después de ocupar el país que restaurarían la regularidad del servicio eléctrico en todo el territorio para antes del verano boreal de 2003. Ese plazo ya cumplió su primer año, y buena parte de Bagdad aún sufre reiterados apagones.

Funcionarios estadounidenses e iraquíes recuerdan que aún en tiempos de Saddam Hussein faltaba electricidad en buena parte del territorio nacional, y también que los cables del tendido son frecuente blanco de atentados.

”Todo lo que tienen que hacer es cortar un cable en medio de la noche. Nos toma días o semanas reemplazar el cable, y entonces lo cortarán de nuevo”, dijo un representante de la ocupación estadounidense.

Pero los empresarios creen en que la seguridad mejore y que la economía vuelva a crecer. ”Confío en que la situación mejore. Las cosas mejorarán”, dijo Johnson Dekhla, gerente de un supermercado.

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