Una reunión de emergencia convocada por la Organización Mundial del Comercio (OMC) desechó una solicitud para estudiar las consecuencias negativas involuntarias que pueda ocasionar la eliminación a partir del 1 de enero del régimen de contingentes (cuotas) en los intercambios de textiles y vestimentas.
Esa demanda, presentada por Mauricio con apoyo de Bangladesh, Nepal y Sri Lanka, se relaciona con la expectativa creada por la suerte de las trabas al libre comercio en el sector, ya condenadas a la desaparición.
El rubro textil y del vestido es considerado uno de los motores de la economía mundial. En 2002, registró exportaciones por valor 353.002 millones de dólares e importaciones por valor de 370.976 millones.
En el plano político, la apertura de los mercados permitirá el flujo de la producción de textiles y confecciones, concentrada principalmente en los países en desarrollo, hacia las potencias comerciales, Estados Unidos, la Unión Europea y Canadá, que hasta último momento mantuvieron el sistema de restricciones por medio de contingentes para regular la entrada de esas manufacturas.
Los datos de 2002 demuestran que los países industrializados fueron ese año responsables de exportaciones por valor de 133.477 millones de dólares, mientras que las ventas externas de las naciones en desarrollo llegaron a 219.525 millones.
Con la cercanía de la fecha de supresión de las cuotas han aumentado las presiones de sectores económicos, políticos y sindicales, en su mayoría de países industrializados, para obtener un aplazamiento o mantener algún aspecto del régimen proteccionista del Acuerdo sobre los Textiles y el Vestido (ATV).
El Grupo empresarial estadounidense Amtac (American Manufacturing Trade Action Coalition, o sea Coalición Estadounidense de Acción sobre el Comercio de Manufacturas) anunció hace dos semanas que 93 asociaciones textiles y del vestido de 50 países habían solicitado a la OMC que convocara a una reunión especial para analizar la cuestión de los contingentes.
Ese bloque de industriales recomendó que el régimen de contingentes se prolongue por tres años más.
Igual pretensión de retrasar la liberalización fue presentada al gobierno de Estados Unidos por un centenar de congresistas de los dos grandes partidos de ese país, el Republicano y el Demócrata.
Esa petición, firmada por el candidato demócrata a la presidencia, John Kerry, fue denegada por el actual mandatario republicano, George W. Bush.
También la principal central ,mundial de trabajadores, la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL), pidió la semana pasada en Ginebra la creación de un foro internacional para establecer un plan de acción que enfrente la crisis que seguramente va a surgir en el sector textil y del vestido.
La CIOSL, con sede en Bruselas, preguntó que explicación se dará sobre la destrucción de puestos de trabajo a 40 millones de obreros, en su mayoría mujeres de países desesperadamente pobres.
En Estados Unidos, la industria ocupa unos 702.000 trabajadores, mientras que India, el segundo exportador mundial después de China, registraba en el año 2000 alrededor de un millón y medio de obreros empleados en el sector.
El embajador ante la OMCde India, K.M. Chandrasekhar, anticipõ que las presiones proteccionistas no desaparecerían con el vencimiento del acuerdo a fines del año. Debe esperarse que encuentren o inventen otros canales, vaticinó.
Chandrasekhar preside actualmente, en Ginebra, la Oficina Internacional de Textiles y el Vestido (ITCB, por sus siglas en inglés), una organización intergubernamental de los países en desarrollo exportadores de esos rubros que se presenta a sí misma como la única entidad internacional exclusiva de naciones del Sur, gobernada y financiada sólo por esas naciones.
En ese cuadro se discutió este martes en la OMC la petición de Mauricio, que durante el debate recibió el respaldo de Lesotho, República Dominicana y Turquía.
Un grupo reducido de países, invitados por el director general de la OMC, Supachai Panitchpakdi, participó de la reunión. Entre los asistentes figuraron las tres potencias comerciales que aplicaban los contingentes, Estados Unidos, Unión Europea y Canadá, pero sus delegados guardaron silencio.
La oposición más firme a una revisión de la apertura del sector de textiles y del vestido provino de Brasil, China, Hong Kong, India e Indonesia. También cuestionaron la idea, pero con argumentos menos tajantes, las delegaciones de Argentina, Egipto y Pakistán.
Al término del debate y ante la certeza de que la propuesta de Mauricio no obtenía consenso, Supachai opinó que el tema puede ser examinado en la sesión que sostendrá el 1 de octubre el Consejo de Comercio de Bienes, uno de los cuerpos especializados de la OMC que este año preside el negociador de Argentina, Alfredo Chiaradía.